EPÍLOGO

1.7K 101 77
                                    

EPÍLOGO.

—Pase lo que pase, recuerda que te amo. —susurró Harry, al dejar un beso en sus labios, Louis sonrió con complicidad.

Avanzaron a cortos pasos, con la espalda pegada a la pared y elevando sus armas a la altura de su rostro, cuidadosos, para no comprometer la emboscada.

—¿Estás listo? —preguntó Louis, recibiendo un asentimiento en respuesta— ¡Ahora! —en voz alta.

Salieron detrás de aquella pared que los separaba de su objetivo. Era una misión peligrosa, pues se enfrentaban al temible Eddie.

Empuñando sus armas, al unísono dijeron—: ¡Manos arriba, pequeño ladrón!

Fue un corto momento de silencio, el suficiente para intercambiar miradas. Louis y Harry no dejaban de apuntar en dirección del criminal. Eddie parecía sereno -bastante confiado-, porque sonreía mientras acariciaba la cabeza de su fiel guardián, Ted.

La expresión seria de Louis iba cediendo, era imposible no sonreír frente a esa imagen tan adorable. Su pequeño niño, intentando lucir intimidante en ese colorido traje de unicornio, con un extraño parche en un ojo y a Ted con una capa de Superman.
No saben cómo, pero ese era el tercer juego de la tarde y al parecer, los papeles se entremezclaron en el proceso porque, pasaron de ser piratas a superhéroes y por último a su papel actual de policías y ladrones.

El traje de unicornio, honestamente, no sabían de dónde salió, pues el precioso traje Gucci que Eddie vestía a juego con sus padres, había sido reemplazado de un momento a otro.

—Ríndete mi amor. —dijo Louis, con la fina línea de labios cediendo a su ya conocida sonrisa

Lessy sonrió poniéndose de pie y tambaleando un poco al tomar su pistola de juguete. Su guardián, yacía acostado, a nada de dormirse.

—No, papi Lou.

—Cometiste un delito Eddie, debes pagar tu condena —advirtió una voz más gruesa—, besos y cosquillas. —Harry sonrió

—No, papá Harry, eso no. —negando con la cabeza, solo porque no quería salir de su papel. Era el villano después de todo.

—Entonces tendremos que llevarlos a prisión. —acotó Louis, señalando al ladrón y a su mascota.

El niño negó una vez más y tomó su arma apuntando en dirección de sus padres.

—No, papis. Yo cuido a Ted. —"disparó", apretando continuamente el juguete de plástico y las burbujas comenzaron a salir.

Louis y Harry no se quedaron atrás, dejando que un montón de burbujas bailaran en ese espacio que los separaba.

—¡Te tengo! —dijo Louis, alzando a su hijo, cuando vio que éste intentaba escapar, pero había perdido mucho tiempo, tratando de levantar a un Ted dormido.

—Nosotros ganamos, Eddie. Entréganos tu arma. —cercó Harry, a la detención del niño.

El pequeño criminal parecía cooperar con los policías al entregar el arma, pero todo era una farsa. Eddie confiaba en su pandilla, en sus fieles cómplices.

Solo bastó unos segundos, antes que a sus espaldas escucharan—: Bajen sus armas, lentamente.

Louis y Harry intercambiaron miradas para dar la señal de girar y así lo hicieron, encontrándose frente a frente con Damiano y Victoria, apuntándoles.

—Suelten al jefe. —dijo la rubia quien, a la par de su sobrino, vestía un mameluco de unicornio.

—Fin del juego —agregó Damiano con una sonrisa—. Los ladrones ganamos, otra vez.

《Pequeño Ladrón》M-Preg [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora