《Pequeño Ladrón》M-Preg [L.S]

CAPÍTULO. 28

CAPÍTULO 28: El líder de la N'drangheta

Tuvo que esperar a que Harry saliera de su habitación, se tomó un momento para llorar en privado, para intentar abandonar el miedo que le calaba el cuerpo. Debía ponerse firme e incluso un poco indiferente, solo ser egoísta y pensar en él y en su hijo. Intentó mentalizarse fríamente, para salir de ese baño, dejando atrás sus miedos, luego esperar la luz del día y tomar a Lessy para abandonar el país.

Cuando el llanto cesó, lavó su rostro y mirándose al espejo se dio valor a sí mismo, en ningún momento pensó en todo lo que estaba por acontecer en cuestión de horas.

Al momento de sacarse la ropa, en el bolsillo de su pantalón encontró esa memoria que Harry le había entregado, la observó y dudó por un momento, pero tenía curiosidad de ver el contenido de ese dispositivo.

Tiempo después, su portátil estaba sobre su cama y la memoria conectada en uno de los puertos. Y tal como Harry le había dicho, el contenido tenía cinco carpetas todas con el mismo nombre, con la única variante de un número al final, que se enumeraba desde el primer dígito hasta el quinto.

Al abrir cualquiera de esas carpetas encontraba otras, estas si estaban marcadas con nombres distintos como: "Pequeño Louis" "Universidad" "Nuestro departamento" "Nuestras citas" entre otras y cada carpeta cumplía con el nombre indicativo.

Si daba clic en Pequeño Louis, encontraba las fotos de su niñez y entre ellas encontró los rostros de sus familiares, entonces la nostalgia lo atacó de nuevo. Los extrañaba demasiado, poder abrazar a su madre y ver su expresión al saber que era abuela, lograba imaginarla, tan dulce y maternal, tan ella, amorosa, como con cada uno de sus hijos. Se permitió llorar al recordar esos buenos momentos en familia, aquellos donde jugaba a ser Peter Pan, solo por no tener el deseo de crecer, días en los que podía comer de su cereal favorito, mirando la caja del mismo como si fuera un televisor.

Una a una fue abriendo cada carpeta, recordando rostros y vivencias, preguntándose qué sería de la vida de sus compañeros de clase y también de la vida de sus vecinos, de las hijas de Adam y si ese buen guardia seguiría trabajando en su antiguo edificio.

Fue así que llegó a la carpeta de su departamento y en todas ellas estaba Harry. En la cocina, preparando algo aún en bóxer. En su sala de estar esa noche de pizza con amigos, donde Zayn estaba con una mueca disgustada por haber perdido contra Harry en el yenga.

Cada fotografía guardaba una anécdota, de un momento feliz, de uno difícil o cual fuera. Era su vida retratada en fotos.

Ya no solía usar su cámara a menudo, solo cuando se trataba de un acontecimiento especial, como los cumpleaños y festividades o para recopilar fotos de su niño creciendo cada día. En ello si fue dedicado y minucioso, documentando cada travesura y logro de su bebé; desde sus primeros pasos que los tomaron desprevenidos ya que habían batallado para que gateara y Lessy nunca lo hizo por más que le enseñaran, un día simplemente tomó impulso y se puso de pie, no había dado más que dos pasos antes de caer sentado, también estaban los días difíciles que pasaron debido a la aparición de los primeros dientes de leche. Esas fotos de Lessy robándole una galleta a la Nonna, Zayn lo había atrapado en el acto y todos fingieron que ese pequeño ladrón había pasado desapercibido, aunque con el tiempo le explicaban que robar era malo y que no debía hacerlo, siempre estaba Victoria para contrariar aquello, diciendo que Lessy tenía habilidades y que con el tiempo podría ser todo un experto. Esas memorias eran las que estaban plasmadas en cada fotografía.

Aunque no dejaba de ser nostálgico por la clara ausencia de su familia en la primera cena de Navidad en la finca, donde tenían a Lessy vistiendo un mameluco con diseño de un hombre de jengibre, esos momentos los atesoraba. Louis no lo decía y tampoco lo demostraba, esa melancolía por no encontrar a Harry en las fotos.