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Ella se había marchado, dejando atrás el corazón de ambos, ella sufría, por mi culpa, por culpa de Camilo ¿Era necesario tanto dolor solo por tener a quien amar?

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Ella se había marchado, dejando atrás el corazón de ambos, ella sufría, por mi culpa, por culpa de Camilo ¿Era necesario tanto dolor solo por tener a quien amar?.

¿Era justo el dolor que los tres nos estábamos ocasionando solo por destapar nuestras almas y dejar expuesto nuestro sentir?

Ella tenía razón, los tres teníamos algo especial, una amistad de años que se se hundía en el mar tormentoso del Pacífico.

En mis pensamientos estaba ella, caminando descansa sobre la arena que formaban mis recuerdos de todos aquellos bellos momentos que comenzaba a olvidar, que comenzaban a ser reemplazados por cristales finos de los sucesos recientes.

Mi corazón que se marchaba con ella al mismo tiempo que la rosa comenzaría a marchitarse al tocar el suelo, este era el final de la interpretación más importante que alguna vez tuve.

El telón comenzaba a cerrarse para este joven que mutaba solo para ella, que buscaba son parar las historias de amor más bellas solo para ver sus ojos brillar, interpretando aquello que anhelaba mi corazón y era incapaz de decir.

La voz de Camilo llamándome, temeroso de mi, temeroso de lo que diría.

Estaba decepcionado, pero al mismo tiempo, no me sorprendía que el fuera quien se acerca sin importar que, no me sorprendía que fuera el quien le besara con ese cariño cínico, sin importar lo que estuviera a su alrededor.

Pero, a la vez estaba admirado de todo lo que el podía hacer y yo no me atrevía, como podía ser capaz de tomar su mano, de besarla y dejar expuesto lo que es, lo que siente sin miedo al rechazo instantáneo, peleando por lo que quería, peleando por quién el quería sin que le importara lo demás.

—¿Que?—. Respondí acercándome a la casa, sin gritar, sin mostrar un solo rastro de furia, de celos, solamente, siendo yo, intentando enterrar en lo más profundo de mi aquello que necesitaba sacar, y que no podía, aquello que solo ciertas personas podrían lograr ver en mi interior, personas que, más que Camilo, podrían entender mi pesar, mi pena y mi dolor sin exponer los sentimientos de los demás.

—¿Estás bien? Yo no creí que tú....

—No importa —. Interrumpí sujetando la mano que tenía como objetivo sostenerme, impedirme el paso. —Ya no importa, ella se fue, que más da, sabes... No planeo seguir con esto, tu.. la amas y es claro que yo también, pero no quiero lastimarla...

—No entiendo—. Fue su turno de interrumpir, mirando profundamente mis ojos, esos mismos que el tenía, esos mismos a los cuales podrías verle el brillo de la alegría mientras en los míos no veías nada más que un verde opaco.

—Nunca entiendes animal—. Quería hacer esto más ameno, quería que nadie si tierra culpa por lo que estaba pasando —A lo que me refiero es que... No seguiré, la lastime, y no puedo permitirme eso, quizá... En otro momento, pero no ahora, me rindo, dejaré de pelear por su amor, dejaré que su corazón hablé sin temor, porque... No planeo amarla más, te amo más a ti, aunque me cueste aceptarlo, porque eres mi hermano, y prefiero tener su amistad y saber que está feliz a seguir mirando como sufre en silencio, seguir mirando como te desmoronar por su amor mientras yo sigo intentando con todo lo que tengo, hablaré con ella, mañana, ahora hay que volver ¿Si?.

Heart's Puppeteers (CXCXT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora