6 años
Algo que nunca fui capaz de entender fue el comportamiento extraño de mi hermano, un momento se encontraba bien y en otro, parecía molesto con la vida misma, desde que habíamos obtenido nuestro don las cosas se habían vuelto... Extrañas, juraba que el estaba volviéndose extraño.
Y no por el hecho de que casi no sonriera, así el esa el, hacerlo reír era una de las cosas mas extrañas que había en el pueblo, parecía como si no tuviera corazón, mas, al cumplir cinco años eso había cambiado, mas al recibir nuestro don, eso se había quedado atrás, o algo así, sonreía un poquito mas, solo un poco, casi siempre en su sonrisa escondida, un poco discreta.
Desde el momento en que nuestro don se había manifestado nuestro apetito se había incrementado mas, los escapes a la cocina eran frecuentes, siempre tomando de la mano a esa niña de cabello despeinado, o al menos eso siempre parecía, transformándome en la tía Julieta, o alguien que pudiera pasar desapercibido, sacando lo mas que pudiera de comida oculto entre las bolsas del mandil.
Nuestro centro de reunión siempre era el cuarto de Carlos, solo porque a ___ le gustaba mas su cuarto, le gustaba la idea de un teatro dentro del dormitorio, de la luz estelar que parecía que había en el techo.
Los días en los que mi hermano contaba historias, preguntando a mi nuestra mamá lo que leía, buscando historias en el pueblo solo para interpretarlas para nosotros, siempre transformándose en los diferentes personajes, desde el viejo marinero hasta la princesa delicada, siempre cumpliendo el capricho de ____, siempre contando las historias de manera en que ella fuera la damisela en apuros a quien debían cuidar y proteger.
La mañana de primavera, la actitud extraña de mi hermano salio a flote.
—Pero en silencio—. Susurro ___ tomando la mano de ambos, caminando por los pasillos, guiándonos hasta el escondite del dragón, y por escondite se trataba de la cocina, y por dragón la abuela, mi mano sudaba.
El riesgo de que nos pudieran regañar era muy grande, pero, no importaba porque la recompensa por nuestro desafío era mas grande, unas galletas, sabrosas y suaves, galletas de canela, las favoritas de Carlos, unas galletas especiales que la tía Julia hacia, unas galletas tan suaves que se derretía en la boca.
El trato de esto era, que si ella podía conseguir las galletas el se encargaría de relatar la historia mas fantástica de todas, escabulléndonos, recibiendo la mirada curiosa de Mirabel, que nos seguía sin que "nos diéramos cuenta".
Al llegar a la cocina, todo se veía tranquilo, no había muros en la costa, pero la casita misma era nuestro mayor enemigo, esa casa que cada vez que nos acercábamos nos retiraba, sacándonos tan rápido como entrabamos, así cada vez que lo intentábamos.
—Te dije que no había modo alguno de que pudieras tomar esas galletas.. Dijo Carlos acariciando el cabello, en ocasiones, por alguna razón, sentía que cuando hacia eso, miraba a a___ como su perro, le acariciaba la cabeza de la misma forma en la que lo hacia con el perro de ___, y aprecia que a ella le gustaba eso, pues siempre que lo hacia sus mejillas se tornaban rojizas y solía sonreírle con cariño.
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Heart's Puppeteers (CXCXT)
FanfictionQue abría pasado si en aquella familia madrigal camilo madrigal hubiese tenido un hermano gemelo, uno del cual se podía distinguir rápidamente por el comportamiento singular, ese comportamiento que era como el agua y el aceite, la singularidad del m...