53. Una visita al Hospital

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Elizabeth*


Lo primero que siento al reaccionar, es un dolor de cabeza insoportable. Abro los ojos y encuentro una habitación blanca. Intento recordar en dondé estoy y no lo entiendo, hasta que escucho la máquina que indica el movimiento de mi respiración. Sé donde estoy, los sonidos, el olor a medicamente y la posición en la que estoy me lo confirman. Un hospital. —Es curioso ¿no? La historia inicia conmigo en el hospital psiquiatrico y termina conmigo en un hospital normal. Si no es emocional es fisico, pero siempre estoy mal. En fin, regresemos a donde estaba— Me encuentro sola, no tengo idea de cuánto hace que estoy aquí. Alzo la mano que está conectada al suero para poder tocarme la cabeza y siento una venda alrededor de mi frente. ¿Me pasó algo en la cabeza?¿En qué momento? Cierro mi ojos y me obligo a recordar que demonios pasó. Y entonces lo escucho, lo vuelvo a presenciar. Caigo de rodillas al suelo para poder procesar la información que acabo de escuchar, Mireya corre en mi dirección y me quita el arma que tengo, tenía, en mis manos. Escucho que jala el cartucho y mi primera reacción es correr y proteger a Omar. Mientras me levanto, tomo la pistola que con anterioridad tenía ella. Y le apunto tambíen. Piensé}o que no lo hará hasta que escucheo "Te dije que morirías de la misma manera en que Octavio lo hizo". Aquella frase lo dice con un tono de odio y venganza. Lo siguiente que hace es jalar el gatillo y... no mentiré, también jale el gatillo pero en el trascurso escuché a Iker gritarme —No lo hagas, no quieres vivir igual que ella. No necesita decirme el nombre, sé que se refiere a mi madre, a Zaira. Y aunque ya era tarde para arrepentirme, ya lo había hecho. Mi intención era jala el gatillo para disparar antes que ella pero lo comprendí tarde. Su pistola no tenía balas, por eso nunca disparó ella antes. Su intención era que yo me manchará las manos.

Escucho el sonido del disparo y de inmediato siento calor en mi brazo izquierdo, el impacto es tan fuerte que hace que caiga al piso, escucho gritos y golpes y veo todo entre cortado: el piso, la sangre y luegotodo se vuelve oscuridad. 

Muevo un poco la sabana para poder pararme pero una voz me detiene. Los pasos se detienen y de reojo veo que abren la puerta. Cierro los ojos y presto atención a la conversación. 

—¿Pueden creerlo? —le pregunta Iker a Derek y su madre—Todo era mentira. 

—En realidad... —lo corrige Cloe— No lo era para ella, sólo sabía la verdad de su "madre", es decir, de Mireya. 

Dedusco qué o no entendió la respuesta que acaba de decirle su madre o sólo afirmo con la cabeza porque no hay respuesta de Iker. 

—¿Estás seguro que quieres decirle tú? —pregunta Derek. ¿Decirme qué?¿Decirme a mí?  

—La realidad es que tengo miedo de su reacción. No quiero hacerla sentir mal. 

Se quedan en silencio por un muy buen rato hasta que decido "reaccionar". Me muevo despacio y hago sonidos como de dolor y aturdimiento. El primero en correr es Iker, se coloca a mi lado y me toma de la mano —No te muevas. Te dolerá más. —tiene razón, me duele el brazo. Me quedo quieta y lo miro con cara de confusión, como si no lo conociera. 

—No... ¿no me recuerdas? —no le doy respuesta— soy... tu novio. 

y se me ocurré hacerle una broma —¿Novio?, no tengo novio— su cara lo dice todo. Decepción y al mismo tiempo preocupación. 

—No soy tu novio porque... ¿No lo recuerdas? o ¿Así lo decidiste al marcharte? 

—Claro que te recuerdo Rulitos, —eligo decirle así porque sabe que no me gusta ese apodo, es el que le dice Flor. 

Pone los ojos en blanco pero no le da paso a esa emoción— no vuelvas a hacerlo okay. —Me río muy fuerte pensando que se refería a la broma— No te calles, no te lo guardes, si quieres gritar hazlo, si quieres llorar, se vulnerable. —me mira a los ojos y miro como se le cristalizan— conmigo no debes hacerte la fuerte permitete sentir y dejame estar a lado de ti en toda estas facetas, en todos estos cambios, en todo este proceso —está llorando, estamos llorando, junta su frente con la mia y coloca sus manos en mi cuello y dice constantemente en susurros "no vuelvas a hacerlo". 

Solo ocurre una vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora