(...)
— Ni siquiera sé porque ando contigo — dijo Berenice mientras seguía caminando del lado de su elegante prima. La mismísima Victoria Fitzgerald.
— Uno, porque me amas y sabes que no lo puedes negar. Dos, seguramente porque no tienes nada mejor que hacer — le sonríe — Mejor te sacó de esa cueva que llamas habitación y vamos a ver que usaremos para la fiesta, ¿No te emociona?
— Esta es mi cara de felicidad.
— Ew. Cara de perra en reposo.
Berenice solo hizo una mueca ante el comentario de Victoria, misma chica que la había sacado de su casa para decir que fueran en busca de los disfraces para la fiesta.
— ¿Dónde estarán los chicos?
— La verdad no tengo ni idea, tampoco es como si me importara. Deberías mas bien buscarte un novio — dijo esta vez Berenice, ganándose una mirada curiosa por parte de Victoria, quién solamente sonrió.
— No lo sé. Ando buscando quizá quien sea el candidato adecuado.
— ¿Y Clarence? — pregunta curiosa, ya que en muchas ocasiones ella les habia visto juntos.
— ¿Qué hay con él?
— ¿No te gusta? O sea, nada mas por si las dudas.
Ambas jovencitas entraron a una de las tiendas departamentales que abría solamente por aquellas fechas en el año, debido a que era donde habia lo que seguramente necesitaban para aquella fiesta.
— Oh mierda — esta vez Victoria tiró del brazo de Berenice, haciéndola quedar junto a ella detrás de uno de los percheros cargados con disfraces — Allí está esa perra — dijo ella en un susurro y Berenice levanto la mirada, justamente para ver a Verónica Fanker.
— Y ahora, ¿Por qué la odias? — pregunta la pelinegra, eso para ganarse una mirada obvia por parte de la otra chica.
— Porque ella no debió hacer lo que hizo. En una gran ofensa. Sus malditos problemas con mi hermano es con él, no conmigo.
— ¿Y no te has puesto a pensar que de pronto fue algo accidental? Puede ser que iba apurada.
— Si, lo que digas.
Esta vez Victoria se puso derecha y tomó a Berenice del brazo.
— Debería dejar de estarme tomando del brazo y arrastrarme cuando se te pegue la gana. Eso no es sano.
— Nada en ti es sano, querida.
Pasaron ignorando completamente a Veronica Fanker, quién estaba en compañía de una chica rubia de la cual nadie sabía su nombre.
Victoria simplemente se dedico a buscar lo que imaginaba, mientras que por otro lado, ayudaba a Berenice y le recomendaba que se le veria mejor.
— ¿Jessica Rabbit? — pregunto Berenice al ver que su prima tomaba entre sus manos un traje rojo ajustado y de escote prominente.
— Sería un homenaje a los clásico, ¿no?
Berenice solo levanto una ceja. Victoria volvió a dejar el traje en el perchero.
(.....)
— Vaya sonrisa que se te hace cuando esa chica esta cerca, ¿No es así mi querido amigo? — dice Clarence en tono de burla a un lado de Nigel. Este solo refunfuña y mira mal al rubio.
Los tres jóvenes estaban en un lugar alejado del pueblo, en lo alto de una colina y recostados en el auto de Conrad. Conrad solamente fumaba, Clarence picaba un paquete de papas fritas y Nigel, solamente estaba bebiendo una lata de cerveza.
El manto rosa de la tarde cubría el cielo, mismo que seguramente en minutos iba a abrir paso a la misteriosa noche.
— ¿Cuál chica? — pregunta Conrad mientras apaga la colilla del cigarrillo en la suela de su zapato y la tira en una bolsa.
— No la conozco bien, mas bien el indicado es Nigel para contarlo — señala Clarence — Puedes hablar con libertad aquí.
— No tengo porque contarles mis cosas o las personas que conozco.
— ¿Es soltera? Porque tengo que admitir que esta bastante guapa.... — dice Clarence, solamente con la mera intención de molestar a Nigel.
Niega con la cabeza.
— Es una amiga de Cécile — responde al fin — Ya la habia visto de lejos en ocasiones pasadas. En la fiesta fue que comenzamos a hablar.
— ¿Cécile? ¿Cécile Parma? — Nigel asiente ante la evidente pregunta de Conrad.
— Así es. Cécile, la mujer que amas en realidad.
Clarence solo miró sin entender. Así que el tan temido Conrad Fitzgerald tenia una chica a la que amaba en silencio.
— Vaya, y si esa chica te gusta, ¿Por qué no estás con ella?
— Bueno... — Conrad simplemente se lleva una mano al cuello — El sentimiento no es recíproco.
— Ah...
— En fin, ella se llama Eloísa. No es tan desagradable — dice Nigel — A parte de que es una chica bastante interesante.
— ¿Y si la visitamos? — dice Clarence — Debes presentarla, joven Fitzgerald.
— ¿Estás loco?
Clarence palmea el brazo de Conrad.
— Ahora me dirás que no sabes ni donde vive esa chica o que hace y deja de hacer.
Nigel solamente miró a un lado. Quizá era un tanto probable que despues de la fiesta y que la dejara frente a su casa, se hubiera puesto a la tarea de saber mas sobre Eloisa Vajda. Saber que vive junto a su padre en una vieja mansión a las afueras del pueblo, dado a que no tiene madre. Va en penúltimo año de preparatoria y práctica volleyball.
— Ni siquiera los llevaría a ustedes dos donde vive ella. Están locos.
— ¿Más que tu? Lo dudo.
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Mentes psicóticas - No tengas miedo
Mystery / ThrillerNo tengas miedo, si sobrevives esta noche, muy fácil, le has simpatizado a ese grupito que siempre se hace en la mitad de la clase. Esos de notas excepcionales y personalidades misteriosas. No son malos, bueno, no lo serán mientras no cruces esa ray...