𝚅𝚎𝚁𝘉𝘙𝘌𝙺𝙸𝙽𝙶 ➩ 𝖸𝘶𝙔𝗲𝗼𝙣

二十!

Las bolsas oscuras bajo los ojos de la china eran la clara muestra de la terrible noche que tuvo. No había dejado de bostezar, y apenas podía seguir el veloz ritmo de su propia mente preocupada mientras intentaba prestarle atención a la coreana a su lado.

La verdad es que estaba nerviosa, el insomnio tenía una causa y no eran precisamente las palabras de Minnie quienes la habían dejado tan pensativa y preocupada como para espantar todo rastro de sueño de su interior hasta el momento en que los rayos del sol comenzaron a dar en su rostro y darse cuenta de que no pudo descansar ni un poco.

Ojala aquello fuese el problema, pensó Yuqi. Pero no era tan sencillo, menos cuando el problema tenía nombre y apellido, una verdadera molestia y la piedra en su zapato que ella misma se encargó de poner.

Wong Yukhei, aquel chico con el que solo salió un par de meses —con dos semanas de haber terminado con dicho lazo— parecía más que seguro en pedirle a la china para retomar la relación como si sólo hubiera sido un malentendido. Los mensajes insistentes podrían ser algo comunes, después de todo el muchacho resultaba ser demasiado terco como para aceptar la ruptura; pero parece que las negativas de la castaña no eran suficiente.

"Oh vamos, preciosa. ¿Por qué no regresas y discutimos lo que no te agrada? Sé que hay cosas que no te gustan pero puedo mejorarlo, ¿Vale? No puedes dejarme así."

"Ya pasó el tiempo suficiente para que la voz de la razón en esa cabecita tuya te haya hecho darte cuenta de que hiciste mal en dejarme, soy un gran partido, tu misma lo dijiste. Prometo ser bueno."

Y aunque Yuqi no contestó ni una vez, esto no detuvo al chino de seguir mensajeando a la chica a altas horas de la noche, seguramente ebrio con el alcohol sirviendo de impulso para que escriba ese tipo de cosas.

A este punto no había forma de que la castaña siquiera lo considere.

"¿Te vas a portar así? ¿Quieres que te ruegue como un maldito perro, ah? No me provoques, Song Yuqi. Sé que me estás leyendo, y sabes muy bien que puedo hacer que las cosas sean difíciles y no queremos eso, ¿No crees?"

Hacer las cosas difíciles, aquello solo heló a Yuqi en su cama, considerando seriamente en retomar la racha de faltas del instituto, pero sabía que no podía, hacer eso, tenía a su querida chica esperando frente a su puerta cada mañana y ese lunes no sería la excepción.

Por lo que así, somnolienta y desorientada seguía a Soyeon de camino al instituto, agradeciendo que la chica haya decidió no indagar en su clara falta de sueño, así como su ausencia en la conversación que terminó en monólogo.

Por su parte, aunque lo había notado de inmediato había decidido no sacar el tema porque comprendía —de forma muy propia— lo molesto que resultaba el intentar hablar de algo cuando la falta de sueño se reflejaba en mal humor. Y ella no sabía si realmente tenía los ánimos para estar al lado de una Yuqi malhumorada por la falta de sueño.

Más eso no alejó la curiosidad que sentía por lo que pudiera estar pensando su amiga, ¿Qué podría tenerla así de pensativa como para tener que llenar el silencio la normalmente callada coreana?

Lo que sí estaba claro era que se trataba de algo que no estaba dispuesta a compartir.

A Yuqi no le gustaba como pintaban las cosas en su cabeza, detestaba las amenazas y era claro que el último mensaje del chino había sido una. No podía imaginar con certeza que podría utilizar el chico en su contra, pero sí había utilizado esas palabras, algo de pesado tenía entre manos.

Entonces...

¿Debía acceder a hablar con él?

No, aquello era más que arriesgado, el solo plantearlo le causaba escalofríos pero el decirle a alguien para buscar ayuda ni siquiera resultaba en una opción viable en su cabeza. ¿Por qué? Tal vez confiaba demasiado en poder resolverlo sola, pero no es algo de lo que se quiera preocupar ahora.