Que abría pasado si en aquella familia madrigal camilo madrigal hubiese tenido un hermano gemelo, uno del cual se podía distinguir rápidamente por el comportamiento singular, ese comportamiento que era como el agua y el aceite, la singularidad del m...
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Despertar, sentir el sol sobre mi rostro, cálido, mi hermano acostado a mi lado, sobre el pasto, el reloj marcando las cinco de la mañana, un cuarto desconocido, o bueno, al menos lo fue por un segundo, las paredes de color café y el techo blanco, esas sabanas beige, estaba en casa de ___.
Ambos lo estábamos, por un segundo los pensamientos estaban hechos un desastre, no sabia en que momento me encontraba, el movimiento de mi hermano, soltándome una pata para que volviera a la cama, para que dejara de moverme al menos.
—Duerme Camilo—. Dijo con una voz ronca.
—Creo que... saldré un momento... ya no puedo dormir..
—No hagas ruido, los padres de ___ y ella aun están dormidos—. Y tras esos volvió a su placido sueño.
El soñar con un amor imposible, el soñar con mi primer beso con ella, eso me tenia un poco confundido, sin saber porque estaba pensando en mi amiga, aunque la verdad era que, ya tenia tiempo haciéndolo, ya tenia tiempo pensando en ella de las mil y un formas posibles, fue el día de ayer que la casita se derrumbo, fue ayer cuando vi a mi hermano gritarle de una forma brusca a Mirabel y fue el día de ayer que casi la besaba a ella, casi la besaba y no era hasta ahora que podía pensar en eso, que caía en cuenta de lo que estuve a punto de hacer, sintiéndome nervioso, sintiendo que nada podria salir peor.
Saliendo con cuidado solo para sentarme en la entrada, pensando en los sentimientos no tan encontrados, en los sentimientos que me consumía por dentro, pensando en Carlos, en ese sueño doloroso donde ambos se amaban, donde yo peleaba sin siquiera tener la oportunidad de alcanzarlo, temiendo poder expresar mis sentimientos por ella, temiendo que ella no me amara a mi.
El sonido agudo de la puerta abrirse una vez mas, seguido de una pequeña patada en la espalda, dejando ver a mi hermano, con la camisa mal arreglada al igual que la ruana y el cabello enmarañado y mal acomodado, bostezando por ultima vez, sus ojos cansados, las pequeñas ojeras bajo sus ojos y el rostro ligeramente hinchado.
—¿Que te ocurre animal?—. Pregunto sentándose a mi lado , mirando al frete en espera de una respuesta.
Una respuesta que no sabia como expresarla, queriendo preguntar si el tenia algún sentimiento por ella, temía tanto que el pudiera sentir algo y que todo lo que había ocurrido en mi sueño en verdad pasara, el paso de saliva, nervioso, sin poderlo mirar al rostro, temía de su expresión.
—¿Te gusta ___?.
Silencio, había un silencio infernal, un silencio que podía desgarrarme el alma, esperando el tan temido si de su parte.
—No—. Dijo después de un tiempo mirándome a mi, recargando su cabeza en su mano, con esa expresión de fastidio tan característica de el, como si su respuesta fuera la cosa mas obvia del mundo —No me gusta, la quiero y le tengo estimo, es mi amiga, pero solo eso y yo se que también soy para el solo eso, un amigo.
