C A P Í T U L O 33

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Las semanas habían pasado rápidamente al lado suyo dejándote una extraña sensación en ti, actúan de manera más abierta con su afecto pero siempre manteniendo esa vergüenza cuando se trataba de algo más íntimo como un beso, hasta el momento siempre que comenzaban sutilmente a acercarse alguno de los dos terminaba apenándose provocando que se apartara, te molestaba un poco que no pudieras tener el suficiente coraje como para hacerlo pero por una parte deseabas que se mantuviera así, no querías que el primer beso entre ustedes fuera simplemente porque simulaban tener una discusión que había generado cierta tensión en ustedes, querías que fuera especial.

Teniendo aun la mente en las nubes abriste la puerta de tu casa escuchando como tu madre hablaba en voz baja con alguien, apenas y entraste bien pudiste notar que la otra persona era Camilo pero extrañamente ahora ambos estaban en silencio mirándote fijamente, los miraste confundida preguntándoles el porqué del abrupto silencio al mismo tiempo que te acercabas a ellos.

- Nada solo vine a pasar tiempo con tu madre- soltó una risa ligeramente nerviosa para después tomar un sorbo de jugo, le dirigiste una mirada a tu madre quien asintió con un sonrisa confirmando lo que él había dicho

- ¿Con mi mamá? ¿Acaso ya me vas a reemplazar?- tanto tu como tu progenitora soltaron una pequeña risa, el joven sonreía de manera picara cuando rápidamente tomo tu mano provocando que te sonrojaras un poco

- Nadie podría reemplazarte- había usado un tono bajo que solo te hizo tener un escalofrió por toda tu espalda que el claramente lo noto ensanchando más su sonrisa en modo de satisfacción, soltó tu mano dirigiéndose hacia su vaso tomando lo que sobraba de un solo golpe- Gracias por todo señora, nos vemos luego- la mencionada le sacudió la mano en forma de despedida teniendo en el rostro una sonrisa

- ¿Por qué la prisa?- le dijiste en forma de burla a lo cual él te sonrió deteniendo su andar hacia la puerta

- No te preocupes, pensaba venir mañana por ti, ¿Te parece?- asentiste a lo cual siguió con su camino despidiendose de ti con un movimiento de mano antes de cerrar la puerta, rápidamente miraste a tu madre de manera curiosa quien tenía en su rostro una expresión de confusión

- Ya dilo, algo sucedió ¿Verdad?- se apresuró ella a negar con la cabeza energéticamente dejándote ahora a ti confundida- Entonces ¿Por qué esa rara visita?- dijiste señalando con tu pulgar por encima de tu hombro hacia donde él había salido

- No lo sé- se encogió de hombro- En verdad cariño, solo estuvimos charlando de cosas banales- poso una mano en tu hombro en un intento de que te relajaras funcionando solo un poco

...

El chico había llegado a la casita notoriamente nervioso por el hecho de que casi lo descubrieran ideando su plan, apenas caminaba por el recibidor cuando fue interceptado por su madre quien estaba a punto de generar un tornado por los nervios.

- ¿Qué te dijo?- movía las manos rápidamente por lo cual el joven coloco las suyas sobre ellas esperando calmar a su mamá con ese gesto y su sonrisa

- Su cumpleaños es dentro de tres semanas y acepto que se hiciera aquí en la casita, ella se encargara de que no cree ningún plan para ese día y que de algún modo creíble venga aquí sin sospechar nada- soltó un profundo suspiro- ¿En verdad crees que es buena idea?- se mostraba preocupado

- Cariño- se inclinó la mujer hacia el tomando con una mano su rostro- Si viene de tu corazón por supuesto que es buena idea, ten por seguro que ella apreciara el gesto y más cuando le digas lo que sientes mi vida- ambos sonrieron dulcemente antes de que ella rompiera la atmosfera- Bueno no tenemos tiempo que perder, tienes que contarnos que cosas, comida e incluso adornos le gustan para comenzar a trabajar- tomo el brazo del chico llevándolo con la abuela con la intención de comunicarle la buena noticia

La mujer mayor había pedido que todos se reunirán explicándoles lo que sucedería las próximas semanas, evitando totalmente el detalle de la confesión del chico quedando como un secreto entre la madre, alma y el joven, todos se mostraron contentos con la idea de ofrecerte una sorpresa en un día especial para ti y más cuando sabían lo importante que eras para él, uno por uno comenzaron a aportar ideas para la decoración y comida haciendo que el chico interviniera de vez en cuando para corregir ciertas aportaciones con la idea de que se ajustaran a tus gustos, hablaba sobre qué comida era tu favorita hasta que el comentario de Isabela diciendo que te conocía como la palma de su mano a pesar de que no eran novios lo hizo ruborizarse profundamente haciendo que se trabara incluso un poco cuando quiso continuar hablando, después solo hubo unas cuantas pequeñas anotaciones más dejando que cada Madrigal escogiera que tarea hacer, apenas termino la charla comenzaron a dispersarse hablando animadamente de lo que haría cada uno para aquella fecha pero a pesar de que el compartir su idea con todos le aclaro ligeramente la mente aún se seguía sintiendo nervioso, cerró los ojos durante un instante pensando por última vez si lo que deseaba hacer a continuación era correcto, avanzo con paso firme.

- Tío bruno- el mencionado volteo hacia él por lo cual el joven camino con apuro acercándose a él, miro rápidamente hacia los lados observando como los demás se alejaban deseando que nadie los escuchara, exceptuando obviamente a Dolores, Después lentamente bajo su mirada sabiendo que esa sería su última oportunidad de arrepentirse pero en vez de hacerlo levanto su mirada con mucha más decisión que antes- Necesito pedirte algo- 

𝑼𝒏𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒂𝒍𝒆𝒐𝒏 (Camilo x T/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora