Las cosas entre ustedes después de tu cumpleaños no se encontraban para nada como antes, al principio sin que tú lo desearas lo habías comenzado a evitar ya que cada vez que lo veías por las calles intentabas desviar tu mirada empezando a caminar más a prisa, las pocas veces que lograban hacer contacto visual tanto el chico como tú se mostraban avergonzados y sonrojados solo logrando alzar un poco la mano para poder saludarse, en esas ocasiones donde tú te lo llegabas encontrar no podías evitar dirigirle una pequeña ojeada principalmente a sus labios, deseabas volver a sentir sus labios sobre los tuyos infectándote de aquel calor que te pedía a gritos decirle que lo amabas.Te ruborizaste por tus pensamientos ya que no solo era la cuestión del beso si no también el simple hecho de recordar la imagen borrosa tuya con un velo de novia te provocaba a un más pena, nunca habías pensado seriamente en la idea de una boda tan solo había sido una idea fantasiosa cuando eras pequeña y veías las fotos de tus padres pero ahora era totalmente diferente, el chico era especial, tan especial que la idea de casarte con él no era tan descabellada como al principio te sonó, lo querías, lo amabas y en verdad deseabas estar con él para así compartir sus vidas, agradecías de alguna manera el tiempo libre que tenías permitiéndote aclarar la mente llegando a una conclusión: deseabas casarte con él, aun no te sentías totalmente segura de salir de nueva cuenta con el chico pero digamos que él lo menos que deseaba en ese momento era estar lejos de ti.
Lentamente el chico comenzó de nuevo a acudir a tu casa, teniendo al comienzo conversaciones ligeramente incomodas ya que ninguno de los dos deseaba tocar el suceso de tu fiesta, solo llegando a hablar de su día o algunas cosas demasiado banales provocando que estas charlas fueran cortas, empezaron a recuperar esa normalidad cuando el joven te dijo de manera espontánea en alguna de esas conversaciones que sentía lo que había sucedido.
- Lo que menos me gustaría es que te distanciaras...- tomo sus rodillas entre sus brazos recargando su mentón en ellas mostrándose algo cabizbajo, sonreíste gentilmente ya que la preocupación que manifestaba él te daba cierta ternura
- Cami...- levantaste con tu mano el cabello que le caía por el rostro indicándole a sus ojos que te vieran los cuales mostraban sorpresa por el repentino apodo que solo su familia usaba- Ni aunque mi vida dependiera de ello me alejaría de ti, será difícil librarte de mi niño lindo- el mencionado mostro una sonrisa burlona aliviando tu corazón ya que eso era una señal de que habían regresado a como antes habían estado
Se echó hacia atrás recargándose en sus codos en el pasto verde de tu jardín, alzo momentáneamente uno de sus brazos para con su mano indicarte que te acercaras lo cual hiciste pensando que te iba a contar algo que solo tu debías escuchar.
- ¿Puedo?- pregunto en un susurro sobre tu oreja, no sabías el porque te había preguntado eso por lo cual le preguntaste que a que se refería mostrándote una enorme sonrisa pícara- A esto florecita- en un movimiento rápido te tomo entre sus brazos jalándote hacia el cayendo ambos contra el suelo
Sentir de nuevo aquel cariño y espontaneidad de parte de él alegro tu corazón siendo reflejado en la risa que habías soltado, sentir de nuevo sus brazos alrededor tuyo te transportaban a un lugar seguro donde solo existían los dos, donde los dos podían ser totalmente abiertos con lo que sentían y eso hizo que dudaras en decirle toda la verdad: lo mucho que lo amabas, lo mucho que querías estar a su lado, lo mucho que deseabas tener sus labios y finalmente lo mucho que querías casarte con él, sentir su mano por tu espalda y cabello te hizo regresar a la realidad conteniéndote de soltarlo todo.
- Gracias- aquella palabra te sorprendió y al mismo tiempo te dejo confundida, pero él antes de que tu pudieras preguntar explico- Por estar conmigo- te ruborizaste, relajaste tu cabeza dejando que descansara sobre su pecho escuchando sus latidos animados
- Me gusta estar contigo, girasol- sentiste como el chico se tensó ligeramente por el repentino apodo para después sacar una pequeña risa- ¿Qué? Las girasoles son lindos y tú eres lindo, yo creo que te queda muy bien el apodo- volvió a reír dándote un pequeño beso en la frente
- Me encanta florecita-
...
Todo había mejorado, lo primordial fue que habías retomado tus visitas a la casita Madrigal siendo recibida con los brazos abiertos, la mayor parte del tiempo te la pasabas en el cuarto del chico junto con el platicando o simplemente divirtiéndose con los reflejos o interpretaciones de él pero cuando se mostraba la situación de estar con toda la familia esta no perdía la oportunidad de empujarte a salir con él, intentaban ser discretos con sus intentos pero era demasiado evidente cuando Mirabel, Luisa, Dolores e Isabela te decían maravillas sobre él y decían de manera cantarina que se veían muy bonitos juntos, Pepa no se quedaba atrás ya que había dejado de llamarte por tu nombre comenzándote a decir hija haciendo lo mismo que sus sobrinas e hija, y la abuela, bueno al principio pensaste que era la única que aún se mantenía al margen de la relación de ustedes pero esa idea cambio cuando te diste que cuenta que ocasionalmente mencionaba el tema de boda cuando estaban solas, la única vez que lo había hecho en frente del muchacho este se había apresurado a llevarte lejos de ella, no decía nada tan directo pero si pequeñas cosas como: ¿Qué tipo de flores te gustaría ver en una boda? o ¿Te gusta el color blanco o el marfil?
Todos esos empujes solo te aventaban a una misma dirección: tenías ya que confesarte, vagabas en aquellas ideas mientras estabas en el cuarto de él mirándote en el espejo donde te habías visto de manera borrosa, la misma imagen estaba representada y antes de que el chico regresara del atraco que le haría a la cocina de Julieta por algo de comida decidiste regresar a la cama, pensaste en como seria la forma especial y perfecta en que le dirías tus sentimientos, él te había escrito una canción maravillosa simplemente por tu cumpleaños y en verdad deseabas igualar o superar su detalle, te mantuviste distante durante unos segundos pensando: desechando ideas una por una.
Ver a la puerta abrirse te saco del trance obligándote a que despejaras tu mente para así poder dirigirle una pequeña sonrisa al chico quien traía orgulloso un plato de arepas con algunas frutas cortadas, te extendió el botín indicándote que tomaras de él al mismo tiempo que hacia una pequeña reverencia provocando tu risa para después sentarse a tu lado, se llevó una arepa a la boca para después mirarte notando tu mirar perdido.
- ¿Está todo bien?- había tomado suavemente tu mano quedando sus pulseras unidas, el ver aquella escena de algún modo solo te hizo sentir más enamorada de él dirigiéndole genuinamente una sonrisa cálida
- Todo bien Girasol-
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𝑼𝒏𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒂𝒍𝒆𝒐𝒏 (Camilo x T/n)
Fanfic𝘌𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘢 𝘴𝘪𝘥𝘰 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘪𝘤𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘦𝘭 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘵𝘦 𝘩𝘢 𝘨𝘰𝘭𝘱𝘦𝘢𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢 𝘪𝘯𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘥𝘢. 𝘌𝘴 𝘪𝘯ú𝘵𝘪𝘭 𝘯𝘦𝘨𝘢𝘳...