Capítulo 1

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La hacienda de los Opas era pequeña si la comparamos con otras familias acomodadas que vivían alrededor. La casona constaba de unas seis habitaciones, una para los padres, otra para Metawin y otra para sus hermanas, las habitaciones libres eran para familiares que se quedaban a pasar algunas semanas mientras los visitaban. Tres baños, la sala de estar para recibir invitados, un pequeño salón que usaban las damas de la casa para bordar, leer, declamar poesía, tocar piano. Un estudio para los varones, donde Metawin y su padre compartían una gran biblioteca. Un comedor grande para invitados y otro dentro de la cocina que era el que habitualmente utilizaban.

Rodeados de una gran vegetación, el clima húmedo era ideal para los cultivos. Grandes árboles daban la bienvenida a la entrada, unos arbustos dibujaban el contorno de un pequeño jardín que poseía un columpio que su padre les había hecho cuando eran sólo unos niños, allí solían descansar en las tardes cuando el calor era sofocante dentro de la casona.

En aquella casona vivían Wanchai Kaow Opas, su esposa Ole Mantana de Opas, sus hijos, Metawin de veinte años, joven soñador que tenía su mente en las nubes, amante de los libros, la poesía y la narrativa, luego le seguían sus hermanas Ranne de dieciséis años, una chica muy risueña y reservada, Samantha de quince años, una joven alegre y muy amiga de su hermano mayor Metawin.

Newcastle Upon Tyne solía ser un lugar de veranos cortos, lo cual era una bendición considerando las altas temperaturas y sus trajes que en nada ayudaban, los varones usaban cuellos altos, pañuelos, trajes y botas; las damas por su parte, utilizaban enaguas, corsé, faldones o vestidos que acentuaban sus cinturas y botines. Toda una odisea de vestimenta si pensamos que la época hacía alusión al romanticismo y la belleza. Los inviernos en cambio, eran largos, fríos y húmedos, eso sí ayudaba, ventosos a ratos, confiriéndole un clima lúgubre a veces y bastante oscuro debido a la nubosidad.

Una tarde de invierno, Metawin yacía en la biblioteca de la Universidad Manchester con su mentor James Smith, él, un hombre erudito y catedrático por más de veinte años, guiaba al joven Opas en sus estudios de leyes. A pesar, de que el joven solía divagar entre clases, paseándose por los pasillos leyendo uno que otro libro, como "Utopía" de Tomás Moro, su favorito; y es que, aquellas ideas le revolucionaban el alma, esa que era indómita y que, ni su padre ni su mentor podían doblegar.

- Joven Opas ¿me está escuchando? - alegaba su mentor, intentando hacerlo volver a la Tierra.

- Perdóneme usted, Mr. James me distraje - mencionaba mientras escondía en su espalda dicho libro.

- ¿Otra vez con Tomas Moro? Joven ya se lo he dicho, si su padre se entera esta vez... - fue interrumpido.

- Pero no lo hará, porque mi buen Mr. James no se lo dirá ¿cierto? - mecía su cuerpo de un lado a otro como si fuera un infante.

- No tiene remedio joven, venga, sígame, vamos al salón de clases.

Ambos se dirigieron al salón para dar comienzo a su último año en dicha institución, la sola idea de salir de ahí le aterraba, pero le hacía ilusión, pensar que allá afuera había todo un mundo para él y sus ideas. La clase fue tan interesante como siempre, al terminar se dirigió hasta su dormitorio. En pocos días comenzaría a asistir a algunas audiencias para aprender directamente de aquellos letrados abogados que llevaban mucho tiempo defendiendo aquella noble profesión.

Su salón era sencillo, bien implementado a diferencia de aquellos más desposeídos, pero limitado en comparación de los aristócratas, ellos tenían grandes escritorios y gigantescas bibliotecas, recibían la mejor instrucción a cargo de institutrices; y es que siendo burgués Metawin recibía educación, al igual que sus hermanas, pero no tan completa como la clase alta. Esto sin duda horrorizaba a Metawin ¿es que acaso el hombre no tiene derecho a la misma educación y trato? ¿no somos todos hijos del Señor, nacidos en mismas condiciones? Osó decir un día a viva voz en su clase y por Dios que fue mirado mal, la clase ya creía que a esta altura había algo malo con él. Según Metawin, sólo era incomprendido y el problema lo tenía el resto, aseguró a su mentor esa tarde.

Ansioso de comenzar esta nueva aventura, llegó a casa contando uno que otro detalle, que podía contar obviamente.

- Me alegro mucho de escucharte decir eso hijo, serás un gran abogado, de eso no tengo duda alguna- su padre palmeaba su hombro orgulloso de su único hijo.

- Supongo que nuestro padre, también está orgulloso de nosotras- dijo con cierta altanería Prim, quien estaba en segundo año en la universidad Bedford para señoritas, ella sería maestra.

- Claro que sí hija, ya sabes, sólo es que nuestro Win ya va a terminar y con buenas calificaciones y eso nos enorgullece - dijo alegre su padre mientras su madre abrazaba a Prim para calmarla.

- Hija querida, tú sabes que tu padre y yo estamos orgullosos de todos ustedes, vemos el esfuerzo y el coraje que tienen de estudiar siempre ¿Cómo no vamos a estar orgullosos?

Los ojos de Ranee y Samantha se abrieron cuando Prim responde...

- Porque aún no hemos casado - miró sus manos con cierta pena.

Metawin se acercó a ella y le levantó el mentón con suavidad.

- Ya sabes que eso no importa, no porque el resto lo diga debemos hacerlo, nacimos libres y nuestros padres apoyan que estudiemos y eso es lo único que debe importarnos.

La paz volvió a la casona Opas y la cena fue realmente relajada y feliz, luego de que Samantha los deleitara con una pieza hermosa al piano.

A los dos meses de iniciado su último año escolar, Mr. James llama a Metawin a su oficina.

- Joven, ha llegado una solicitud de las empresas "Chiva- aree inc" para llevar a un abogado aprendiz, y todos los maestros creemos que debes ir tú - dijo mientras revolvía su escritorio lleno de papeles y libros.

- ¿En serio Mr. James? Claro que sí, me honra con su propuesta, no los defraudaré.

- Mañana mismo temprano iremos juntos, te presentaré.

Los ojos de Metawin irradiaban luminosidad, estaba feliz, era su oportunidad de ir a una gran empresa, aprender de ellos y defender a los trabajadores, aunque eso no se lo dijo a su mentor

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Los ojos de Metawin irradiaban luminosidad, estaba feliz, era su oportunidad de ir a una gran empresa, aprender de ellos y defender a los trabajadores, aunque eso no se lo dijo a su mentor.

A la mañana siguiente llegaron juntos, Metawin lucía un traje azul oscuro, sus botas brillaban al igual que la sonrisa de aquel joven que los recibió. Su mentor iba como siempre con uno de sus trajes cafés, parecía que no conocía otro color, había pensado Metawin desde hace tiempo.

- Buenos días señor Chiva- aree, mi nombre es James Smith y este joven apuesto es Metawin Opas, es el estudiante que la junta de maestros decidió enviar a solicitud de ustedes - dijo haciendo todos, una reverencia.

- Buenos días Mr. Smith, joven Opas - reverenció- pasen y tomen asiento.

El problema fue que, cuando todos se reverenciaron dos personas se quedaron mirando fijamente.

~Miss Winita 🐰
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Hola a todxs!
Qué les va pareciendo la historia?
Ya saben qué Chiva-aree es? 🙈

Espero que la disfruten tanto como yo...

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