Los instintos nos dominan, no se puede luchar contra ellos, ¿o si?
En una oscura y tranquila noche sin luna, el primogénito de los Wang nació en punto de la medianoche. Wang Yibo; heredero de una antigua y poderosa familia de alfas.
Un secreto ocul...
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El embarazo de Lan Yi había sido muy tranquilo, el bebé sería al parecer de temperamento sereno. Los padres no habían querido saber el sexo de la criatura porque para ellos lo más importante era saber que estuviese sano y su condición de alfa. Sobretodo para el padre.
A
mbos eran alfas por lo que era más que seguro que habían concebido a un alfa también.
Eran personas importantes y poderosas, sobretodo el señor Wang, ya que su familia provenía, según se llegó a saber que hace varios siglos pertenecieron a la realeza. Los Wang casi siempre se casaban con otros alfas y los que no, aunque se casaran con omegas, estos eran de buenas familias también, además habían concebido hijos alfas, sus genes eran bastante dominantes.
Aquel día ambos se encontraban descansando después de haber tomado el té de la tarde, la señora Lan no había podido acomodarse para dormir bien desde hace unos días debido a su gran vientre, por lo que se acostó en el diván esperando obtener un buen descanso ya que su bebé no llegaría hasta dentro de una par de semanas.
Todo estaba tranquilo esa tarde cuando de pronto sintió un fuerte dolor en su vientre y al momento siguiente ya sabía mojado el diván. Llamó a su esposo para avisarle de sus dolores y con prisa llamaron a su doctor de confianza, luego llevaron a Lan Yi con cuidado a la habitación especial en la cual tendría a su bebé.
Las contracciones se hacían cada vez más fuertes pero su canal no estaba lo suficientemente abierto como para dar paso al bebé. Fue hasta la medianoche que estuvo casi abierta totalmente pero el bebé ya venía. Al parecer el pequeño había querido adelantarse un par de semanas y ni siquiera quería aguardar a que su madre estuviese completamente lista.
Con dificultad Yibo nació justo a la medianoche, una de las enfermeras lo limpió, arropó y se lo entregó a la madre quien no pudo verlo más que algunos segundos antes de quedarse dormida debido al agotamiento. El señor Wang por su parte estaba muy contento, había tenido a un precioso y sano niño, aunque él había esperado secretamente que fuese niña pero no importaba, era un alfa de todos modos.
Al día siguiente la madre ya había despertado y alimentado a su bebé, ahora se encontraba mirando con amor al pequeño y coloradito niño envuelto en sus brazos.
- Es un hermoso bebé y muy sano. - Dijo la enfermera ante la preciosa escena, le cambió a la mujer la bolsa de suero que conectaba de una manguera a su vena.
- Lo es, mi pequeño Yibo es precioso... - Besó su cabecita y en ese momento el señor Wang entro nuevamente después de hacer unas llamadas, aquel día no iría a trabajar, se quedaría con su esposa y su recién nacido.
- Es obvio que será un alfa, los Wang solo concebimos alfas. - Dijo orgulloso no importándole la presencia de la enfermera que era una beta.
