CAPÍTULO 17

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Lee Minho

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Lee Minho

Para mi fortuna (o desgracia), mi abuelo había salido del país por motivos de negocio. Sin embargo, dejó a su secretario cerca de nosotros, como si quisiera asegurarse de que su influencia se sintiera incluso en su ausencia.

Estaba sentado en una pequeña sala del jardín de nuestra casa, disfrutando de una tarde tranquila con una taza de café, cuando vi a Seungmin acercarse, escoltado por el señor Kang.

—Buenas tardes, joven Minho —comentó Seungmin al entrar.

—Buenas tardes, Seungmin —contesté, dejando mi taza de café a un lado—. ¿Qué te trae por aquí?

—Su abuelo me envió para avisarle que esta noche tiene una cena con el señor Park.

Fruncí el ceño, claramente molesto.

—¿Y por qué yo? —murmuré.

Seungmin mantuvo su compostura, aunque vi una chispa de simpatía en sus ojos.

—Son temas más personales de los cuales su abuelo probablemente le comente más tarde.

—¿Tú sabes algo, no? —insistí, esperando alguna pista. Seungmin negó con la cabeza.

—Eso se lo dirá su abuelo.

Estaba a punto de responder con más insistencia cuando mi celular empezó a vibrar en mi bolsillo. Bufé y me alejé un poco para contestar la llamada, reconociendo el número de inmediato.

—¿Por qué tengo que ir yo a tu reunión? —dije en un tono más molesto de lo que pretendía.

—Más respeto a tu abuelo, idiota —respondió la voz autoritaria del otro lado de la línea.

Suspiré, tratando de calmarme.

—Lo siento, solo me sorprendió porque normalmente haces esas reuniones sin mí.

—No me hagas repetir las cosas, Minho —dijo, ignorando mi disculpa—. Necesito que estés presente. Es importante para la empresa y, más importante aún, para nuestra familia.

—Está bien —cedí, sabiendo que no tenía otra opción—. Estaré allí.

—Eso espero —dijo antes de colgar abruptamente.

Guardé el teléfono en mi bolsillo y regresé hacia Seungmin, quien seguía esperando pacientemente.

—Parece que tengo que ir a esa cena —dije con resignación.

—Lo sé —respondió Seungmin—. No se preocupe, me aseguraré de que todo esté listo para su partida.

Asentí, sintiéndome atrapado entre mis deberes familiares y mis propios deseos. Con un último vistazo al jardín tranquilo, me dirigí hacia la casa, preparándome para enfrentar otra noche bajo la sombra del control de mi abuelo.

HEARTBEAT • 𝐌𝐈𝐍𝐒𝐔𝐍𝐆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora