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7 Años

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7 Años

Si en algún momento de mi vida pensé que las cosas no podían cambiar es porque no sabía lo que estaba pasando conmigo.

Los celos de un niño pueden ser malos, tóxicos, y sobre todo, tontos, los celos más tontos del mundo.

Podía jurar que nada de lo que hacía era realmente malo, papá decía que jamás teníamos que decir mentiras, entonces, porque si decía la verdad .. parecía que era hiriente.

Quizá la honestidad no era algo que debía ir conmigo.

Cuando teníamos siete años, el día de la fiesta de cumpleaños de ella fue que el caos se desató por un segundo, la rutina que tenía esclarecida era muy clara, yo por las tardes y partes de la mañana visitaba al padre de ____, mirar a mi tía Julieta hacer de comer ya no era suficiente para mí, hacer esos dibujos y escritos en el cuaderno sobre las recetas familiares ya no me llenaban, necesitaba saber más cosas.

No importaba cuando me quemaba en la cocina, yo aprendía, desde lo más sencillo como era hacer un huevo hasta hacer arepas desde cero, poco a poco mi conocimiento en la cocina era más grande, mientras que mi hermano solo se dedicaba a estar con ella, asaltar la cocina, evadiéndome a mi, a casita, a tía Julieta y a todos, lo único que había hecho ese don era causar un monstruo comelón.

Pero como siempre, me desvío del tema, quiero ser más claro ¿De acuerdo?.

En dónde estaba, su fiesta, mejor dicho, el día de su cumpleaños.

Aquella mañana, el clima era peculiarmente soleado, Camilo se había encargado de que así fuera, pidiendo, rogando a nuestra madre de que hiciera de ese día, un día muy especial, lleno de claridad y arcoíris por todos lados.

Las flores más bonitas que Isabela podía hacer gracias a qué ese mismo niño que se atascaba la boca con arepas había insistido hasta el cansancio, hasta poder desesperar a nuestra prima, el estaba haciendo todo lo posible porque ese día se viera bonito, porque era su amiga, la princesa del grupo, y como nosotros eramos los príncipes teníamos que hacerla feliz, a como de lugar.

—Carlos ¿Que haces aquí? Aun es muy temprano—. Recuerdo decir a la madre de ___, haciéndose a un lado para que pudiera entrar.

En el fondo podía ver a ____, corriendo de un lado a otro con su perro, la pijama aun puesta y el cabello enmarañado, lo que le seguía de enmarañado, era un caos completamente, no podía negar que verla así me desesperaba un poco, me recordaba a Camilo, a mi madre corriendo detrás de el para que se pudiera ver decente, hasta toparse con la abuela, quien con solo verla salia despavorido a su cuarto a cambiarse.

—¿Esta el señor Juan?—. Pregunte sin despegar la mirada de ella.

 Compartía la misma neurona de Camilo, no era de sorprender que ella no me notara, o al menos no hasta que el perro ataco, saltando sobre mi junto con una ____ feliz, gritando alegre que hoy era su cumpleaños, que muchos niños asistirían; Si a seis niños incluyendo a mi hermano, Mirabel y a mi le parecían muchos, no podía juzgar. Después de todo, era demasiado traviesa y pocos dejaban que sus hijos se juntaran con ella, y aun mas si estaba en compañía de Camilo.

Heart's Puppeteers (CXCXT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora