Seis

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Dos años después...

— Mañana es un gran día, ¿No lo crees, hija? Ya vas a iniciar tu último año. —Mi madre bebía felizmente su taza humeante de café, como cada mañana.

Hoy parecía más alegre, a pesar de ser un domingo aburrido y perezoso.

— Solo es día de escuela, mamá. No es para tanto. —murmuré mientras llevaba el regaliz a mi boca y mordisqueaba hasta romperlo.— Hoy iré a casa de Song y en la tarde a pasear a Haku y Mata con el resto, volveré a las dieciocho con treinta minutos. —comenté mientras me ponía de pie, estábamos en los cómodos muebles estampados de la sala.

— ¿Irás en la bicicleta?

Asentí.— la dejaré en su casa antes de ir a pasear a los caninos y luego volveré en ella.

Subí rápido a mi habitación para buscar mi chaqueta, revisé un poco mi aspecto antes de salir. Ese pantalón rasgado negro y la camisa oversize, las converse y la chaqueta hacían buen juego, Minnie se sentirá orgullosa. Me peiné un poco el flequillo y bajé, me despedí de mi madre y monté la bicicleta en dirección a su casa, siempre es a su casa.

Siento que el pasar del tiempo fue más rápido, pero el tiempo es relativo, así lo dijo Einstein.

Ya tenía dieciocho años y me sentía más segura que hace tanto tiempo atrás, las sesiones con la señorita Cho Miyeon pasaron de una vez a la semana a cada quince días, a terminar siendo una vez al mes. Todos los veinte.

Seguía siendo buena en clase, algunas veces enfrentaba ataques de pánico pero podía contar con YuQi. Siempre estaba a mi alrededor como una abeja a las flores. Y así como yo había cambiado todas lo habían hecho.

Soojin pasó de ser alguien de aspecto tímido a una de las chicas más cotizadas y de carácter atrevido, usaba lentes de contacto y hasta era líder del club de baile. Con Shuhua pasaba casi lo mismo, ya no era tan melosa con Soojin, pero era popular y reconocida como integrante del club de teatro.

Minnie ya se había graduado, pero no quería sentirse presionada por su futuro y sus padres lo entendían, siendo muy comprensivos. Era por eso que había decidido tomar un año de descanso antes de "enfrentarse a la vida", como decía ella. ¿Ya no enfrentamos la vida desde que nacemos? Aún sigo sin entender ese tipo de cosas.

Y luego estaba YuQi. Seguía protegiéndome aunque le dijera que ya no hacía falta, me hacía sentir culpable ante su sentido de la responsabilidad y deber hacia mi. Sin embargo eso no evitó que su personalidad de mariposa social la terminará haciendo conocida y posible delegada de la clase durante nuestro último año. Eso me tranquilizaba. Creo.

Hay cosas que no sé cómo llegaron a ser. Las lagunas simplemente no desaparecen y aunque algunas llegan a ser cortas, otras parecen llevarse semanas consigo. Pero he vivido con ello desde hace tanto, que ya no las veo como un gran problema. Por eso el tiempo se siente tan corto.

Terminé siendo la chica que hace el cliché de nerd y rara, mis buenas notas y peculiaridades hablaban por sí solas. Por un tiempo quisieron molestarme y eso sí que causó muchos problemas, pero Yuqi siempre buscaba la manera de resolverlo y con los meses lo dejaron pasar. No recuerdo mucho de esa época. Pero hay cosas que solo...

Solo no cambian.

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Dejé la bicicleta del lado del garaje y toqué la puerta, como siempre Yuqi abriendo la puerta para mí con una sonrisa, fuimos escaleras arriba —saludando a la señora Song en el camino.— hasta estar en su habitación.

𝚅𝚎𝚁𝘉𝘙𝘌𝙺𝙸𝙽𝙶 ➩ 𝖸𝘶𝙔𝗲𝗼𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora