18. Comprensión

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Mia*

Los días han corrido muy rápido. Desde aquella tarde, desde aquel abrazo, me di cuenta de que mi vida estaba cambiando. Y a decir verdad, hoy me siento diferente. Los ataques han aparecido pocas veces pero son más leves. También he aprendido muchas cosas, ahora se hacer homeless, arroz, pastas, bebidas y hasta postres, claro, siguiendo al pie de la letra las recetas que Cloe me da y los consejos de Andrea.

Ya que la menciono, los preparativos de su boda han avanzado. La he acompañado a sus pruebas de vestido, a la degustación de la cena, la elección del color para los vestidos de las damas y un sinfín de cosas. ¿Pueden creerlo? organizar una boda es más difícil de lo que uno cree. Pero en cada momento la veo feliz y eso me llena. Tan solo faltan dos semanas para la gran fiesta.

Por cierto, olvidé mencionar que el caso que llevaba Esteban se resolvió con éxito, gracias a ese trabajo lo ascendieron a un despacho y ahora tiene varios casos.

Pasando a Iker, ayer salió de vacaciones y quedamos en aprovecharlas al máximo. No fue fácil, estuve a su lado bastantes noches. Tenía que estudiar para los exámenes finales e incluso entendí parte de sus temas porque practicaba sus exposiciones teniéndome como público.

La última noche, antes de la prueba más pesada me dijo:

— ¿Estas muy cansada? — me preguntó mientras se frotaba los ojos.

— ¿Cansada?, ¿De qué podría estar cansada? —Dejo mi libro que estoy leyendo en la mesa de centro— Tú sí que estás cansado, deberías de darte un descanso —me levanto y me coloco detrás de él, para hacerle un masaje en su espalda.

—Estoy bien.

—siempre dices eso.

—y lo digo porque es verdad... estoy bien cuando estás tú a mi lado. Logras hacer que me sienta seguro. —hace una pausa, imagino que meditando si decirlo o no — deberías de poder estar conmigo mañana en el examen

—pero ahí estaré. No me veras pero puedes cerrar los ojo y estaré ahí, contemplándote. —Lo digo y envuelvo mis brazos sobre su cuello —todo estará bien maniático.

—Así será bipolar. —Suspiró con intensión de créelo.

Nos quedamos dormidos en la sala de estar. Recuerdo que desperté un poco antes que él y lo observe. Lo vi pasar por días difíciles; casi no dormía, repasaba sus apuntes todo el tiempo y aun así, me demostraba que podía organizarse para que no me sintiera como que me dejaba a un lado. Entendí que la mejor manera de entender y apoyar alguien que está estudiando es comprenderlo. Lo que más necesitan en esos momentos es aliento. Para mí no fue difícil hacerlo.

Recuerdo que ese día agarre mi celular y le tome una foto. Hoy es mi fondo de pantalla pero no lo sabe. 

Solo ocurre una vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora