Capítulo 7

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Las clases fueron normales, aunque a veces Metawin perdía la concentración. Filosofía no era precisamente su clase predilecta, pero había cosas interesantes por escuchar, las grandes ideas y pensamientos acerca de los hombres, el derecho a la educación y se detuvo ahí, levantó más su cabeza y miró fijamente a su profesor. Escuchó con más atención que hace un momento, y se preguntaba demasiadas cosas. Para su mala suerte, fue llamado a dar su opinión y como él ya sabía, éste no era muy popular que digamos.

- Señor Opas, díganos ¿Usted cree que la educación es un derecho o un privilegio? – el profesor hizo resonar su voz en todo el salón de clases.

Como era costumbre, Metawin se puso de pie para exponer su punto de vista, este tema dentro de la filosofía era su favorito, se aclaró la garganta antes de contestar.

- Yo creo que es un derecho – dijo fuerte y claro.

- ¿En qué basa su argumento señor Opas? – replicó el docente.

- Ya lo dijo Sócrates en su momento, a la hora de enseñar, él nunca lo hizo en un aula rodeado de lujos, él enseñaba donde fuese, una plaza, la calle, enseñaba a sus discípulos en cualquier lugar. La educación es un derecho, todos los hombres debiesen poder educarse. Por algo utilizó la "Mayéutica", y para serle franco, creo que estaba en lo correcto. Saber es hacer el bien, es lo que es correcto y cuando cometemos un error es debido a nuestra ignorancia, entonces ¿no es si no un ignorante una persona errada? ¿No debiesen ser buenas las personas con sabiduría y transmitirla a todo aquel que merezca y deba ser educado? – el salón en completo silencio.

- Tiene usted un buen punto señor Opas, pero lamento decirle que eso es una utopía, no puede ser aplicable, hermosas palabras de Sócrates debo admitir, pero con eso las personas no llevan comida al hogar – dijo casi con sarcasmo, lo que enfureció a Metawin.

- ¿No es entonces verdad que, si educamos a las personas, ellos tendrían mejores conocimientos y herramientas para conseguir mejores puestos de trabajo y así llevar un mayor sustento a su casa?, eso se logra sólo si los educamos, la sociedad crecería más en sabiduría y conocimiento y todos ganaríamos – defendía y argumentaba apasionadamente su discurso.

- ¿Cree usted en las ideas de la Ilustración joven Opas? – increpó.

- Así es, aunque considero que todas las clases sociales deberían favorecerse de ella, no sólo algunos – recalcó.

Muchos comenzaron a murmurar en el salón, el rostro del profesor no se veía satisfecho con su respuesta, en ese momento Metawin recordó que quedaban semanas para su salida "sólo unos meses más", pensó para sí.

- Creo que debo tener una charla con Mr. Smith al respecto. Tome asiento – y el salón calló.

El resto del día fue tranquilo, al salir Metawin debía ir a las industrias Chiva-aree.

- ¿Cómo estuvieron esas clases joven? – preguntó ingenuamente Bright, mientras tomaban asiento en el sofá de su oficina y Grace les servía el té.

- Prefiero no hablar de eso, por favor – bajó sus hombros, como derrotado, eso partió el corazón de Bright.

Lo observó unos instantes hasta que Grace se hubiese retirado, al cerrarse la puerta, él se acercó hasta quedar casi pegado a la cadera del joven.

- Sabe que puede hablar conmigo lo que sea, si eso alivia su apesadumbrado corazón, permítame ser oyente de sus preocupaciones, no me niegue tal privilegio – sonó tan bien eso para Metawin, que suspiró y se recargó en el sofá mirando a Bright.

- Verá usted, hoy en la clase de filosofía hablábamos de la educación y el maestro me hizo una pregunta. La verdad es que no soy muy famoso por mis ideas y pensamientos, quisiera no mortificar tanto a Mr. Smith, pero... - sus hombros cayeron, ni siquiera se dio cuenta de que una mano de Bright había tomado una suya sobre su muslo.

Cuestión de orgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora