𝑼𝒏𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒂𝒍𝒆𝒐𝒏 (Camilo x T/n)

C A P Í T U L O 29

Se habían quedado mirándose solo unos segundos antes de que el tomara la iniciativa levantándose de la cama soltando una risa nerviosa al mismo tiempo que se levantaba el cabello que le caía por el rostro mostrándose aún más nervioso y ruborizado, tú no te quedabas atrás ya que cuando el chico se alejó de inmediato un espejo te devolvió tu reflejo mostrando tu rostro completamente rojo, te levantaste de inmediato sintiéndote aun abrumada por el beso que te había dado pero el ver de nueva cuenta al joven te hizo reaccionar.

- Creo que deberíamos regresar- le dijiste mientras caminabas hacia uno de los tantos espejos el cual no distorsionaba tu reflejo

...

- Si, recuerda que todavía me debes un baile- había volteado a verte con una sonrisa juguetona en su rostro notando que estabas arreglando tu cabello el cual se había alborotado un poco, paso detrás de ti acercándose a un mueble abriendo de él un cajón sacando un cepillo

Se colocó detrás tuyo y sin previo aviso tomo tus manos obligándote a que las bajaras para después con delicadeza comenzar a peinar tu cabello, las flores que había colocado Isabela se encontraban desarregladas por lo cual te pregunto si deseabas aun tenerlas, al recibir una respuesta afirmativa de ti comenzó a moverlas esperando que quedaran por lo menos similares a como antes estaban, tenía en su mano una de ellas dudando por un instante en si ponértela pero finalmente cerro su mano escondiéndola decidiendo que prefería conservarla, regreso al buro dejando tanto el cepillo como la flor al lado de la pintura.

Volvió a ti ayudándote a acomodar el holán de tu pecho dejando descansar su barbilla en tu hombro sonriéndote de manera dulce, tomo tu mano dándote una vuelta haciéndote sonreír pero uno de los reflejos de los espejos llamo su atención, este le devolvía una imagen de él besando a la chica lo cual claramente lo sorprendió y ruborizo pero logro calmar un poco sus latidos al recordar que aquel dichoso espejo siempre mostraba lo que en verdad deseaba su corazón, aun con el sonrojo en sus mejillas te jalo saliendo ambos de la habitación observado como nadie había notado su partida, la chica había comenzado a caminar con la idea de bajar pero él tuvo una mejor idea.

- ¿Qué sucede?- dijo ella cuando vio que no se movía haciéndola reaccionar mostrándole una enorme sonrisa que claramente pudo ver como te confundía

...

El chico había comenzado a caminar rápido jalándote en consecuencia detrás de él parando solo cuando llegaron al final del pasillo, intentaste hablar con la intención de preguntarle el por qué había hecho eso pero detuvo tus palabras cuando lo viste convertirse en un hombre mucho más alto saltando hacia el tejado sosteniéndose de las tejas subiendo con ayuda de casita, te le quedaste mirando confundida durante un instante pero al ver cómo te extendía su mano ya destransformado entendiste lo que quería hacer.

- No, no, no, ni creas que voy a subir- el chico rio al ver tu negatividad pero este no desistió de su idea- Nos están esperando- dijiste señalando con tus manos hacia la gente que se encontraba abajo

- Ni siquiera notaron que no estábamos, anda- su mano aún se mantenía enfrente de ti esperando a que la tomaras, miraste un instante hacia abajo para después cerrar los ojos soltando un suspiro de aceptación

- Solo no me dejes caer- le dijiste alzando tu mano lo más que podías en un intento de alcanzar la suya por lo cual recibiste un empujón de casita, cuando finalmente subiste te causo un poco de miedo ver hacia abajo provocando que agarraras fuertemente sus manos

- Tranquila, no te pienso soltar- te dirigía una sonrisa tranquilizadora mientras caminaban hacia el final del tejado donde se encontraba una estructura, se había hecho a un lado permitiendo que tomaras su lugar dejando que te recargaras en la pared logrando que te sintieras un poco más tranquila

- ¿Cuántas veces has hecho esto?- le preguntas con una risita nerviosa mientras te aferrabas a la tejas

- Ninguna- rio a pesar de la cara de indignación que le mostrabas- Yo también puedo ser impulsivo ¿Sabes?- le diste un pequeño golpe en el hombro solo provocando más su risa

Estuvieron hablando durante un largo rato principalmente tú le preguntabas sobre su cuarto el cual con cada dato que te daba él te sorprendía aún más, no solo los espejos reflejan lo que había en realidad sino que algunos representaban tal cual a la persona sin necesidad de que el chico tuviera que cambiar de forma, el escenario que habías visto lo ocupaba el para poder ensayar sus imitaciones y de algún modo entretenerse, también había otros espejos un tanto curiosos pero que extrañamente el no quiso hablar de ellos logrando ver como este se ruborizaba; después de eso solo estuvieron conversando sobre lo bonita que era la noche y de como la fiesta había sido una maravilla, el aire frio comenzaba a ser más fuerte afectándote un poco por lo cual abrazaste tus brazos moviendo tus manos alrededor de ellos intentando brindarte calor siendo realmente poco útil, el chico pudo notar esto por lo cual se acercó a ti para después comenzar a quitarse su poncho.

- Toma- te lo tendió, al principio te negaste argumentando que en realidad no sentías tanto frio pero el insistió diciendo que se sentiría realmente mal si te enfermaras, lentamente lo pasaste por tu cabeza sintiendo de inmediato como comenzabas a generar calor pero esa sinceramente no era la razón por la cual tus mejillas estaban rojas, decidiste alejarte de la pared para con cuidado colocarte a un lado suyo mostrándole una sonrisa para después recargar tu cabeza en su hombro, tomo delicadamente tu mano dejando apoyar su cabeza en la tuya

- T/n...- suspiro- Te quiero- susurro pero claramente lo habías escuchado aumentando aún más tu rubor, había sonado tan genuino que tu corazón salto de alegría al escucharlo y te preguntaste como reaccionarias si él te dijera que te amaba si con un simple te quiero habías caído más enamorada de el

- Yo también te quiero Camilo-