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Si alguna vez creí que no podria sentirme miserable estando al lado de mi hermano y mi mejor amiga, es porque el momento de la despedida amorosa de uno de ellos no había llegado, por esa misma razón los días soleados se notaban tan tristes, las pa...

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Si alguna vez creí que no podria sentirme miserable estando al lado de mi hermano y mi mejor amiga, es porque el momento de la despedida amorosa de uno de ellos no había llegado, por esa misma razón los días soleados se notaban tan tristes, las palabras de Dolores, su voz resonando con eco en mi cabeza, pronunciando palabra por palabra todo lo que mi hermano había dicho, recostado sobre su cama, mirándolo dormir tan tranquilo, como si nada estuviera pasando. ¿Como es que podía dormir? Si yo estuviera en su lugar la tormenta que me golpearía no me dejaría si quiera pensar en poder cerrar los ojos.

Pero el tiempo sigue, los movimientos que tenia con respecto a ___ eran sutiles, demasiado, no la besa, al contrario, procuraba no hacerlo, el remordimiento de ver a Carlos actuar como si nada cuando estaba claro que si tenia algo no me dejaba estar tranquilo, y podía sentir también un poco la incomodad de ella, una incomodidad que a los dos nos estaba destrozando.

Hablar, muchas veces no era la solución, por mas que intentábamos estar como antes, simplemente no podíamos, los sentimientos que habíamos expuesto no nos permitían ser lo que alguna vez fuimos, cuanta verdad tenían las palabras de ella, como es que, con un beso, con una caricia, lo especial que teníamos se había destrozado, actuar, eso es lo que se necesitaba.

Actuar, eso es lo que necesita, ella estaba sufriendo, ella había callado en silencio todo lo que sentía, ella siempre fue así, siempre intentado sacar en nosotros una sonrisa, siempre intento ser ella el pilar, quien nos miraba pelear pada después buscarla forma de que los tres estuviéramos juntos.

—¿Es una promesa de explorador?—. Recuerdo escucharla decir extendiendo su dedo indice, esperando a que lo sujetara, con un pequeño hilo  rojo en la otra, las mejillas rojas y una sonrisa  tierna.

Carlos en ese momento no estaba, sus jornadas con el padre de ___ se volvían mas extensas con forme cumplía años, el rio podía escucharse tranquilo, no había persona  o sonido ajeno a la naturaleza que nos pudiera interrumpir, solo eramos dos par de niños en los primeras horas del día, donde el olor a café y chocolate  poco a poco comenzaba a surgir de entre las casas.

La ropa mojada producto de una travesura, tiritando de frio,ella con mi ruana puesta para evitar que enfermara, pero esos ojos, tan bonitos, desde que puedo distinguir emociones, esos ojos me provocaban la muerte, aun si no quisiera aceptarlo, esos grandes ojos de color café oscuro, que, en ese momento me miraba con seriedad, esperando una respuesta, eran, los creadores de mis sonrisas, los creadores de mis pensamientos inseguros.

—¿Promesa de explorador?—. Pregunte mirándola confundido, observando como es que ella solo movía los dedos en un tamborileo desesperado.

—Si—. Respondió ella —Una promesa de explorador es una promesa increblantable —. Risa, una pequeña risa salio de mi a escuchar como no podía pronunciar la palabra inquebrantable —¡No te rías y escúchame! Es una promesa que por nada del mundo puedes romper, porque si la rompes nos dejaremos de querer.

Heart's Puppeteers (CXCXT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora