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— ¡Nigel! ¡Nigel! — susurro Victoria con insistencia a la vez que tocó repetidas veces la puerta de la habitación de su hermano — ¡Abre! Sé que no estás durmiendo.

Un gruñido se escuchó y luego la puerta se abrió. Fue allí donde un Nigel con no muy buena cara se dejó ver.

— ¿Qué mierda quieres? — pregunto con molestia, eso al ver a su hermana con su pijama de elefantes y sus pantuflas con cara de gatos.

— Quiero que veas algo — señaló su computadora — ¿Puedo pasar?

Nigel simplemente bufó y se hizo a un lado para dejarle camino a su hermana. Su habitación no estaba del todo oscura, había una luz tenue proveniente de una pequeña lámpara de mesa. Un olor a colonia varonil se sentía por todo el ambiente y una corriente de aire frío que movía las cortinas azuladas de tul hizo tiritar a Victoria.

— Que frío hace aquí — se quejó la chica a la vez que colocó su computadora sobre el escritorio de su hermano.

— No te invite. Así que no te quejes. Muestra lo que tienes y lárgate.

— Que genio — revoleo los ojos — Creo que el dormir poco te está haciendo más gruñón de lo normal. Y no es juego Jackie.

Victoria se sentó en la silla que estaba frente al escritorio y dio play al vídeo.

Nigel lo observó sin sobresaltarse o demostrar el menor interés. Es más, se preguntaba porque rayos su hermana le mostraba un vídeo donde una bandada de inadaptados sociales golpeaban a un chico que no tenía ninguna chance para defenderse.

— ¿Se supone que...? — preguntó Nigel observando a su hermana.

— ¿No te da ira? ¿No te molesta? El ver como esos hijos de perra se aprovechan de él. No me da lástima el chico. Simplemente me parece un juego sucio el cómo lo hacen.

— Sinceramente Victoria — Nigel se llevó una mano al cuello y se sentó en el borde de su cama — Eres la única que guarda un poco de humanidad.

— Pues no sé si sea humanidad. Simplemente me hierve la sangre por lo injusto que es.

— ¿Y qué piensas hacer al respecto?

— Eso es lo que estuve pensando. Pues no se puede quedar así...¿Sabes? Por mi linda cabecita estaba rondando una idea que me sonó mucho.

— Si se trata de alguna locura, no cuentes conmigo.

— ¡Nigel! — chillo Victoria — ¿como no voy a contar contigo si eres mi único hermano? Sería tonto si así no lo fuera. Es más, te lo diré. Vengadores.

— ¿Vengadores? ¿Que clase de estúpida idea es esa Victoria? — Nigel juntó las cejas.

Mentes psicóticas - No tengas miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora