Los instintos nos dominan, no se puede luchar contra ellos, ¿o si?
En una oscura y tranquila noche sin luna, el primogénito de los Wang nació en punto de la medianoche. Wang Yibo; heredero de una antigua y poderosa familia de alfas.
Un secreto ocul...
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Después del brindis Feiyu y Yao fueron felicitados nuevamente por los invitados. La pareja se paseaba con supuesta alegría.
El alfa podía lucir tranquilo y hasta feliz por fuera aunque los pensamientos de su cabeza estaban divididos. Estaba pensando en lo que recordaba de Yibo, todo lo que había visto y sabía, nada en el heredero Wang era propio de un beta, no importaba si era de una vieja familia de alfas, incluso podría haber sido un omega puro, lamentablemente era un hombre de la casta más baja, sin contar a los deltas por supuesto, que eran tan raros como temidos y repudiados.
El beta castaño no podría ser capaz de no someterse y tener aquellas actitudes más de alfa que de beta. Quizá estaba pensando demasiado, tendría que saber que enfermedad rara era la que tenía Yibo y si esta tenía que ver con sus actitudes dominantes.
Rápidamente su mente se fue hacia el otro problema que estaba en su cabeza; el chico omega, el lindo y elegante Luo Yunxi. Había intentado no mostrarse interesado en el chico últimamente ya que había sido demasiado obvio su interés en los primeros meses de conocerlo, muchos se habían percatado de sus interés en él, uno de ellos, su padre. Incluso su prometida había escuchado los rumores de que su novio estaba interesado en un secretario de Alpha W, ella erróneamente había creído que se trataba de Xiao Zhan por la cercanía que tenía con el señor Chen. Por eso es que a Li Yao le disgustaba tanto aquel beta, además de que se sentía un poco envidiosa por la belleza de Zhan a pesar de carecer de feromonas de omega, el chico atraía las miradas de unos cuantos, realmente era muy agradable a la vista. No es que ella no fuera hermosa, claro que lo era y tenía un agradable aroma de omega, pero todo eso se opacaba debido a su actitud déspota y clasista.
En algún momento de la noche, Li Yao fue a conversar con sus amigos omegas y Feiyu se acercó a Wang Qiren y Lan Yi quienes conversaban con un par de invitados, una vez que los otros se fueron y que su atención se centró en él, este inició una conversación con los Wang.
- ¿Están disfrutando el evento?
- Por supuesto. - Dijeron sonrientes ambos alfas. - Todo es muy agradable. - Agregó la mujer.
- Desde hace un rato no veo a Yibo. - Comentó Feiyu. - ¿Se ha ido? - Fingió sorpresa.
- Si. - El alfa miró a su esposa, esta ya le había hecho saber a su esposo que Yibo estuvo en dicho evento pero que todo había estado bien. Incluso se había retirado temprano.
- Oh... espero que no se haya sentido mal. - Necesitaba algún indicio. Siempre notó lo sobreprotector que era el alfa Wang con su hijo beta, siempre disculpándose en su nombre en aquellas importantes reuniones sociales y laborales en las que Yibo no asistía.
- ¿Sentido mal? - Preguntó la alfa.
- Por su enfermedad. - No se perdió las miradas de desconcierto de los alfas que por un segundo mostraron.
