C A P Í T U L O 38

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Camilo tomo con más firmeza tu mandíbula para después sentir como su otra mano se colocaba al otro costado de tu rostro tomándolo con un poco de brusquedad jalándote un poco hacia él, hundió aún más sus labios sintiéndose algo acelerado y tal vez un poco desesperado por lo cual intentaste alejarte solo para respirar un instante pero de inmediato sus manos te volvieron a acercar, colocaste tus manos alrededor de su cuello esperando que el entendiera que lo que habías hecho no era en contrariedad a sus dulces labios, enredaste tus dedos por su cabello dejando tu cuerpo completamente apegado al suyo manteniendo tus pies en punta.

El beso comenzó a ser más intenso y frenético dejando que pequeños suspiros se escaparan entre los roces de sus labios provocando que lentamente comenzaras a reaccionar dándote cuenta de lo que sucedía, colocaste tus manos en su pecho alejándolo viendo en sus mejillas un sonrojo y en su rostro como se encontraba confundido y probablemente embobado, la respiración de ambos era irregular, ninguno hablo por lo que parecía ser una eternidad, tu mente cargo de golpe todo lo que había sucedido provocando que tu rubor aumentara enormemente dejándote totalmente apenada, el pareció notarlo ya que aligero su agarre dejando incluso que sus manos se relajan al punto de que cayeron a tu cuello.

Un beso... ¿Acaso aquello significa que correspondía tus sentimientos?, fue la pregunta más repetida en tu mente, tenías tantas ganas de cuestionarle aquello pero simplemente el nudo en tu garganta te lo impedía, alzaste la mirada hacia el encontrándote con sus hipnotizantes ojos verdes maldiciéndote interiormente por no ser tan valiente como él.

- C-camilo- balbuceaste de manera torpe- Yo...- sin pensarlo muy bien te zafaste de sus manos comenzando a correr hacia la puerta

Escuchaste detrás de ti como el chico gritaba tu nombre esperando que te detuvieras escuchando al mismo tiempo sus pisadas atrás de ti, pasaste por el pasillo de espejos viendo de manera rápida por el rabillo del ojo un montón de reflejos tuyos pero casi al final de este pasillo viste uno que te llamo la atención, aparecías tu junto al chico besándose o al menos eso era lo que parecía ya que se encontraba borroso el reflejo, al principio te sorprendió y apenó pero al fijarte más notaste que tenías en el cabello lo que parecía ser un velo avergonzándote por aquellos pensamientos que tenías.

Agitaste la cabeza tratando de disipar aquellas ideas regresando tu rumbo hacia la puerta saliendo de la habitación con rapidez, andabas por el pasillo intentando calmar tanto tu pulso como tu caminar cuando el escuchar su voz te puso nerviosa.

- T/n espera- volteaste un segundo a verlo logrando observar en su rostro un sentimiento de preocupación- Lo siento- lentamente comenzó a acercarse a ti mientras acariciaba su nuca quedando tan solo a unos pasos de distancia

- No tienes que disculparte- tenías la mirada puesta en el suelo evitando ver sus labios los cuales seguramente te pedirían que los besaras de nuevo con el más mínimo contacto visual, soltaste una exhalación- Nos vemos luego Camilo, gracias por... la canción y por...- instintivamente llevaste tu mano hacia tu corazón pero no dijiste nada, el pareció entender lo que intentabas decir avergonzándose aún mas

Sin decir otra cosa más bajaste las escaleras acudiendo hacia donde tus padres estaban los cuales se encontraban a punto de irse, te despediste de toda la familia moviendo tu mano pero de prisa tanto la abuela como Pepa se acercaron a ti dándote un pequeño beso en la mejilla despidiéndote, durante el camino tu mente no dejaba de bombardearte con la sensación de sus labios y la calidez de sus manos en tu rostro

Ya en tu habitación te relamiste los labios deseando de verdad volver a tenerlos sobre los tuyos, tapaste tus ojos con una almohada tratando de recomponerte pero el hecho de también recordar lo que habías visto en el espejo no ayudaba demasiado, esperabas desde lo profundo de tu corazón que nadie hubiera notado tu vergüenza pero hace unos minutos cuando apenas pusieron un pie en la casa tu madre había notado tu cambio pero debido a que tu no estabas interesada en hablar decidió no insistir de más deteniendo también a tu padre de seguir preguntándote que había pasado, la habitación oscura te daba de cierto modo aquella tranquilidad que anhelabas para tus pensamientos, lentamente comenzaste a caer dormida sintiendo aun el hormigueo de sus labios provocando que incluso durmieras con una sonrisa.

...

Segundos después de que te retiraras de la casita Camilo bajo encontrándose con la mirada intrigada de Dolores, la abuela y su madre, tenía su mirada fija por donde habías salido teniendo en su corazón una extraña sensación de alivio y frustración, su hermana lentamente se acercó a él tomándolo por los hombros moviendo sus manos suavemente en un intento de reconfortarlo, su hermana no necesitaba de su don para saber que el chico no había realizado su confesión ya que toda su expresión lo delataba pero esto claramente lo desconocían las mujeres atreviéndose a preguntarle.

- ¿Qué paso? ¿Se lo dijiste?- pregunto Pepa confundida recibiendo solo una negación de cabeza de parte del joven quien seguía siendo consolado por la joven

- ¿Decir que?- pregunto Mirabel, la música había cesado provocando que los pensamientos del chico dejaran de ser silenciados inundando su mente, sintió como si todo de repente se le cayera

- Le iba a confesar mis sentimientos a T/n- explico en un tono bajo, ese era el plan pero su corazón había decidido que besarte sería una mejor opción para sacar todo lo que sentía, no pensaba que aquella decisión estaba del todo mal ya que en ningún momento te mostraste molesta o intentaste detener el beso

- ¿Y porque no nos dijiste?- pregunto Isabela en forma de reclamo aumentando aún más peso a sus hombros, ni siquiera sabía si había ido demasiado lejos contigo y ahora estaba ella reclamándole por no decirle a todos lo que deseaba hacer- Te hubiéramos aconsejado para que no la ahuyentaras...- siguió diciendo con ese tono comenzando a molestar al muchacho

- ¡Porque quería que fuera algo personal Isabela!, dios...- interrumpió alzado la voz volteándose hacia su familia quien se mostraba sorprendida por su reacción, llevo sus manos a sus ojos tapándolos para después soltar un quejido no hacia sus familiares si no hacia él mismo- Lo siento Isa... es solo que no salió como lo había planeado- sintió la mano de su hermana acariciar su espalda

- ¿Te rechazo?- cuestiono la abuela ligeramente sorprendida pero rápidamente esa expresión desapareció cuando vio que tanto Dolores como el chico negaban con la cabeza

- Solo no se lo dije, en vez de eso... la bese- lo último lo dijo en un tono tan bajo por la pena pero aun así su familia había logrado escuchar lo que decía mostrándose algunos confundidos- Necesito descansar... me voy a mi cuarto- sin dirigirle una mirada a su familia hizo lo que dijo

O al menos eso quería lograr ya que su mente no dejaba de abrumarlo con la sensación de tus labios dulces que solo lo incitaba a volverlos a probar, se pegó en la frente con su palma esperando que aquella idea no provocara aquello cuando te volviera ver ya que sinceramente el simple hecho de haberlos probado no había calmado lo que sentía, al contrario, provoco que solo los deseara más.

No sabía cómo podría verte a los ojos al siguiente día, ni siquiera sabía si se iban a ver al siguiente día, se acurruco de lado esperando que aquellos pensamientos se esfumaron con el peso del sueño. 

𝑼𝒏𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒂𝒍𝒆𝒐𝒏 (Camilo x T/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora