12

913 66 36
                                    

El sonido de un ligero dormitar, no muy lejos de mi, la mano tibia sobre mi pecho y el cabello sobre mi rostro provocándome un poco de picazón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sonido de un ligero dormitar, no muy lejos de mi, la mano tibia sobre mi pecho y el cabello sobre mi rostro provocándome un poco de picazón.

La calidez de su cuerpo sobre el mio, acercándola mas a mi provocando en ella un ligero quejido, uno que le daba a demostrar su inconformidad.

No podía moverme sin que ella se sintiera incomoda, no podía voltear a otro lado sin que ella se quejara, sin que ella se aferrara aun mas a la camisa de su pijama. ¿En que momento había entrado? La pijama rosa, una que había visto con anterioridad pero en muy escasas ocasiones, porque, como creo que dije en una ocasión, prefería la pijama que Mirabel le había confeccionado por lo cómoda que era. Una pijama de color rosa pastel, que dejaba ligeramente recubiertos esos hombros suaves, un camisón con olanes por todos lado, la fragancia de lo que ella es, y lo que siempre seria.

Las caricias en su cabellera y el apapacho gentil que provoco que despertara, solo un poco, siempre tenia que esperar unos minutos para que despertara por completo y escuchar ese buenos días lleno de amabilidad.

Mi pecho, mi corazón golpeaba contra el con gran fuerza ¿Es que acaso así seria despertar con ella todos los días? detestaba eso, me detestaba al, nuevamente tener que imaginar como seria una vida con ella, no como mi amiga, no como mi novia, si no como mi amante, como la mujer que me acompañaría hasta el ultimo suspiro, hasta que mi aliento se apagara, eso solo me hacia temblar mas en donde estaba, solo me hacia mirarla mas y por mayor tiempo.

poder perfectamente imaginar como seria estar a su lado causaba en mi un efecto que, si me dijeran de niño que pasaría, seguramente no lo tomaría enserio, que seguramente terminaría respondiendo con una broma mas.

¿Que tan enamorado tenias que estar para que eso te pasara cada vez mas? Con mayor frecuencia, con mayor anhelo de crecer, de poder ser alguien que le diera todo lo que ella necesitaba, de poder ser yo quien tomara su mano cálida y le dijera —Cásate conmigo—. Con el corazón dispuesto a entregarlo, a ser parte de su vida y ella de la mía, dispuesto a ser, precisamente eso que le daba impuso de levantarse todos los días.

—¿Como te sientes?—. Susurro aun algo dormida, tocando mi frente con cuidado, su mano fría, fría a mi tacto, pero cálida y reconfortante a la vez. —Aun tienes un poco de calentura, iré por un paño húmedo.

Hablo dejando un beso en mi cabeza y saliendo de la habitación, solo para dejar ver a un Carlos preocupado, preguntándome como estaba, si necesitaba algo,  y si podía ayudar en algo, a lo que solo respondía que no.

Esos ojos, la forma que sus ojos tomaba cuando estaba enojado, una forma singular, como si estuviera previniéndote que el diablo estaría a punto de desatar a toda su tropa listos para comerte y devorarte en un segundo, mirada a la cual, no pensaba responder, no hoy, me sentía aun muy agotado como para poder pensar en pelear por una tontearía.

Aunque prefería no concentrarme tanto en mi malestar, malestar que al deportar estaba comiéndome vivo.

—Si se te ocurre hacer algo tonto mas vale que te detengas de una vez por todas o date por reptil muerto—. Susurro antes de marcharse señalándome.

Heart's Puppeteers (CXCXT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora