55. La conexión nunca se va

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Elizabeth*


Tiene años que no nos vemos. Hemos crecido, hemos cambiado. ¿Y si se siente como si fueramos dos completas extrañas? Hasta hace unos días pensaba que había tenido contacto con mi madre pero simplemente era Mireya haciendose pasar por ella. ¿Cómo será fisicamente?¿su voz seguirá siendo tan dulce como recuerdo?¿Llevará el mismo vestido que tenía cuando me llevó al psiquiátra? Tantas emociones y tantas preguntas al mismo tiempo. 

Estamos enfrente de la puerta del reclusorio. Es una puerta tan grande y gruesa. Siempre nos ha separado una puerta. Una simple puerta me separa de la nueva vida que viviré. Me muerdo el labio en señal de nervios. —Tranquila, todo saldrá bien —Iker coloca su otra mano encima de la mia y la suya y la besa. —Estoy aquí. Contigo. 

Se abre y veo salir a una mujer grande, es su cabello se precian algunas canas, tiene el cabello amarrado en una coleta, viste un pantalón de mezclilla y una blusa blanca. Me regala una sonrisa y estiende sus brazos para que la abrace. No sé en que momento he empezado a caminar pero me encuentro a tan sólo unos centímetros de distancia. La contemplo y me da esa paz que me hacia falta. Nuestros ojos se cristalizan y me animo a dar ese paso y ese abrazo. Sus brazos me rodean y siento como ese pequeño vacío que sentía en el pecho se llena. Vuelvo a sentirme de 8 años. Es cálido, es duradero, es todo lo que necesitaba para saber que el cariño y amor que nos teniamos sigue completamente intacto. Y entonces escucho su voz después de tantos años, me susurra: te he echado de menos mi niña. No contesto, no quiero romper el vínvulo que hay entre nosotras. Me suelta despacio y se separa de mí. Sigues igual, haz crecido pero en tus ojos veo a la pequeña niña que dejé. 

—mirate, toda una señorita —sólo me rio y me limpio las lágrimas. 

—te extrañé, cada día, cada minuto, creemé. 

—Lo sé, también yo, cielo. 

Me deja de ver y voltea a ver a Iker. 

—hola señora, buenas días. 

—Dejáte de formalidades y abrazame. 

No sé exactamente que es lo que se dicen, porque dejo de escuchar y solo veo a dos personas diferentes, dos personas que me quieren y me entienden. En ese instante, mientras veo a mi madre hablar con Iker entiendo que hay personas que llegan a tu vida para ayudarte a crecer y ser mejor personas pero también entiendo que aún pase tiempo se puede seguir teniendo una conexión igual que lo había anteriormente. 




Mi madre fue recibida en la vecindad. Hoy vivimos bajo el mismo techo. Te preguntaras sobre Claudia y Mireya. Ambas están en la cárcel. Benjamín y Esperanza se hicieron novios. Por fin esperanza se abrió al amor. Cerró el capítulo de Jared. Omar vive aquí con nosotros, siempre fuimos su familia. Renata viene a visitarnos seguido y comemos todos juntos. Flor y yo somos algo así como amigas. Derek y yo por fin pudimos tener una sesión verdadera. Lloré y hablé, esta vez como Elizabeth no como Mia. Andrea y Esteban están esperando un bebé. Todo fluye de maravilla. El oficial jackson mi madre se han vuelto cercanos podría decir que son pareja pero ellos aún no lo confirman. 




EPILOGO

Estamos caminando por el cementerio y por primera vez veo la tumba de mi padre. Dude en ir a aquel lugar. Por mucho tiempo era algo que quería hacer pero después de enterarme de todo lo que hizo comprendí que muchas veces no conocemos del todo a las personas. No juzgo a mi padre por lo que hizo. Él tendrá sus razones y como padre no me falló. Suelto la mano de Iker y me arrodillo a la lapida. Toco con mis llemas el material y paso por el reliebe de las letras. Hablo con mi padre en mi mente y le cuento lo que he vivido, lo que he enfretado y lo que he superado. Posteriormente de su muerte no quería soltar ni dejarlo ir. Hoy lo hago. Aferrarme a él de la manera que lo hice sólo me ocasionó cegarme y querer conseguir una venganza. Buscaba a la persona equívocada.  Necesitaba dañar a alguien para poder sentirme bien y en realidad sólo me dañé a mi misma. 

La persona a la que necesitaba encontrar no era Omar era yo. Y lo hice, me encontré, me conocí y por ende me perdoné. Las piezas del rompecabezas se acomodan. Me faltan algunas pero ya las descubriré con el tiempo. Sé que cambiaré más adelante pero hoy me siento comoda y segura con lo que soy. No estoy lista para lo que viene ¿Pero quién lo está? Solamente toda enfrentar. 

Me levanto y me doy cuenta de que está lloviendo. Me coloco a lado de Iker y mi madre y comenzamos a caminar los tres bajo el paraguas. Las despedidas no me gustan pero creo que llegó la hora. Me despido de ti lector que caminaste conmigo a lo largo de mi historia, hoy suelto tu mano para tomar la de ellos. Es así como quiero seguir, caminando alado de ellos sin importar a donde ni como. 






*Gracias por llegar hasta aquí e ir descubriendo junto a Elizabeth la verdad*

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