《Pequeño Ladrón》M-Preg [L.S]

CAPÍTULO. 15

CAPÍTULO 15: Reencuentro.

Tal como Louis les ordenó, en medio de unas prolongadas y serias pláticas o más bien, regaños sobre los adultos irresponsables que fueron al cuidar a Lessy en su ausencia; Niall, Zayn, Victoria y Liam cumplían sus funciones de personal de limpieza en el domo.

Solo tuvo un poco de consideración con Liam, debido al horario extenuante que debía cumplir en el hospital, él solo debía ayudar en el fin de semana.

Y Damiano, no pudo salvarse de limpiar el gimnasio, pero tal como lo había dicho el mayor, a Louis se le hacía difícil no observar el buen aspecto corporal de su esposo, mientras este cumplía con las funciones que se le dieron.

Con implementos de limpieza en manos, vistiendo una camiseta que dejaba ver la musculatura en sus brazos, la espalda ancha y marcada resaltando por la tela pegada a su dermis a causa de una buena sesión de entrenamiento que decidió hacer antes de ponerse a limpiar, Damiano... simplemente se veía atractivo y caliente.

Tal vez Louis estaba pensando más en dar el siguiente paso y ver que sucede en su relación.

Después de años sin tener intimidad con nadie, tener a un hombre como Damiano, quien era una provocativa tentación a la vista. Pensaba para sí mismo que debería degustar ese genuino postre Italiano, por cuestiones de cultura y gastronomía, claro está.

—Alguien tiene hambre... —comentó Zayn al notar que su amigo observaba en demasía a Damiano

—Cállate y sigue limpiando Zayn. —carraspeó desviando su vista hacia una tablilla que tenía en manos

Revisaba las planillas del día, donde tenía anotado los nombres de las luchadoras y correspondientes encuentros de la noche de damas.

Y esa noche sería especial, ya que Victoria tenía una pelea programada, con quien era su némesis "Emilia la demoledora", invicta y considerada la mujer más fuerte del domo. Victoria estaba ansiosa por el enfrentamiento, había entrenado y salido triunfal de peleas difíciles que la llevaron a escalar de nivel, se ganó el lugar para retar a Emilia y esa noche, pretendía ser la mujer que derrotara a la demoledora.

Como era costumbre, toda la familia estaría apoyándola.

Con su mente un poco más despejada del cuerpo fornido que con dedicación desinfectaba un banco olímpico, Louis continuó con la supervisión del domo, cada espacio debía encontrarse óptimo, era su marca de calidad y estaba comprometido en ofrecer siempre, lo mejor y no era para menos, las altas sumas de dinero que transitaban en una sola noche ascendían fácilmente a los ciento cincuenta mil dólares, sin contar con la ganancia de los luchadores que salían vencedores en sus peleas.

Las apuestas eran aún más altas cuando: un luchador reconocido tenía previsto un encuentro, debido a los empresarios adinerados que apostaban por ellos y también cuando una pelea pactada se debía a invitaciones especiales, de luchadores extranjeros que venían en representación de alguna familia o mafia poderosa.

Esa noche, estaba previsto una cuantiosa ganancia, ya que una Ginoble entraría al cuadrilátero. Los asientos más privilegiados estaban reservados desde el anuncio de la pelea y un gran número de guardias de seguridad se desplegarían a lo largo de la edificación, para garantizar el orden y la protección necesaria.

[...]

Harry estaba mal humorado, lo suficiente para tratar de ocultar su entrecejo fruncido y su dura mirada con unas oscuras gafas de sol, en todo el trayecto había permanecido en total silencio, sin prestar atención a la mujer que se hacía pasar por su pareja, al interesado de su manager o al hombre que era el esposo, novio o lo que fuera de la molesta mujer que no desaprovechada la oportunidad de intentar algo con Harry, aun con su esposo siempre alrededor suyo. No tenía vergüenza alguna.