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Ya había revisado agendas, papeles y un montón de cosas más. Nada.

Nigel cargaba su teléfono celular, así que igual era nada.... aunque.

Victoria miró la laptop de su hermano, la cual estaba en lo alto de la repisa.

¿Por qué la sube hasta por allá?

Victoria arrastró la silla del escritorio con sumo cuidado y subió en ella. Tomó la laptop, bajó nuevamente y se posicionó frente al escritorio para encenderla.

— La maldita tiene clave. Típico de Nigel — se dijo a la vez que maldijo y pego con sus puños sobre el escritorio.

Por más que intento no entro. Por más que intento pensar como su mellizo, no lo logró.

Estiró sus pies bajo el escritorio, resignada y cerró la laptop. Dispuesta a volverla a su lugar.

Con sus pies estirados, sintió una caja. Frunció el ceño y se agachó para tomarla. Una simple caja de cartón mediana, una que para su sorpresa no estaba empolvada como pensó que estaría. La dejó sobre el escritorio y se dispuso a dejar la laptop en su lugar. No quería que su hermano sospechara que su curiosa hermana estaba husmeando entre sus cosas. Eso sí, no era tan tonta como para no borrar el historial de intentos de clave. Era una genio.

Ahora si, su atención se fijó en la caja. Con cuidado la abrió y encontró bastantes cosas que no creyó su hermano tenía bajo su poder.

Un llavero con un unicornio. Victoria sonrió mientras lo levantaba ¿Por qué su hermano tendría eso? Y varias hojas de papel color rosa. Tomó una y la desdobló. Al hacerlo, un aroma a perfume suave de lavanda se desprendió de esta.

— Vaya...

Leyó su contenido con detenimiento y cada vez más sus cejas se levantaban y su mirada se tornaba más sorprendida de lo normal.

Las palabras y frases que más le llamaron la atención fueron las siguientes: "Amo lo que escribes y te amo a ti", "me cuesta entender porque un talento como tu se esconde así", "J.N, me gustaría adivinar tu nombre pero no lo se, es tan triste. No me he enamorado de tu físico, nada de eso, me tienes colada por ti gracias a lo que escribes y claro, también de Frederick"

¿Qué demonios estaba pasando?

Al parecer Nigel tenía mucho que explicar, y en especial, quien es "Verónica Fanker"

Doblo la hoja de papel, aunque eso no sin antes haber sacado su teléfono celular y sacar una foto de su contenido.

No sabía si esa era la chica de la que Clarence hablaba, pero ahora si, quería respuestas.

Dejó todo en la habitación tal y como lo había encontrado, la caja en su lugar y la silla donde la había encontrado.

Nuevamente trepó a la ventana y la dejó como la había encontrado. Medio abierta. Camino por el tejado y salgo al salón de costura. Cerró el ventanal y respiro profundo. Se sentía ya como una gatúbela saltando por los tejados. Sonrió ante esa idea y abandonó el salón.

Más sintió que la suerte había estado de su lado cuando escuchó gritos en la parte baja.

"¡Donde has estado jovencito! Me tenías muy preocupada"

Nigel estaba en casa.

Victoria alargó el paso y se encerró en su habitación. Ya pensaría que haría con su hermano para interrogarlo.

(....)

— Tu y yo tenemos que hablar jovencito — dijo Victoria apareciendo detrás del castaño oscuro, imitando la voz de su madre.

Nigel juntó las cejas y miró a su hermana sin muchos ánimos.

— Yo no tengo nada de que hablar contigo, no que yo sepa — contestó él a la vez que recostó sobre la encimera de la cocina.

Por la hora y el día, la cocinera no estaba en casa, cosa que dejaba la cocina completamente despejada.

Victoria sonrió y caminó hasta la nevera, la abrió y se agacho un poco.

— Verónica Fanker se nota que es una chica muy, muy agradable — dijo ella con suspicacia.

Fue justo en ese momento que Nigel, quien comía una manzana verde, se atragantó. Comenzó a toser y Victoria se posicionó frente a él mientras sostenía una botella de agua mineral.

— Como te atrapo hermanito, como te atrapo — dijo ella negando con la cabeza.

— ¿Cómo sabes de ella Victoria? — esta vez se puso derecho y clavó su penetrante mirada en la de su mellizas, esa castaña rizada que lo miraba con una sonrisa burlona en la cara, o esa que bien decía "te he atrapado pequeño ratón"

— La de las preguntas aquí soy yo, Nigel. Haber, Clarence te vio con una chica y lo negaste. Sabes bien que no te creí. Busque por mis medios....

— ¿De qué más te has dado cuenta? No es gracioso que te andes metiendo en mis asuntos — expresó de forma seria.

— Por Dios Nigel ¡Soy tu hermana! Y me duele que me escondas cosas como si fuera una maldita extraña. Toda mi vida he estado de tu lado ¿O me dirás que no? Ahora resulta que el muchachito tiene novia y yo ni enterada.

— Verónica no es mi novia. Solo hablo con ella porque me ayuda con cierta cosa. Que Clarence me haya visto con ella es otra cosa....— Nigel cayó apenas y se dió cuenta de su grave error.

Si, había acabado de morder el anzuelo de su hermana y ahora esta tenía una ancha sonrisa en la cara.

— Mencione a Verónica...pero no había pedido detalles específicos. Ahora tengo tiempo y quiero todo — dijo ella.

Nigel bufó. Un gesto que en serio si lo hacía parecerse mucho a su preciada hermana.

— Aquí no hablaré.

— Bien. Vamos a mi habitación entonces — propuso Victoria y Nigel asintió.

Ambos jovencitos subieron corriendo las grandes escaleras que llevaban a la segunda planta de la mansión. Eso mientras Julieta, quien cruzaba por ahora se fijó en la extraña acción. Ya sabía bien ella que algo planeaban. El problema era ¿Cómo iba a saber que era?

Victoria abrió la puerta de su habitación y dejó pasar a su hermano. Este se quedó mirando con curiosidad las cosas que ella tenía.

Mentes psicóticas - No tengas miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora