《Pequeño Ladrón》M-Preg [L.S]

CAPÍTULO. 14

CAPÍTULO 14: No hay que mentirle.

—Tranquilo —le dijo Damiano a Louis, quien no dejaba de balancearse sobre sus pies, impaciente.

—Es que ya quiero verlo, lo extrañé mucho.

—Yo también lo extrañé. —confeso un poco ansioso

—¿Crees que creció en nuestra ausencia? —preguntó Louis casi con miedo, pues desde que Lessy llegó a su vida, solo quería estar ahí, en cada acontecimiento o descubrimiento de su niño.

—Es lo más probable... —contestó honesto

—Esperaba que dijeras que no. —intentando sonar severo

—Que te mienta, querías que te mienta. —recalcó, ocultando una risa al ver la mirada molesta de Louis

—Algunas pequeñas mentiras blancas, no hacen daño.

—Como el hecho de que aseguras odiar el verde, pero lo usas en tu vestimenta —molestó—, justo como ahora.

Damiano no pudo evitar carcajear, aunque intentaba cubrir su boca con la mano.

—¡Pediré el divorcio! —soltó con falsa indignación

—¿Puedo apelar? —siguió el juego

—No te pases de listo Señor Ginoble —advirtió en tono socarrón—, a menos que quiera tener una pelea conmigo en el domo.

El más alto levantó ambas manos en señal de paz.

—Discúlpame, no vuelvo a ser insolente.

—Que mentiroso eres... siempre lo haces.

—No puedo evitarlo. —intentó hacer un puchero triste que Louis no le creyó

—Perdóname —dijo antes de besar esporádicamente la mejilla del más bajo

Louis le dio un golpe en el pecho como parte de sus ya conocidos juegos donde ambos se molestaban por algo, fingiendo una pelea que terminaba en Damiano perdiendo sin remedio.

Dante, su guardaespaldas de confianza los observaba en silencio, tal vez con una pequeña sonrisa escondida.

En la zona de desembarque, para Louis se le hizo eterno tener que encontrar sus maletas y por fin salir en búsqueda de su niño que estaría esperando por él.

Arrastrando sus maletas, caminando junto a Damiano, con la vista comenzó a buscar, acelerando el paso sin darse cuenta, hasta que a unos metros por delante logró reconocer a Lessy, su tío Liam lo tenía cargado sobre sus hombros para que sea más fácil el reencuentro de padre e hijo.

Louis no perdió más tiempo en acercarse corriendo, recibiendo a su bebé con los brazos abiertos.

—¡Papi! —carcajeó por los múltiples besitos que Louis dejaba en sus mejillas

—Mi bebé... —le susurró al oído—, ¿me extrañaste? porque yo te extrañé cada día.

La respuesta de Lessy, fue un bajo "Si" antes de darle un beso en la mejilla, con sus pequeñas manos peinando el flequillo de Louis.

—¿Te comportaste bien hombrecito? —dijo Damiano, no quería interrumpir, pero ese niño, desde que lo cargó por primera vez, simplemente... Lessy estuvo ahí para él

—¡Papá! —contestó emocionado extendiendo los brazos y llegando hasta Damiano

—Hola hombrecito —besó la cien del niño y como era costumbre de Lessy, correspondió el gesto de igual manera—, creciste... ¿cuánto, un metro?