CAPÍTULO 14

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Lee Minho

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Lee Minho

La profesora nos iba llamando por orden alfabético para entregarnos nuestros exámenes. Sentía una mezcla de nervios y anticipación, pero cuando llegó a la "L" y se saltó mi nombre, un mal presentimiento se instaló en mi estómago.

Al finalizar la clase, la profesora me llamó y me acerqué con cautela a su escritorio. Era obvio que una felicitación no me esperaba.

—Joven Lee —dijo, mirándome con seriedad—. Su rendimiento académico me preocupa, y creo que usted también debería sentirse así.

Me extendió mis exámenes, y al ver las notas de matemáticas y ciencias, mi corazón se hundió. Ambas tenían notas realmente bajas.

—¿Qué está pasando? —preguntó la profesora—. Sé que puede hacerlo mejor que esto. Usted es uno de los estudiantes más inteligentes de la clase, pero estas calificaciones no lo reflejan.

Sentí un nudo en la garganta mientras miraba las cifras rojas en los exámenes. Sabía que tenía problemas para concentrarme, especialmente con todo lo que estaba sucediendo en casa y mi compromiso con el equipo de voleibol. Pero eso no era excusa suficiente para mis bajas calificaciones.

—Lo siento, profesora —murmuré, sintiéndome avergonzado mientras hacia una leve reverencia—. Prometo que trabajaré más duro.

Ella suspiró, su expresión suavizándose un poco.

—Espero que lo haga, Minho. Sé que tiene mucho potencial, pero debe encontrar un equilibrio. Si necesita ayuda, no dude en pedírmela.

Asentí, agradecido por su comprensión, aunque sentía el peso de la decepción. Sabía que esto no iba a ser fácil de explicar a mi abuelo, quien tenía expectativas muy altas para mí.

Quizá omitiria decirle.

—De hecho, he pensado en asignarle un tutor —continuó la profesora—. Alguien que pueda ayudarle a repasar los temas que le cuestan más y a organizar mejor su tiempo de estudio.

Me sorprendí ante la propuesta, pero también sentí un atisbo de esperanza.

—¿Un tutor? —pregunté, tratando de asimilar la idea.

—Sí, un estudiante que ha demostrado ser muy competente en estas materias y que creo que podría ser un buen apoyo para usted —dijo, entregándome una hoja con el nombre y el horario de tutorías—. Su nombre es Han Jisung. Estoy segura de que le será de gran ayuda.

Al escuchar el nombre, me quedé atónito. De entre todos los alumnos, ¿por qué Jisung?

—¿No hay otro estudiante disponible? —la maestra negó y yo bufé—. ¿Qué pasa si no acepto?

HEARTBEAT • 𝐌𝐈𝐍𝐒𝐔𝐍𝐆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora