C A P Í T U L O 34

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- De ninguna manera- dijo con un tono algo elevado Bruno cubriendo su rostro con ambas manos esperando así ignorar al muchacho quien lo seguía por detrás de manera insistente por el pasillo de las puertas

- Vamos tío, en verdad necesito que tengas una visión- apresuro el paso colocándose al frente de hombre deteniendo su andar logrando ver como este se encontraba nervioso- Sé que aun tienes miedo de las profecías pero en serio necesito saber si lo que hare es lo que correcto- el mayor subió una mano a su cabello jugueteando con el de manera nerviosa

- ¿Y si no te gusta lo que veo? La última vez que predije algo sobre una pareja tu hermana sufrió por años- había extendido sus manos de forma desesperada esperando que se retractara pero él chico se mantuvo firme

- Oh por favor, Dolores logro casarse con Mariano y si ella pudo cambiar su profecía sé que yo también puedo hacerlo- el joven dirigió una mirada rápida a su alrededor llevándose una mano a su frente despejándola de cualquier cabello respirando lentamente esperando calmar así su alterado corazón- Solo estoy preocupado- bajo la mirada avergonzado por sus ideas

- Está bien...- escucho como su tío soltaba un profundo suspiro resignado- Solo dame unos minutos pero ni una palabra de esto a tu madre- el joven asintió con el ánimo ligeramente elevado mezclado con su nerviosismo

Dejo que el hombre se marchara a su cuarto, el joven entro a su propia habitación haciendo que su preocupación lo hiciera comenzar a dar vueltas por está tomándose de frente con un particular espejo, al principio se mostró confundido por el simple hecho de verlo descubierto ya que era uno de los pocos espejos que en verdad deseaba no tenerlo, antes de que pudiera si quiera hacer algo en el reflejo se veía a la chica detrás de él alejándose lentamente volteando su rostro solo por un instante para ver como ella lo desconocía continuando con su andar, rápidamente volteo la vista a un lado esperando que su mente no lo traicionara más colocando instintivamente una mano sobre su corazón apretando con la misma el poncho, en un movimiento rápido se sacó el poncho colocándolo encima del espejo tapándolo, dejo caer suavemente una mano por este diciéndose a sí mismo que aquel temor no lo iba a detener, había cerrado los ojos pero cuando escucho el golpeteo de la puerta los abrió enormemente acercándose con apuro a la misma abriéndola de golpe espantando al pelinegro.

- Esto es tuyo- le extendió la placa verde, se la arrebato de las manos viendo en ella a ti abrazando al chico, sintiendo como todo el peso se esfumaba permitiéndose esbozar una ligera sonrisa pero apenas alzo la mirada hacia el hombre para agradecerle pudo notar que él todavía tenía cosas por decir por lo cual lo dejo entrar

- ¿Qué más viste?- le pregunto el chico viendo como su tío jugueteaba con sus dedos finalmente teniendo una pequeña sonrisa en su rostro

- En realidad no mucho pero puedo decir que no pasa nada malo- acaricio su nuca- D-de hecho puedo darme el lujo de decir que todo sale maravilloso para ustedes- aquella pausa que hizo el mayor hizo pensar al muchacho que había algo más

- ¿Entonces?- indico con la cabeza que siguiera hablando

- Digamos que vi un poco más allá...- hizo un gesto con su mano como si algo se fuera confundiendo aún más al chico- No es nada malo lo juro tan solo curioso...- coloco un dedo sobre la visión haciendo que la vista del chico se dirigiera hacia ella- Antes de esto se veía a ella admirando un... anillo- aquella última palabra dejo en blanco al muchacho provocándole un enorme sonrojo

El joven levanto rápidamente su mirada viendo la sonrisa nerviosa de su tío el cual también sabía perfectamente lo que significaba aquello, fugazmente por su mente paso aquella situación dejándolo aún más apenado y rojo: nunca se había planteado la idea de un matrimonio pero viendo las cosas fríamente sinceramente parecía que ambos iban para ese camino.

- No me parece raro...- murmuro para sí mismo el chico- Casarme con ella... sería algo muy lindo- miro a su familiar sintiendo vergüenza por lo que había dicho tapándose con la misma visión el rostro- Eso fue demasiado- soltó una pequeña risa nerviosa sintiendo como el hombre colocaba una mano en su cabello acariciándolo lentamente

- Tranquilo Camilo, aun tienes tiempo para descubrir si es lo que deseas- descubrió sus ojos logrando ver cómo le brindaba una sonrisa tranquilizante, no necesitaba pensarlo tanto ya que sinceramente su corazón le estaba brindado la respuesta

Después de que su tío saliera de su habitación dejo la visión en un cajón del buro acercándose al espejo donde podía ver lo que más deseaba su corazón, antes de estar frente a él cerro los ojos pidiéndolo fuertemente a su corazón ser enormemente sincero esa vez, abrió los ojos lentamente soltando una risa tonta al mismo espejo el cual le devolvía un reflejo de él vestido totalmente de blanco, se dejó caer sobre la cama sintiendo el golpeteo de su corazón.

Había estado tan enfocado en decirte lo que sentía que nunca se había parado a pensar lo que sucedería a futuro, quería estar contigo y decirte todo lo que sentía, deseaba estar a tu lado para así compartir sus vidas y que aquel amor nunca desapareciera, lo cual encajaba perfectamente con la descripción de un matrimonio, el simple hecho de imaginarlo le ponía cálido el corazón pero siempre teniendo en mente que si quería que aquello sucediera tendría  primero que confesarse.

Antes de siquiera plantearle la idea a su madre había estado pensando mucho tiempo cómo decírtelo, quería que el momento fuera especial y mágico, que él pudiera sincerarse enormemente y al fin sentirse en paz con su corazón por lo cual dejo que su mente tuviera un montón de ideas, creando algunas rotundamente sencillas y otras extremadamente complejas, al final se decantó por una la cual entraba en un punto medio pero que le permitía expresarse como él lo deseaba pero necesitaba la ayuda de alguien.

...

El día siguiente había empezado, el joven repaso en su mente lo que había sucedido el día anterior dándole motivación para poder seguir con su plan, los Madrigal habían terminado de desayunar comenzando a dispersarse cada uno sumido en sus asuntos, por lo cual el chico decidió que entre más pronto pidiera ayuda más rápido se sentiría aliviado, tomo a Dolores del brazo llevándola a un rincón de la casa esperando que nadie los interrumpiera.

- ¿Esto es acaso por tu visión?- el chico rodo los ojos ruborizado para después negar con la cabeza- ¿Es acaso sobre tu confesión?- el asintió echando una última ojeada al vestíbulo

- Necesito que me ayudes- ella asintió preguntando el para que- Tengo una idea para decirle todo pero no puedo hacerlo solo...- apego sus manos cerradas a su pecho tomando una profunda respiración- Necesito que toques la guitarra- 

𝑼𝒏𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒂𝒍𝒆𝒐𝒏 (Camilo x T/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora