Mentes psicóticas - No tengas miedo

49

Victoria subió junto a Kieran hasta el estudio. Mismo que estaba perfectamente ordenado. 

— Toma asiento por favor — señalo Kieran y ella obedeció. 

No sabia si era su impresión o sentía un aura extraña en ese lugar, pues estaba todo tan silencioso que ni el cantar de las aves se escuchaba. 

— Siempre estás retirado de todo, ¿No? — dijo Victoria a la vez que miraba los títulos de algunos de los libros puestos en la repisa. 

— Bueno, creo que así le gusta a mi padre, nada fuera de la común. 

— Casi 45 minutos de viaje, siempre es algo aunque cueste admitirlo. En fin — esta vez Victoria sacó de su mochila el folder con el trabajo realizado. Kieran levantó amabas cejas — ¿Qué? 

— ¿El trabajo ya esta hecho? 

Victoria dio una carcajada a la vez que veía la expresión de Kieran. 

— Vajda, ¿En serio pensaste que iba a hacer el trabajo contigo de cero? Por favor, nada que mis contactos no hagan por mi — se regodeo y Kieran solo se cruzó de brazos mientras estaba recostado contra la mesa. 

Luego solo sonrió de lado y negó con la cabeza. 

— Que astuta zorra — admitió. 

Victoria solo sonrió y entrecerró los ojos.

— Y tu eres una sucia comadreja — señaló. 

— Y entonces... Si por obvias razones no has venido a hacer el trabajo, ¿A qué haz venido? 

— Aun lo sigo pensando. 

— ¿Ah si?  Acaso es algo de pensar tanto. 

— Puede ser. A parte, he venido a negociar — esta vez Victoria se cruzó de piernas y miro fijamente al chico que estaba de frente aun recostado contra la mesa — ¿Qué quieres para dejar en paz a mi hermano? 

Kieran levantó ambas cejas al escuchar la pregunta de la chica, no se esperaba que tocara el tema tan pronto. 

— Aún no lo he pensado — respondió. 

— ¡Válgame! Ni que fueras el pensador para tener tanto tiempo ya en estas. Habla de una vez, ¡quiero que simplemente te esfumes!

Kieran solo sonríe y niega con la cabeza. 

— Hablas de que me esfume, cuando la que esta en mi territorio eres tu — señaló con evidente burla. 

El ambiente entre ambos se sentía gélido, pues Victoria no esta dispuesta a marcharse sin saber que planes tenía Kieran y como se podía llegar a un punto medio. 

— ¿Cuál es el fin de todo esto? Di de una vez que quieres. 

— Creo que ya te he dicho que no lo se "Princesa"

Victoria bufa, sabiendo que probablemente ese día no iba a lograr absolutamente nada. 

— ¿A qué se dedica tu padre? — pregunta ella y Kieran solo levanta ambas cejas. 

— Que cambio de tema mas drástico — se burla él — Es cirujano plástico, ¿por? 

Kieran observaba a Victoria y sonreía entre si. Sabiendo la expresión de confusión que la misma chica tenía. Le divertía en cierta manera tenerla allí, sentada y con la mirada en muchas parte del sitio. 

— ¿Siempre estás solo aquí? — pregunta ella, en parte resignada a que el no le iba a decir nada especifico. Igual no le preocupada, puesto a que Victoria Fitzgerald ya tenía un as bajo la manga. 

— No todas las veces. Siempre está María, la mujer que te recibió — admite Kieran — Pero pues... ella se la pasa en la planta baja en sus asuntos y yo por estas zonas. 

— ¿Ella es tu madre?

— Madrastra. 

— Ah.... Aunque me da la impresión que no es de aquí, ¿Verdad? 

— No, ella no es de aquí. Mi padre la conoció en uno de sus viajes por trabajo — admite — El resto ya es historia. 

— Ah. 

— Preguntas demasiadas cosas, Victoria, ¿A qué quieres llegar? 

— No estás tan mal, Kieran. 

Aquella revelación por parte de Victoria fue como si una campanada el fuera sonado en todo su oído. Le tomo completamente por sorpresa. Luego de ello fue ver como la señorita se coloca de pie, lentamente ella comienza a rodearle como si de una fiera en cacería se tratara.  

Victoria se coloca frente a Kieran y le mira fijamente a los ojos. 

— Yo te gusto, ¿Verdad? — pregunta en un susurro a la vez que se abraza a Kieran. 

Entre sus dedos ella toma uno de los blondos mechones del cabello de Kieran, él no sabe que decir, esta pasmado. Mas que todo por el sentimiento de incredulidad, de no creer que aquello si esta pasando y no es solo una de sus fantasías. 

Kieran carraspea y mira igualmente el rostro de ella. 

— ¿Debo responder a esa pregunta? — susurra. Sentía muy cerca la respiración de ella, gesto que por supuesto su cuerpo varonil no estaba dejando pasar por alto, dejando un efecto algo imposible de ignorar. 

— ¿Por qué tanto misterio, Kieran? La verdad creo que si hablamos podemos llegar a un acuerdo — señala en voz baja. 

La joven chica se sorprende cuando Kieran la toma de los hombros y la hace quedar nuevamente sentada donde hace unos momento ella había estado. 

Kieran solo la mira con una sonrisa ladina y niega con la cabeza. Era eso o caer en lo que seguro ella estaba planeando. 

— ¿Qué estás dispuesta a hacer? 

Victoria parpadea varias veces mirando casi con hipnotismo el rostro de Kieran, no podía negar que tenia unos rasgos muy llamativos. 

— ¿Qué propones tú?

— ¿Por qué solo hay respuestas en preguntas? a parte... tu y yo sabemos que podemos hacer.