CAPÍTULO 1

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La alarma no paraba de sonar y eso para Minho era una condena

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La alarma no paraba de sonar y eso para Minho era una condena. No quería despertarse, no sin él, su otra mitad y el amor de mi vida, Han Jisung.

Pero a final de cuentas, era culpa del pelinegro, el había arruinado su tan bonita relación, había destruido lo que un día juró proteger. No había día en el que no se lamentara todo el daño que le causó al menor. Ya han pasado cuatro años de lo ocurrido y el mayor solo piensa en que habrá sido de él y si logró cumplir sus sueños, si quizá conoció a alguien nuevo y... decidió darle una nueva oportunidad al amor. 

Suspiró y se sentó a la orilla de la cama, estaba cansado. Se levantó ya dispuesto a cumplir con sus labores del día, al menos eso mantendría su mente ocupada.

Las calles de Londres estaban curiosamente desoladas el día de hoy, quizá era por la hora o por el clima que probablemente esté a 12⁰C o quizá porque era sábado y nadie en su sano juicio se atrevería a salir un fin de semana con semejantes condici...

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Las calles de Londres estaban curiosamente desoladas el día de hoy, quizá era por la hora o por el clima que probablemente esté a 12⁰C o quizá porque era sábado y nadie en su sano juicio se atrevería a salir un fin de semana con semejantes condiciones climáticas.

Minho hizo una mueca al sentir el frío colándose entre el abrigo y su cuerpo. Apresuró su paso para subirse al auto y procuró llegar lo más pronto posible a la empresa; al llegar el guardia de seguridad lo saludó cordialmente, no era para nada nuevo ver al joven un fin de semana en los alrededores del lugar.

—Buenos días Ted —saludó amablemente el pelinegro al señor con su lindo acento inglés.

—Buenos dias joven Lee, ayer en la noche pasaron dejando un paquete y tiene su nombre —habló rápidamente el señor antes de que el chico se fuese a encerrar a su oficina.

—¿De parte de quién es? —preguntó mientras se acercaba y tomaba el paquete.

—Supongo que por parte de iHerb... ahí en la caja estaba esa etiqueta —la señaló.

—Oh... entiendo... gracias —sonrió Minho de una forma bastante fingida y rápidamente huyó hacia el ascensor.

Presionó el último botón del elevador y espero hasta llegar a su piso, luego se encerró en la oficina. Dejó el paquete en su escritorio y no dudo en abrirlo.

HEARTBEAT • 𝐌𝐈𝐍𝐒𝐔𝐍𝐆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora