𝗦𝗖𝗔𝗥𝗟𝗘𝗧𝗧 ๛ 𝗷𝗮𝘀𝗽𝗲𝗿 𝗵𝗮𝗹𝗲

08.

Capítulo 8: Inseguridades.

SCARLETT.

La primaria de la reserva es muy cool. De hecho, en los otros edificios están los del instituto. Me muevo por los pasillos del lugar, ya que no quiero molestar a mi madre. Me siento como una niña al estar con ella en su trabajo, pero me gusta conocer cosas nuevas así que sigo haciendo lo que hago. Suena el timbre que anuncia el receso y muchas personas salen, algunas me dan varias miradas. Y otros son tran bruscos que incluso me dan varios empujones que me generan dolor hasta que siento que caigo pero antes de llegar al suelo, siento que me toman en brazos.

—¡Me salvaste la vida! —exclamo sincera. Me llevo una mano al pecho respirando con dificultad—. Gracias.

—Si eres nueva deberías tener más cuidado —advierte con voz dura pero amable.

—No soy nueva, de hecho, no estudió aquí. —Sonrío apenada—. Mi madre es maestra de primaria y yo estaba aburrida y vine con ella. No quería molestarla y decidí husmear un poco.

—Okay, ¿quieres que te acompañe? —ofrece amable y asiento. Se posiciona a mi lado para evitar que me vuelvan a empujar y me guía a través de los pasillos.

—Tengo leucemia y si hubiera caído, bueno... hubiera sangrado o habría pasado algo mucho peor —comento mientras avanzamos—. De nuevo gracias...

—Sam.

—Gracias, Sam —le digo sincera—. Soy Scarlett, vivo fuera de la reserva.

—Comprendo.

Cuando veo el salón de mi madre, me despido de Sam e ingreso. El muchacho fue amable conmigo y no parece ser tan intimidante, aunque tenga esa cara ruda. Mamá me revisa cuando le cuento lo que pasó, pero le aseguro que estoy bien.

Por la noche, me observo el gran hematoma que tengo en el hombro. Le pongo un poco de pomada para que disminuya y me llevo una mano al pecho cuando veo a Jasper a través del espejo, observando mi hombro. Abro los ojos de más y quiero gritarle porque pude haber estado desnuda y sin pijama.

—Hola, Jazz, ¿cómo entraste?

—¿Qué te pasó? —pregunta acercándose.

—Ah, solo choqué con alguien por accidente y no fue grave —le explico, aplicándome más pomada.

—Entré por tu ventana —responde, acercándose—. Soy un... ya sabes.

—Lo sé —murmuro—. ¿Me explicarías más para entender más sobre tu mundo? Mi curiosidad ha crecido un poco.

Hago un ademán con los dedos, sacándole una sonrisa. Con sus dedos toca mi cabello y me huele, haciéndome reír.

—Hueles extraño —murmura para sí mismo. Me giro para quedar frente a él y beso su mejilla.

—Es que no me bañé —bromeo.

—Es otra cosa —dice dudoso. Beso su mejilla y me voy a mi cama.

—Ya que estás aquí, hablemos hasta quedarnos dormidos —le pido, palmeando mi cama.

—Yo no duermo.

—Ah, bueno, hasta que me duerma.

Asiente y se acuesta a mi lado. Deja que me acurruque cerca de él y comienza a explicarme más sobre su mundo. Los detalles cobran sentido a medida que va explicándome.

El fin de semana pasa rápidamente, el lunes llega con el cielo despejado y mucho sol. Recuerdo las palabras de Jasper con referencia a los días calurosos como estos y decido quedarme en casa pues es obvio que ellos no van a ir y no tendré a nadie que me lleve.