05

1.4K 127 25
                                    

Para la mañana siguiente podía escuchar los quejidos de ___ al intentar moverse, el Bazo de Camilo sobre su cuerpo y sobre el mio, el calor de ambos golpeando con el mio, podía sentir como el cabello de ella estaba ligeramente húmedo, me imagino q...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Para la mañana siguiente podía escuchar los quejidos de ___ al intentar moverse, el Bazo de Camilo sobre su cuerpo y sobre el mio, el calor de ambos golpeando con el mio, podía sentir como el cabello de ella estaba ligeramente húmedo, me imagino que por el sudor.

La luz de la habitación, era tenue, perfecto para que se acostumbrara de forma rápida la vista, el movimiento de su cuerpo apartándome de ella, aun recostado pude ver su rostro, adormilado, el cabello desordenado, parpadeando de la manera mas lenta posible, una y otra vez.

El sonido de los ronquidos de Camilo de fondo, sin moverse.

—¿Estas bien?—. Le pregunte desde la comodidad de mi almohada, observando como Camilo la rodeaba por la cintura, aun dormido, y tirando de ella para usarla de peluche.

Ella no respondía por una razón, aun estaba demasiado dormida como para entender que estaba pasando.

La forma en que se veía al despertar, si, era gracioso verla, y yo también me aferraba a ella, quería aferrar, como se estaba aferrando mi hermano, y de no ser porque la puerta se abrió pude haber tumbado a ese mocoso para quedarme yo con ella.

El trueno, el relámpago molesto de mi madre al entrar y ver a dos jóvenes de quince años en el mismo cuarto, en la misma cama con una chica.

Trueno que despertó a mi hermano y con el a ___.

Los ojos furiosos de la madre sobre sus hijos, sobre la chica que se encontraba allí y que era como una hija para ella.

El sermón, el tirón de cabello y el ligero pellizco que nos ganamos como regaño, si bien ya teníamos mucho tiempo que no dormíamos con ella, por la falta de tiempo entre nosotros, ya no eramos mas unos niños, se podria decir que ahora, a nuestra edad, ya no podíamos dormir junto, seria inapropiado y podria mal interpretarse de forma rápida.

 —¡Y QUE SEA LA ULTIMA VEZ QUE LOS VEO ENSERRADOS EN EL CUARTO Y DUERMEN JUNTOS, SI ELLA SE QUEDA USTEDES SE VA AL CUARTO DEL OTRO, PERO JUNTOS NO!—. Fue el ultimo grito que dijo mi madre antes de salir de la habitación con un portazo y truenos acompañándola.

—Yo... am... Creo... que mejor me voy—. Hablo ____ levantándose de la cama, acomodando su cabello con las manos, y con un beso en las mejillas de ambos se fue.

Dejándonos a ambos mirando a la puerta, siguiendo su rastro y su voz en la lejanía gritándole a Mirabel que se callara ante su risa sonora, claro, era obvio, Dolores le había dicho y no es como que Pepa gritaba en voz baja, cuando gritaba su voz podía escucharse hasta la plaza del pueblo, sin contar que los relámpagos también la delataban.

—Se fue...—. Susurro Camilo levantándose con pesadez.

—¿Enserio? Creo que no la vi....

—¿Cuando dejaras de ser así? eres muy grosero

—Y tu un tonto con una sola neurona, si te hubiera dormido con Antonio mi mamá no se habría enojado—. Reproche.

—Si claro, si te dejaba dormir solo con ella seguramente seria peor, mamá pensaría que tu y ella... y ella... que ustedes... ya sabes.

Heart's Puppeteers (CXCXT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora