24.

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Capítulo 24. - Experimental.

El lunes siguiente Yibo llegó a su oficina en compañía del atractivo médico

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El lunes siguiente Yibo llegó a su oficina en compañía del atractivo médico.
Al ingresar al lugar miró un par de cosas sobre su escritorio y con extrañeza se acercó a este para ver que era. Vio una pequeña jaula en la cual se encontraba una tarántula completamente negra.

Sus ojos brillaron al ver al hermoso arácnido como si fuese la cosa más tierna que hubiese visto en su vida. Levantó la jaulita emocionado para verla mejor.

- Es preciosa... - Sonrió.

- ¿Otro bicho?

- ... - Ignoró al doctor y continuó mirando la tierna arañita metiendo su dedo para acariciar su aterciopelado cuerpo. El animal se removió un poco con elegancia.

- ¿Y esto? - Dijo el doctor Gu abriendo la otra cajita, había un postecito. - Se ve delicioso.

El delta miró que el doctor estaba a punto de tomar un poco y dejando la jaula en el escritorio, le dio un manotazo al mayor y tomó la otra caja.

- No lo toques. - Gruñó. Sabía perfectamente de quien había sido aquellos regalitos, de su beta, su hermoso beta. Solo Zhan le habría dejado aquellos preciosos regalos, casi podía percibir su tenue aroma en ellos.

- Oh... ¿Alguien especial?

- Largo. - Gruñó furioso mirándolo retadoramente.

- ¿Qué? - Notó el cambio abrupto en él y como sus ojos se tornaron dorados.

Yibo desprendió feromonas amenazantes tan fuertes que incluso el doctor se estremeció. Él no debería haber podido causarlas a menos que las drogas estuviesen surtiendo el efecto deseado mucho más pronto de lo pensado.
El delta no esperó que el doctor obtuviera una respuesta a pesar de que este estuvo a punto de bajar la cabeza y arrodillarse ante él en sumisión por primera vez. El delta simplemente lo empujó sacándolo de su oficina, luego cerró la puerta con seguro y comenzó a comer el postre ansiosamente preparado por su Zhan; su precioso beta.

El comerlo le dio una sensación extraña de placer y satisfacción extrema, sin darse cuenta se había puesto duro a medida que comía. El solo hecho de saber que Zhan había preparado aquello tan delicioso con sus propias manos le hicieron excitarse de sobremanera. Era extraño pero probablemente era algún efecto de la droga también, el potenciar sus sensaciones y deseos.

- Zhan, mi beta... - Dijo una vez terminado de comer. Luego lamió sus largos dedos para probar hasta lo último.

Sus fosas nasales se ensancharon pero aún luchó por contenerse y no ir a buscar a su beta. Era tan jodidamente difícil, su cuerpo se sentía extraño como cuando su celo estaba por iniciar.

El doctor Gu lejos de molestarse o desconcertarse, sonrió complacido cuando recuperó la compostura, las inyecciones al delta estaban funcionando. Simplemente debía esperar y volver a probar, más tarde tendría que volver a inyectar los supresores para verificar su experimento, si el delta volvía a ponerse dócil con ellos, al día siguiente volvería a suministrar la droga para adelantar su ciclo y ver los cambios tan abruptos que tendría el delta de un día a otro.

Delta W (YiZhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora