"Desearía que me amaras de nuevo, como ayer."
Donde Lee Minho engaña a Han Jisung, pero cuatro años después se reencuentran y reviven viejos recuerdos que podrían dar lugar a un nuevo comienzo juntos o ser el cierre de un ciclo tortuoso para ambos j...
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Lee Minho
Llegué a mi oficina pasadas las nueve de la mañana, con la sensación familiar de regresar a la rutina después de una pausa prolongada. Había pasado algún tiempo desde que dejé Londres y, aunque había estado ocupado con la boda y otros eventos familiares, sabía que era momento de volver a enfocarme en mi carrera. La transición de nuevo a la vida laboral me resultaba agridulce; por un lado, disfrutaba la satisfacción de trabajar, pero por otro, las exigencias laborales a menudo se volvían abrumadoras.
Encendí mi computadora y repasé mentalmente la agenda del día. Había agendado una reunión virtual con mi equipo en Londres más tarde, algo que requería mi atención total para asegurarme de que los proyectos estuvieran en marcha. Mientras tanto, mi primera tarea era entrevistar a varios candidatos para el puesto de asistente personal.
La carga de trabajo había crecido significativamente, y el estrés de manejar todo por mi cuenta se estaba volviendo insostenible. Necesitaba a alguien que pudiera ayudarme a organizar y priorizar, asegurándose de que nada importante se pasara por alto. Esta idea de contratar a un asistente había estado rondando mi mente durante semanas, y finalmente había decidido dar el paso.
Felix, mi hermano menor, había accedido a acompañarme en las entrevistas. Su perspectiva fresca y analítica siempre había sido valiosa, y sabía que contar con su opinión me ayudaría a tomar una mejor decisión. Mientras esperaba su llegada, revisé los currículums de los candidatos, evaluando sus experiencias y habilidades.
—¿Listo para encontrar al próximo miembro del equipo Lee? —bromeó Felix al entrar en la oficina, con su habitual sonrisa despreocupada.
—Más que listo. Necesito a alguien que pueda ayudarme a mantener la cordura —respondí con una sonrisa, agradecido por su apoyo.
Felix y yo nos instalamos en la sala de conferencias, donde pasaríamos la mañana entrevistando a los candidatos. Cada uno tenía su propio conjunto de habilidades y experiencias únicas, pero buscábamos a alguien que encajara bien con el estilo de trabajo y pudiera anticipar necesidades, no solo reaccionar ante ellas.
La primera candidata era una joven con experiencia en administración de empresas y un entusiasmo palpable por el puesto. Respondió a nuestras preguntas con confianza y mostró un gran interés en aprender y adaptarse. A pesar de su falta de experiencia directa en asistencia personal, su actitud positiva y disposición para asumir desafíos eran impresionantes.
A medida que avanzaban las entrevistas, Felix y yo discutimos los pros y los contras de cada candidato. Algunas personas eran más experimentadas, mientras que otras ofrecían una energía y motivación que podría ser invaluable. Al final del día, tenía una lista corta de potenciales asistentes, pero ninguna decisión final.
—Tienes un par de buenos candidatos aquí, pero la decisión es tuya —dijo Felix mientras recogía sus cosas—. Asegúrate de elegir a alguien con quien realmente puedas trabajar.
