C A P Í T U L O 2

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El sol de la mañana que brillaba intensamente acompañaba a Camilo en su camino, estaba dudoso de ir tocando puerta por puerta hasta encontrar la casa cuando súbitamente una figura en un jardín cercano le llamo su atención, la había encontrado y esta estaba sentada pintando en un caballete sumergida en el lienzo, lentamente el chico se acercó a la cerca simplemente observándola

- ¡T/n!- el grito del chico saco de su concentración a la joven provocando incluso que saltará del asombro

- ¿Camilo?- pronunció un poco más calmada- ¿Qué haces aquí?- una sonrisa comenzaba a crearse en su rostro conforme se acercaba a el

- Dijiste que si necesitaba algo podía venir- ella asintió- Bueno digamos que no necesariamente necesito algo pero si quiera...- carraspeo su garganta intentando mantener aún su aire tranquilo- Invitarte a pasear, ¡Claro si tienes tiempo y si quieres!- la chica río ligeramente avergonzada por la petición

- Claro, solo dame un momento para cambiarme, no tardo lo juro- entro corriendo a la casa dejando al chico con una sonrisa en el rostro

Sin querer te habías comenzado a preocuparte mucho por lo que llevabas puesto, buscaste rápidamente en tu ropa  escogiendo al final un vestido naranja con pequeñas flores rojas en el pecho y al final de la falda, arreglaste ligeramente tu cabello para después salir rápidamente.

- ¡Ahorita vuelvo, voy con un amigo!- gritaste a tu madre desde el salón para que te pudiera escuchar

- No llegues tarde flaca- le contesto ella desde la cocina

...

Se encontraba el chico recargado al lado de la puerta esperando a que salieras y cuando finalmente vio que se abría la puerta intento soltarte un chiste sobre lo mucho que te habías tardado pero de inmediato se quedó en silencio y en blanco al verte poner un pie afuera de la morada.

- Lo siento por el tiempo pero ya estoy lista- le dirigió una mirada confundida- ¿Está todo bien?- el chico reaccionó y de inmediato intento recuperar su compostura

- Sí, no te preocupes, casi me hago viejo esperándote pero en realidad no fue nada importante ja ja ja- la chica río soltándole un pequeño empujón en su hombro

- Está bien~, ya vámonos- le dirigió una sonrisa antes de que ambos comenzaran a caminar por el pueblo

Caminaban los dos ligeramente cerca uno del otro al principio algo incomodos por el silencio que se manifestaba pero poco a poco comenzaban a hablar sobre pequeñas cosas, algunas bromas de parte de Camilo provocaban que te fueras soltando hasta el punto de que aquel silencio ya no existía.

- ¿Y qué tienes en mente para hacer hoy?- pregunto curiosa la chica con una sonrisa en el rostro

- Nada en especial- se encogió de hombros- ¿Por qué no vamos a la plaza? Y ahí buscamos algo para hacer- la sonrisa en su rostro alegraba el corazón de la chica así que sin dudarlo acepto

Se habían sentado apenas hace algunos minutos platicando calmadamente cuando en el lugar apareció un aroma agradable llegando a la nariz de ella provocando que involuntariamente soltara una sonrisa.

- Mmm huele delicioso- inhaló profundó- Son elotes ¿Verdad?- Camilo asintió

- SI quieres vamos por unos- se levantó para después rápidamente tomar tu mano llevándote hacia el puesto dónde provenía el aroma

Estaban a punto de que se los entregaran así que la chica decidió buscar en su bolso algo de dinero para poder pagar el suyo pero antes de que pudiera siquiera sacarlo la mano de Camilo cerro su bolso de golpe para después entregarle su elote.

- ¿Qué haces?- lo miro confundida

- No sería muy cortes de mi parte dejarte pagar- había hecho un ademán con las manos señalándose el pecho en un tono algo dramático

- Además de mágico también eres amable- el chico asintió mordiendo su elote-Bueno en ese caso...- entrelazo el brazo libre del chico con el suyo dirigiéndole una enorme sonrisa- Muchas gracias Camilo- sutilmente las mejillas del rizado se tiñeron de rojo, inhaló profundo recuperando su imagen

- No tienes que agradecer- había cerrado los ojos para después abrirlos un poco- Ya que la próxima vez tú me invitaras- la chica río ante su comentario

- ¿Próxima vez?- asintió el chico sonriendo- Está bien, me gusta la idea de pasar tiempo contigo- ambos sonrieron sintiendo un gran calor en el corazón

Se habían sentado ambos en una pequeña banca mientras comían, el chico contaba historias graciosas que le sucedían gracias a su don mientras que ella hablaba sobre porque le gustaba tanto pintar.

- ¡¿En verdad?! ¡Ojos viscos! Pensé que los madrigal controlaban mejor sus poderes- seguía riendo ella

- Claro que los controlamos solo que fue simplemente el impacto de la noticia, a cualquiera le pasa, ¿No has visto el clima que luego provoca mi mamá?- se había inclinado hacia atrás fingiendo sentirse ofendido

- Si claro- rio para después darle una mordida a tu elote

La mirada del chico rápidamente se enfocó en el rostro de ella, analizaba sus facciones con profunda dulzura hasta que noto algo en el provocando que sus ojos se detuvieran en ello.

- Tienes algo...- se había transformado en ella para poder señalarse la punta de su nariz- Aquí- la chica lo miro confundida

- ¿Algo?- había intentado mirar la punta de su nariz provocando que hiciera viscos, Camilo rio debido a la cara graciosa que había hecho la chica antes de regresar a su forma, acercó su mano a su rostro lentamente tocando su nariz para después enseñarle su dedo

- Solo un poco de mayonesa- la sonrisa de él era tan cálida que hacía latir más rápido el corazón de ella

- Gracias- la chica bajo la mirada un poco avergonzada y ruborizada

𝑼𝒏𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒂𝒍𝒆𝒐𝒏 (Camilo x T/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora