"Desearía que me amaras de nuevo, como ayer."
Donde Lee Minho engaña a Han Jisung, pero cuatro años después se reencuentran y reviven viejos recuerdos que podrían dar lugar a un nuevo comienzo juntos o ser el cierre de un ciclo tortuoso para ambos j...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lee Minho
Suspiré rendido mientras me miraba al espejo, sintiendo el peso de las expectativas y obligaciones familiares caer sobre mis hombros una vez más. Me sentía un idiota, atrapado en una vida que no había elegido, esclavo de mi propio apellido. Cada reflejo en ese espejo me recordaba la marioneta en la que me había convertido, manipulada por los hilos invisibles que mi abuelo, el titiritero maestro, movía a su antojo.
Era una jodida marioneta de mi abuelo, siempre lo había sido. Desde pequeño, me había enseñado a anteponer el honor y la reputación de la familia a cualquier deseo personal. Sus planes, sus ambiciones, siempre habían dictado el curso de mi vida. Y ahora, una vez más, estaba siendo forzado a sacrificar mi felicidad en nombre de esos mismos ideales.
Recordé el concierto, la mirada de Jisung, y cómo la chispa de algo viejo y aún dolorosamente real había revivido en mi interior. Pero incluso ese destello de esperanza se desvanecía ante la realidad de mi situación. No podía permitirme ser débil, no cuando mi abuelo estaba decidido a mantenerme bajo su control.
Las palabras que me dijo esa noche resonaban en mi cabeza, una y otra vez. "La familia es todo, y protegerla requiere decisiones difíciles." Pero esas decisiones siempre parecían requerir que yo sacrificara lo que más quería. Había intentado rebelarme antes, pero cada intento solo había fortalecido su control sobre mí.
Miré mis propias manos, preguntándome cuántas veces más tendría que ceder antes de poder liberarme de esas cadenas invisibles. La sombra de mi abuelo siempre estaba presente, amenazando con destruir cualquier cosa que valorara si me atrevía a desafiarlo.
Jisung merecía algo mejor, alguien que pudiera estar a su lado sin reservas, sin miedos. Y yo... yo me encontraba atrapado en una jaula dorada, incapaz de romper los barrotes que me mantenían prisionero.
Suspiré una vez más, sabiendo que el camino por delante sería difícil y doloroso. Pero si alguna vez quería recuperar mi vida y mi felicidad, tendría que encontrar la fuerza para enfrentar a mi abuelo y los demonios que él representaba. Porque ser una marioneta, esclavo de mi apellido, ya no era una opción que pudiera soportar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
