Los instintos nos dominan, no se puede luchar contra ellos, ¿o si?
En una oscura y tranquila noche sin luna, el primogénito de los Wang nació en punto de la medianoche. Wang Yibo; heredero de una antigua y poderosa familia de alfas.
Un secreto ocul...
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Yibo miró el postrecito sobre su escritorio, estaba a punto de preguntarle a su secretaria cuando se percató de quien era. El aroma dulce le recordaba a Xiao Zhan.
Tragó duro y olfateó lo mejor que pudo, salivó un poco, olía a él mientras comía caramelos. Su malhumor se desvaneció entonces. Quería probarlo, probablemente le gustaría ya que era dulce.
Algunos alimentos simplemente no le agradaban como los vegetales y demás, pero él podía tolerar algunos postres dulces y bebidas amargas, le encantaba el café y el té, además de algunos licores fuertes.
Esa mañana había despertado molesto por el aroma de su hermano en su departamento, sacó a un somnoliento Jingyi de su territorio y mandó a Lele a que lo llevara a casa de sus padres, luego le ordenó que mientras él estaba en el trabajo, debía limpiar cada cosa que su hermano había tocado.
En algún momento de la noche, Timmy se había ido, no le tomó importancia a esto.
Comió el postre sorprendiéndose un poco por el sabor, le recordaba algo lejano. El sabor era tan similar a algo que ya había probado de pequeño, continuó comiendo con ansia tratando de recordar, pero fue hasta que terminó el postre y chupó sus dedos uno a uno que lo recordó.
Su nana le había preparado un par de veces aquel postre cuando era un pequeño, cuando se había portado espléndidamente, entonces fue premiado por ello. Se quedó saboreando en su boca el dulce y nostálgico sabor, Xiao Zhan le había preparado eso con sus propias manos. Sus pupilas extrañamente se expandieron el solo pensarlo.
De un momento a otro se encontró duro sobre su cómoda silla detrás de su escritorio, sus labios aún contenían el sabor dulce del delicioso postrecito que había encontrado esa mañana al llegar. Queria follar, su mano no había sido suficiente la noche anterior, quería un cuerpo suave y dulce al cual arremeter, quizá solo una boca necesitaría, Timmy le había hecho un buen trabajo anteriormente pero sabía que aquel chico no se desocupaba sino hasta la noche, de todos modos lo necesitaba justo ahora.
Recordó la sonrisa de Zhan dos días antes mientras el beta comía una crepa y Yibo solo podía mirar los movimientos de esa tentadora boquita. Charlaron de algo que Yibo no recordaba con exactitud, por estar imaginando al chico desnudo y sudoroso debajo de él, implorando por su nudo.
Estaba por llamar a su secretaria para que esta llamara a Xiao Zhan nuevamente y lo hiciera ir a su oficina urgentemente pero lo pensó mejor, no, Zhan sería su platillo fuerte en su siguiente celo, quería esa boca pero no ahora. Xiao Zhan valía la pena para algo más especial, su celo.
Resopló y simplemente llamó a la beta.
- Ven aquí... - Colgó. Incluso una chica beta serviría en ese momento, Ibuki era linda de todos modos y parecía encontrarlo atractivo.
