《Pequeño Ladrón》M-Preg [L.S]

CAPÍTULO. 10

CAPÍTULO 10: Ser un "Casa Nostra"

El gran día había llegado, pasando otra semana, después de haber aceptado la propuesta de matrimonio.

Si hubiera sido por Damiano y Louis, la boda habría sido al día siguiente, sin arreglos ni nada por el estilo, ya que lo más importante era priorizar la seguridad de Louis.

Pero Victoria hizo un enorme espectáculo, negándose rotundamente, cuando todos en casa se enteraron del compromiso y es que ella no estaba de acuerdo en que no hubiera algo mínimamente significativo en su unión, sin poder pelear contra ella, aceptaron que organizara absolutamente todo, pero sin exagerar y al cabo de algunos días, todo estaba listo.

Mientras toda la organización se llevaba a cabo, Louis asistió a sus controles prenatales para asegurarse del óptimo desarrollo del bebé y en palabras del obstetra, todo iba por buen camino y aquella imagen de la pequeña masita en el monitor, se veía más grande con el pasar del tiempo.

Y de esa forma es que llegaron a este fin de semana, el más esperado por Victoria, quien al momento de enterarse de la noticia no dejaba de llamar a Louis "cuñado o inclusive hermanito", la rubia pretendía organizar una fiesta enorme, donde toda la ciudad de Verona estuviera invitada y la noticia fuera esparcida a toda Italia, pero el pedido discreto por parte de la pareja estaba claro, la ceremonia no podía pasar más allá de una sencilla cena familiar después de firmar el acta matrimonial y Victoria, a regañadientes tuvo que aceptar, pero el menú y decoración para la cena serían más que dignos que de una boda de la realeza.

Louis vestía un traje Armani color gris de abotonadura sencilla junto a una camisa blanca y corbata a juego, un par de zapatos negros de John Loob y un rolex, obsequio de Victoria, adornaba su muñeca izquierda, su cabello estaba peinado hacia atrás, formando un leve copete, todo en él se veía lujoso y de alta gama.

No podía ocultar sus nervios al caminar por el pasillo que daba hasta el salón donde se llevaría a cabo su boda, según las instrucciones de Victoria, quien se mantenía comunicada con el personal a cada minuto; todos ya se encontraban en espera de Louis, los invitados eran el personal de servicio que llevaba trabajando años para la familia, ya que no existía más familia por parte de los Ginoble, estaban Zayn y Victoria como los testigos, también Niall y el notario que oficiaría la ceremonia.

En su corta estadía en aquella casa, Louis pudo notar que los Ginoble trataban como a su familia a toda persona que trabajara con ellos, en palabras de Damiano, la Casa Nostra era familia y cada miembro de ella, merecía respeto y un trato digno.

No había alguna palabra afectuosa entre ellos, como aquellas que suelen usar los enamorados, más que ese pequeño hábito del mayor, esa fascinación por revolver el cabello de Louis, aparte de pedir que la habitación del mismo sea decorada siempre con un ramo de flores.

Sus manos se movían inquietas mientras esperaba detrás de una gran puerta, Victoria aún no daba la orden para que Louis entrará al salón, así que solo quedaba esperar.

Entonces un recuerdo, lejano ahora, se presentó en su mente, de aquella ocasión en que Harry le había hablado de casarse, buscar una casa y forjar su propia familia, todo eso se escuchaba imposible ahora.

Todo cambiaría y solo esperaba que fuera para bien.

Cuando las puertas fueron abiertas, a pasos cortos, algo torpes a causa de su nerviosismo, avanzó en medio de personas a quienes iba conociendo con el pasar del tiempo, lo miraban con una sonrisa amable en los labios, al ver el rostro de Zayn, pudo notar ese leve suspiro, su amigo más que nadie comprendía todo lo que pasaba por su mente.

Victoria sonreía en grande y Niall... lo miraba sereno, pero también con una pequeña sonrisa en su rostro.

Al acercarse hasta la mesa donde se encontraba el notario, pudo ver a Damiano esperando por él, su vestimenta no variaba mucho de lo cotidiano, verlo usar trajes costosos era algo a lo que se estaba acostumbrando, pero ese día era diferente, sin duda, Damiano no solo se veía atractivo y elegante en ese traje que, hacia un bello contraste con el suyo, él lo veía con cierta añoranza.