Capítulo 23

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La Universidad Manchester, grande, imponente, albergaba a jóvenes apasionados, inteligentes, algunos burgueses y otros aristócratas. Algunos amantes de las letras y otros no tanto, cada cual, con su ideología y convicción, pero ninguno como el joven Opas.

James Smith, se había encariñado con él. Ser su mentor por varios años, educarlo y guiarlo, ver cómo se convertía en un defensor de las ideas y del pueblo era algo que lo enorgullecía, pero también le llenaba de temor.

Mientras caminaban por los corredores rumbo a la salida, luego de que terminara la última clase, inicia, probablemente una de las últimas charlas con su estudiante.

- Joven, está a pocos días de terminar el semestre y con él, su último año académico, cuénteme ¿Cómo va todo el Chiva-aree inc.?

Como siempre, el joven se había distraído, lo que hace sonreír al señor Smith. Luego de unos segundos parece salir de su ensimismamiento.

- Perdón, estaba distraído, me preguntaba usted por la empresa Chiva-aree. No se preocupe, todo va bien, he aprendido mucho de derecho laboral y de cómo se manejan varios negocios asociados. El señor Chiva-aree me tiene mucha paciencia, espero que eso lo haga sentir orgulloso de mi.

- Siempre estoy orgulloso de usted joven, me alegra mucho saber que todo marcha bien. Por favor dígale al señor Chiva-aree que en dos semanas iré a verlo para que firme sus papeles de la Universidad y así consignar las horas que usted realizó allá.

- Se lo haré saber esta misma tarde. Me despido, debo marchar a la empresa- hizo una reverencia.

- Recuerde sus tareas, joven. Tenga buen viaje.

Al llegar esa tarde a la oficina del señor Chiva-aree, se encuentra con Grace dentro quien iba de salida.

- Oh, joven Opas, siga por favor. Enseguida vuelvo con el té – dicho esto, cerró la puerta tras de sí.

- Gracias – dijo al cerrarse la puerta.

- Bienvenido ¿Cómo van las clases?

- Muy bien, gracias por preguntar ¿Todo bien hoy? – se acercó al escritorio donde el señor Chiva-aree lo esperaba de pie apoyado en el borde del escritorio.

- Todo bien, debemos revisar algunas cosas de la nueva fábrica que abriré. De eso le quería conversar – su tono se tornó de pronto muy serio, e hizo un ademán con la mano para que se sentaran.

Metawin se puso nervioso, el señor Chiva-aree escasamente se permitía esa seriedad en su presencia y lo tomó por sorpresa y desprevenido.

- ¿Sucede algo malo? – preguntó inquieto.

- Espero que no, pero necesito que vea estos papeles y me dé su opinión.

Tomó los planos y papeles y los extendió sobre su escritorio, Metawin los veía intentando entender de qué se trataban. En eso la puerta es golpeada. La señora Grace hace ingreso con el té y unas galletas.

- Gracias señora Grace, es todo por hoy, vaya usted a casa y cene con su familia. Descanse – dice el señor Chiva-aree a lo que la señora Grace agradece y se retira.

Eso dejó a Metawin más curioso, la actitud del señor Chiva-aree era muy distinta a la de siempre y eso despertó su curiosidad aún más.

- ¿Pasa algo? Lo noto distinto hoy.

- No, sólo necesito su opinión de estos papeles ¿Qué le parecen?

- Por lo que entiendo se trata de varias propiedades ¿son las que quiere ver para la nueva fábrica?

Cuestión de orgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora