CAPÍTULO 22

41 3 0
                                    

Lee Minho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lee Minho

Hoy tenía mi primera tutoría con Jisung, y mientras caminaba por los pasillos del colegio hacia la biblioteca, me invadía una mezcla de nerviosismo y anticipación. No podía negar que estaba intimidado por la inteligencia de Jisung; su reputación como uno de los estudiantes más brillantes de nuestra escuela era bien conocida, y me sentía inseguro sobre cómo sería trabajar con él.

Había oído mucho sobre sus habilidades académicas: siempre obtenía las mejores calificaciones y parecía que nada era demasiado difícil para él. Esto me hacía preguntarme qué vería él en mí, un estudiante promedio en comparación, que a menudo luchaba para seguir el ritmo en clase.

Al llegar a la biblioteca, empujé la puerta con suavidad y lo vi sentado en una de las mesas al fondo, rodeado de libros y tomando notas con su característico enfoque. Jisung tenía el tipo de concentración que hacía que el mundo a su alrededor desapareciera, y no pude evitar sentir una punzada de admiración al verlo tan inmerso en su trabajo.

—Hola, Jisung —saludé, tratando de sonar más seguro de lo que me sentía.

Él levantó la mirada y me dedicó una sonrisa amistosa.

—Hola, Minho. Qué bueno que llegaste —dijo, haciendo un gesto para que me sentara a su lado.

Mientras me acomodaba en la silla, intenté ignorar la sensación de nervios que todavía persistía. Había esperado que fuera un poco distante o quizás impaciente, pero su calidez me hizo sentir más a gusto de inmediato.

—Así que, ¿por dónde te gustaría empezar? —preguntó, organizando sus notas y mirándome con genuina curiosidad.

—Bueno, creo que podría ocupar un poco de ayuda con matemáticas —admití, sintiéndome un poco avergonzado.

Él asintió, hojeando su cuaderno hasta llegar a la sección correspondiente.

—No te preocupes, podemos ir a tu ritmo. ¿Qué tema te está costando más?

Su disposición para ayudarme sin juicio me sorprendió gratamente. A medida que avanzábamos en la sesión, Jisung demostró ser un tutor paciente y comprensivo, explicando cada concepto con claridad y asegurándose de que realmente entendiera cada paso antes de pasar al siguiente.

Mientras me guiaba a través de los problemas, comencé a darme cuenta de que no solo era increíblemente inteligente, sino también muy apasionado por compartir su conocimiento. Había una chispa en sus ojos cada vez que lograba ayudarme a comprender algo, y esa energía era contagiosa.

A medida que la tutoría continuaba, empecé a relajarme y participar más activamente en la discusión. Para mi sorpresa, el tiempo pasó volando, y antes de que me diera cuenta, la sesión estaba terminando.

HEARTBEAT • 𝐌𝐈𝐍𝐒𝐔𝐍𝐆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora