La cena había finalizado por lo cual te encontrabas limpiando algunos platos hasta que una mano se posó en tu hombro obligándote a detenerte.
- Cariño deja eso, yo me encargo y así podrás pasar más tiempo con el- te había arrimado tomando tu lugar
- ¿Qué insinúas mamá?- le diste una mirada de incredulidad a la cual ella contesto encogiéndose de hombros con una pequeña sonrisa en el rostro
- Anda hija, vayan a afuera un rato antes de que se haga más tarde y se tenga que ir- menciono tu padre tomándote de los hombros
Decidiste tomarles la palabra por lo cual llamaste al chico para que pudieran ir al pequeño jardín donde el día de ayer te había encontrado pintando.
- Así que ¿Harás una pintura de mi familia?- el chico se había tumbado en el pasto fresco soltando una pequeña risa
- Por supuesto que sí, a pesar de que tú me metiste en esto creo que es una buena idea- te colocaste a su lado
- ¿Yo?- se giró hacia ti mostrando como se señalaba haciéndose el ofendido, le diste un pequeño golpe en el pecho riendo
Volteaste a mirarlo y a pesar de la poca iluminación sus ojos verdes seguían brillantes como siempre, un pequeño mechón rizado cayó sobre su frente acentuando más sus rasgos que rápidamente te cautivaban
- Mi cabello a veces suele ser un desastre- dijiste alzando la mano hacia su rostro para hacer a un lado el mechón- El tuyo en verdad es muy bonito- un ligero rubor apareció en las mejillas del joven
- Tal vez es magia de los Madrigal- bromeo el chico
- Oh entonces me encantaría ser una Madrigal- ambos rieron ante tal idea para después quedarse mirando dulcemente
- Yo no creo que tú cabello sea un desastre- dijo el chico alzando su cabeza con ayuda de su brazo mirándote con sus hermosos ojos
- Oh ¿Eso crees? Es porque no lo has visto en las mañanas, está puff- hiciste un gesto con las manos simulando una pequeña explosión en tu cabeza provocando la risa del joven
- Tendré que verlo por mi cuenta- pasaron unos segundos mirándose, como si pudieran comunicarse solo con los ojos ya que ninguno de los dos se sentía incómodo por el silencio que se había manifestado- Creo que ya es hora de que me vaya- se podía notar el rubor en sus mejillas que obviamente trataba de disimular actuando de manera natural, se había levantado rápidamente para así poder tenderte la mano a ti ayudante a pararte
Suavemente tomaste su mano y cuando estuviste a su lado sus ojos parecían hipnotizarte aún más dejándote profundamente ruborizada, lentamente se separaron sus manos.
- Nos vemos, que pases linda noche- había comenzado a caminar hacia la casa
- Igual, saluda a tu familia de mi parte- hizo una seña con la mano afirmando que lo haría
Solo pasaron unos minutos cuando volviste a entrar a la casa y de alguna forma la presencia del chico se había quedado en el ambiente y sin duda en tu corazón.
Te encontrabas en tu habitación alistándote para dormir cuando escuchaste un golpeteo en tu puerta.
- ¿Puedo pasar?- pregunto tu madre al otro lado de la puerta por lo cual la abriste permitiéndole el acceso- ¿Y cómo fue todo?- pregunto sentándose a la orilla de la cama
- Bien supongo- tu mamá te dirigió una mirada curiosa- ¿Qué? Mejor dime que quieres saber y te lo diré con gusto- reíste provocando que tu mamá también lo hiciera
- Camilo es un buen chico, gentil, carismático y sin duda guapo- le pediste que parara de decir aquellas cosas que te avergonzaban- Lo que quiero decir pequeña es que... creo que conozco a mi hija como para saber cuándo está enamorada- la miraste sorprendida, era bien sabido que las madres tenían poderes sobre naturales pero acaso era tan obvia tu mirada que lo noto tan rápidamente
- Aaahh, podría decirse- uniste tus manos jugueteando con tus dedos de manera rápida bajando la mirada avergonzada- Ni siquiera sabría decir si lo estoy o no, es que... todo fue tan rápido, apenas he estado hablando con el tres días y me siento tan cómoda cuando estoy a su lado- la mano de tu madre se posó sobre la tuyas calmando su movimiento
- Sé cómo te sientes cariño, cuando conocí a tu padre me sentía algo similar y lo que hice para aclarar ese sentimiento fue primeramente conocerlo para así después hacerme preguntas con la cabeza fría- había separado tus manos tomando una de ellas
- ¿Cómo?- le preguntaste confundida
- Conocer a alguien es lo mejor que puedes hacer cuando quieres ser algo con esa persona, verlo desenvolverse en varios ámbitos es una buena forma de conocer su verdadero ser y por lo que vi esta noche no es cualquier chico, pero eso lo tienes que ver con tus propios ojos- dio un pequeño toque a la punta de tu nariz con su dedo índice
- Te diré algo- le dijiste a la mujer provocando que se interesara más- Cada que lo veo me pone feliz y a pesar de que a veces suele ser algo impredecible eso también me agrada- soltaste una risa nerviosa en un intento de que tus palabras sonaran más ligeras y también para que no pudiera notar tu pena
- Pero esa cualidad es lo que lo hace único- soltó tu mano posándola en tu cabello acariciándolo un poco- Por parte de tu padre y de mí, no hay ningún problema con que salgas con el solamente tienes que avisar cuando lo hagas como el día de ayer ¿Okey?- asentiste con la cabeza para después ambas terminaran abrazándose
Aquel chico había provocado tantas cosas en ti, intentaste cerrar tus ojos para poder dormir pero cada vez que lo hacías solo se veía en tu mente sus rizos castaños, sus ojos verdes hipnotizantes y su característica sonrisa burlona que te hacia caer rendida, agradecías que el don de Camilo era cambiar de forma y no que pudiera leer mentes en especial la tuya, giraste aun costado quedando de frente a tu tocador pudiendo a penas observar tu reflejo con la poca luz que lograba atravesar las cortinas, las palabras de tu madre habían sembrado en ti una idea que no te dejaba descansar.
Querías pasar tiempo con el pero también deseabas tener unos instantes para poder procesar lo que sentías o pensabas, lentamente el sueño te fue inundando con su manto dejándote finalmente descansar después de aquel largo día.
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𝑼𝒏𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒂𝒍𝒆𝒐𝒏 (Camilo x T/n)
Fanfiction𝘌𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘢 𝘴𝘪𝘥𝘰 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘪𝘤𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘦𝘭 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘵𝘦 𝘩𝘢 𝘨𝘰𝘭𝘱𝘦𝘢𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢 𝘪𝘯𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘥𝘢. 𝘌𝘴 𝘪𝘯ú𝘵𝘪𝘭 𝘯𝘦𝘨𝘢𝘳...