𝚅𝚎𝚁𝘉𝘙𝘌𝙺𝙸𝙽𝙶 ➩ 𝖸𝘶𝙔𝗲𝗼𝙣

三十

Las clases continuaron con normalidad, a pesar de que seguía pensando en lo sucedido en los baños y que la sensación no desapareciera de mi, no tenía que dejar que aquello me desconcentre; ya tenía muchas cosas que hacer y en qué pensar, más aún teniendo en cuenta de que más tarde tendría lugar la cena en casa de Aiki lo cual hacia invadir mi cuerpo con el familiar nerviosismo.

Y es que, dios, el hecho de haber besado nuevamente a la china me dejaba muy consternada; ¿Por qué había accedido a eso? ¿Por qué dejé que sucediera? No podía dar con una respuesta coherente, o a lo mejor sí, pero eso implicaba la preocupación por aquellos sentimientos tan presentes por Aiki ¿Era acaso eso un impedimento en realidad?

Sentía que estaba engañándola. Necesitaba espacio en mi cabeza, tenía que pensar con cabeza fría y no cometer algo desubicado.

Horas después en que terminó la jornada, recogí mis cosas con algo de prisa como si quisiera huir de algo; al momento en que alcé mi rostro di con los ojos oscuros de la china. Le dediqué una mirada larga a Yuqi quien no titubeaba en devolverla con tanta intensidad que comenzaba a sentir como estaba calentando mi rostro; poco después aparté la mirada y observé a Aiki quien parecía tan confundida en ese momento como en realidad supiera lo que había sucedido.

Absurdo. ¿Cómo va a saber? No seas tonta, por supuesto que no sabe nada.

Me reprendió la voz en mi cabeza, tomé mis cosas ahora dispuesta a caminar fuera del aula. Y con una breve despedida hacia la china, un gesto al resto de las chicas una vez nos encontramos en el pasillo dando a entender que "iría por mi lado". Pronto hicimos nuestro camino hacia su la bicicleta y fue entonces que la gánster decidió hablar:

—Recuerda estar lista, pasaré por ti más tardar a las 5 ¿Está bien?, espero que apenas llegue puedo saludar a tu madre y luego irnos. No te preocupes por nada, ¿Si? Ya verás que serás bien recibida por mi familia, se portarán bien... o eso espero. — Aiki sonrió, esa sonrisa que normalmente me sacude el pecho con fuerza, sin embargo podía sentir que algo no iba bien, al menos no para mí. Y no tenía que pensarlo tanto cuando aún sé qué mi cabeza seguía viajando a ese momento en especial.

Ya basta, ya tienes que dejar de pensar en eso.

Yo asentí, intentando sonreír de vuelta y puedo suponer que así lo hice porque pude ver a Aiki sonreír con más fuerza. Con aquel gesto y con una voz bastante suave solté: —Lo entiendo, realmente no estoy tan preocupada, o nerviosa, pero sí quisiera ser capaz de dar una buena impresión... Ya que es la primera vez que voy a convivir con tu familiar de esta manera. — mi voz parecía desbordar calma, puse mi alma en ello, pero creo que también demostraba mi inseguridad y no era algo que pudiese ocultar.

Aiki no objetó al respecto, solo tomando mi mano para darle un fuerte pero a la vez suave apretón, lo encontraba difícil de explicar de manera en que pudiera procesarlo, sin embargo me reconfortaba, era la palabra que podía utilizar: reconfortante. Y no estaba mal, pero no podía con lo que se asentaba en mi pecho.

Me tendió su casco antes de subir a su bicicleta, siendo el trayecto bastante corto así como la despedida, las indicaciones ya habían sido dadas como para volver a hablar sobre los mismos sosos detalles. Cuando subí a mi habitación y dejé mis cosas en el suelo, simplemente opté por sentarme en el borde del colchón y pensar; recordaba la mirada clavada de la china en mis ojos, removiendo una vez más el limbo de sentimientos que parecía mantenerse en una falsa calma ante el estatus quo que ella se encargó de desestabilizar con el encuentro en los baños.

Sí, no es el mejor momento, tengo cosas que hacer antes de arreglarme.

Escuché como tocaban la puerta y solo podría ser mi madre a estas horas, por lo que un contundente "pase", pude ver como se abría la puerta y sentí mi cuerpo estremecerse, no era mi madre sino la chica de hebras castaño.