CAPÍTULO. 30

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CAPÍTULO 30: Salto a la incertidumbre.

Debía ser ya media noche y los reflectores señalaban un solo lugar. En lo más alto de aquellas escaleras, de pie, con un porte imponente, se hallaba un hombre caucásico de unos sesenta años, alto y de contextura gruesa, sonriendo maravillado por los eufóricos aplausos de sus invitados.

Era su fiesta, su forma de alardear de su ilimitado poder adquisitivo. Solo Abraham Rothstein, en su extravagante presentación, rodeado de hombres grandes y musculosos que se encargaban de su seguridad.

Los instrumentos musicales cesaron al igual que los aplausos, cuando vieron al anfitrión levantar una mano que, con un solo movimiento pidió silencio. Se le entregó un micrófono y a la expectativa de todos los presentes, Rothstein fue conciso y de pocas palabras "Disfruten la velada" fue lo único que dijo antes de bajar por las escaleras, saludando a quienes tenía al paso.

Desde su lugar, lo vieron platicar fugazmente con algunas personas, solo presentaciones cortas, supusieron.

Fue decepcionante que ese beso no llegara a ocurrir, pero Harry fue lo suficientemente delicado al dejarle un beso en la frente a Louis, como si le dijera con ello que, el momento adecuado llegaría pronto.

Louis sonrió para Harry, correspondiéndole el beso, al tomar su mano para entrelazarla con la suya. Se sonrieron con complicidad y cariño, antes de retomar su atención al anfitrión.

—Él es Rothstein —señaló Harry viendo en su dirección, solo para que no quedara en duda quien era el hombre—, es egocéntrico y habla incluso cuando no tiene nada que decir.

—¿Lo conociste?

—Sí, organizó un brunch de recibimiento y ahí se presentó. No hablamos mucho, porque, para mi sorpresa, sabía muchas cosas de mí en el aspecto laboral. Fue preciso al mencionar cada uno de mis trabajos y por lo mucho que habla, tampoco me dejó responderle.

—De tu trabajo... —repitió, con desconfianza.

—Sí, pero no sólo el mío. Mira —le señaló hacia el salón y Louis lo siguió, con una mirada casual—, todos sus invitados pertenecen al mundo de Hollywood, actores, cantantes y modelos. Todos, son de lo que se denomina como: la nueva generación Incluido yo. Los demás, supongo que, son sus conocidos o algo así.

En algún momento, en medio de esas palabras, la serenidad e intimidad que compartieron, fue decayendo, lento y progresivo. Louis lo demostraba con el gesto confuso en su rostro, como si intentara hilar toda esa información.

Poco a poco empezó a sentir desconcierto mientras más observaba a las personas, lo que decía Harry era verdad. Todos los invitados eran famosos con una carrera prometedora, gente joven en su mayoría y era extraño. Si Rothstein buscaba mezclarse con la alta estirpe del mundo de Hollywood, debería tener de invitados aquellos que tienen más tiempo y experiencia en el medio, pero no era el caso.

—¿Carmine no te dijo nada?

—No, se supone que los encontraría aquí, a él y a su mujer, pero ya llevo unas horas y no los he visto.

Ni siquiera se encontró con ellos antes del evento, pero, supuestamente debían asistir, para un tema en concreto que tenían que hablar con Harry.

—Algo no está bien. Shawn tuvo razón al desconfiar.

Harry frunció el ceño y dio un respingo, tardío, al recordar el lugar donde estaban. —¿Por qué estás aquí Lou? —dijo, después de percatarse de su falta de atención.

—Larga historia, solo debes saber que, nuestro hijo está aquí, con Niall.

Perdió la concentración nuevamente, pero, se sintió bien, tanto que no pudo evitar sonreír un poco por esas palabras, "Nuestro hijo" fue lo que salió de sus labios y era agradable escucharlo de Louis.

《Pequeño Ladrón》M-Preg [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora