54. ¿El final siempre es otra versión?

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Omar/Spencer


El día que tu padre me citó en su casa para celebrar "navidad" sabía que en realidad su intención era amenazar y silenciar. Para ese momento yo sabía demasiado de él. Trabajaba para la policia con el fin de solapar a una mafia, era su guardia y era conocido como "el engranaje". A todos nos hizo creer que era todo lo contrario, incluso... yo dudé —todos muestran confusión a exepción de Esperanza y Elizabeth, ambas reflejan decepción y dolor en su rostro— La sospecha partió de la perdida de una evidencia. Aquel día nos marcaron a ambos para que fueramos a revisar el lugar de la muerte de una chica, todo nos indicaba que la habían matado, hasta la prueba que hallamos. Pero... a los días me enteré que esa prueba había sido robada y por ende, no se encontraba al culpable. Me acerqué a él y me dijo que lo mejor era dejar el caso como si la joven se hubiera quitado la vida. Su comportamiento abrió mi curiosidad para seguir investigando así que... comencé a seguir sus pasos, los bares que frecuentaba, la gente con la que se rodeaba, hasta que di con él. No como el Oficial Santiago Flander sino como el engranaje. 

Mientras investigaba me puse el sobre nombre de "El centavo", obviamente no podía ir por ahí diciendo que era El Oficial Spencer. 

—¿Por eso se cambió el nombre a Omar? —me pregunta el Oficial Jackson como si no me conociera, ni siquiera levanta la mirada de su libreta— No, en ese momento sólo me puse el sobrenombre de El centavo —mueve su cabeza pero sigue anotando todo lo que digo. 

Como decía, me moví por los mismos lugares que él y en trascurso conocí a muchísima gente. Recuerdo una ocasión que mientras lo seguía escuché una conversación. Hablaba con un chico, bastante joven, éste le decía a tu padre que no lograba encontrar a una persona y obviamente él se disgustó, por ello, lo amenazó y sólo le dió 2 días más —Jackson intenta preguntar y antes de hacerlo, agrego: al día siguiente me lo encentré, bueno, en realidad hice que nos encontraramos. Le dije quien era y lo que buscaba. Dije que podía ayudarlo y me contó lo que sabía. 

—¿Recuerda su nombre? 

—se llamaba Jared Ridunber —en cuanto digo el nombre del chico, Esperanza deja salir su llanto— Me dijo que queria salirse de ese trabajo y que intentaba proteger a una chica de la que se había enamorado. Le dije que lo protegería a él y ella. Me dio el nombre de Esperanza y la dirección —nadie dice nada, sólo procesan la información— no logré protegerlo. Al parecer, alguien nos había visto hablar y le informaron a tu padre. Ese mismo día lo mataron. 

—¿Qué fue exactamente lo que le dijo Jared? 

—Que se encargaba de "conquistar" chicas para después llevarlas con Santiago. Me dio algunas dirreciones y nombres. 

—¿Aún tiene las dirreciones? 

—Posiblemente, debo buscarlas, pero honestamente... dudo que sigan ahí. Debieron haberse movido. 

—Hablando de direcciones... —Es Iker el que se anima a hablar— ¿Porqué dió otra dirección en la comisaria?

—¿Otra dirección? no entiendo. 

—El día que buscabamos a Elizabeth logramos encontrar información de donde vivias, bueno, según. Diste la dirección de  680 N Federal Hwy  Fort Lauderdale, FL 33304 26.130506, -80.136970.

—Antes vivía ahí. ¿No creerás que en diez años no a cambiado la ciudad. 

—¿Entonces esa si era su dirección? 

—Claro que lo era, pero nos ofrecieron a mi familia y a mí dinero para derrumbar la casa y construir en esa zona la tienda que vieron ese día. 

—Entonce... ese día del accidente. ¿Qué fue lo que pasó? —interrumpe la conversación Jackson.

—Llegué, me amenazó y yo le dije que se entregará, que diera la información que sabía y que él podría safarse de la situación porque era sólo un complice más no el encargado de aquella organización. —el día que te citó a ti— hablaba directemente con Jackson— supe que te enredó y te hizo creer que yo era el culpable, sabía que llegarías al lugar y su intención de él era evidenciarme frente a ti. Pero no lo logró. 

—¿Porqué mi madre entró a la carcél? No lo entiendo, si tu sabías que era mi padre el culpable porque tuvo que pagar ella. 

—Tu padre uso la casa y el nombre de tu madre para hacer algunos movimientos ilegales. Además de contar con evidencia en casa que por su puesto encontraron los policias. Intenté atestiguar a que tu madre era inocente pero... no pude. En ese momento estaba siendo buscado por la mafia a la que trabaja tu papá. Pensé que me matarían por saber todo esa información. Ubiera preferiedo que así fuera. 

—Entonces... ¿Qué fue lo que pasó? —fue más una suplica que un regaño. 

—Tenían checada a mi familia. Y se vengaron con un integrante. No fue conmigo sino con mi hijo. 

—¿Mataron a tu hijo? 

No logro responder con palabras esa pregunta. Pero afirmo con la cabeza. 

—¿Tu hijo es Octavio? —pregunta Derek. 

—No. Mi hijo se llamaba Ernesto

—Entonces... ¿Qué tiene que ver el nombre que dio Mireya contigo?

—Era amigo de mi hijo, lamentablemente, estuvo presente cuando mataron a mi hijo, antes de dispararle a Ernesto, le dieron por error a Octavia. Y ambos murieron. 

—Esa fue la razón por la que vendiste la casa —me pregunta Elizabeth. 

—No lograste llegar a dar tu testimonio porque ellos te lo impideron. 

—Mi plan era llegar y poder dar la información que sabía, pero en el trascurso me comenzaron a seguir dos camionetas. Me arrinconaron, me bajaron de mi auto y me subieron a una de la de ellos. Me llevaron a la calle de la escuela de mi hijo, estaba amarrado y tapado de la boca. Ellos disfrutaron hacerme sufrir. Salió mi hijo y en un moviento por correr a un puesto y comprar un dulce le dieron a Octavio. Él sólo recibió un balazo que le quitó la vida al instante. Octavio recibió ocho. Las palabras, los gritos, la sangre y ver a mi hijo tirado en el suelo me hizo querer regresar atrás y no involucrarme en nada. Pero ya era tarde. Me aventaron de la camioneta. Mucha gente corrió a ayudarme a quitarme la cinta y el pañuelo de la boca y desamarraron los nudos. Corrí y abracé su cuerpo. Las ambulacian llegaron y la policia también. No pude decir nada. Dije que no sabía quién había hecho eso. 

—¿Porqué? —me pregunta con enojo la pareja de Derek. 

—Antes de aventarme de la camioneta me dijeron que no podía decir nada, que debía irme con mi esposa si es que no quería que le hicieran daño. Después de vivir aquel suceso preferí callar. Después de enterrarlo, de vender la casa porque no tenía otra opción, nos fuimos lejos Amalia y yo. 

—¿Porque regresaste? —Jackson vuelve a hablarme como antes, como los compañeros que fuimos. 

—mi esposa falleció 4 años después. Y estando solo, después de ver morir a las personas que amé. Regrese para encontrarme con Esperanza. De todo lo que podía hacer era cumplir la promesa que le hice a Jared —me quedo callado por un momento— logré encontrarla y me quedé a su lado todo este tiempo. Sin seguir investigando, sin hablar de lo que sabía. Nada, no seguí haciendo nada. 





Solo ocurre una vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora