Chapter Twelve

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NUNCA ODIÉ A ALGUIEN EN MI VIDA, me parecía muy estúpido guardar rencor hacia una persona, puesto a que terminas lastimándote tú mismo. Sin embargo, esos pensamientos desaparecieron cuando Paul llegó al Arcade.

Yo estaba a punto de besar a LaRusso, tenía mis manos sobre su cuello y las suyas estaban sobre mi cintura. Nuestras respiraciones se mezclaban, su cara estaba a pocos centímetros de la mía, justo cuando íbamos a juntar nuestros labios, mi padrastro llegó.

No obstante, eso no fue lo que me enfadó, lo que hizo que me enfureciera fue que en todo el camino él actuó como si nada hubiera pasado. Se veía feliz.

Sino estuviera conduciendo, le tiraría uno de los peluches que me dió Anthony.

— Ya está de vuelta en su dulce hogar, señorita. — me abrió la puerta del auto. Lo ignoré, tomé mis cosas, y me dirigí a mi casa.

Entré, yendo directamente a mi habitación. Ni siquiera mamá pudo preguntarme como me fue.

Luego me disculparía con ella, pero no por ahora, estaba muy enojada.

Acomodé los muñecos en mi cama y algunos los puse en el puff. Saqué otra muda de ropa, para así irme a cambiar. Después de unos minutos, salí, con un outfit más cómodo.

— ¿Qué hizo?. — CJ ingresó a mi cuarto. Al parecer, ella se quedó lo que restaba del día aquí. — si ese idiota te hizo algo, cualquier cosa, solo dímelo que iré a su casa ya mismo en compañía de Poppy.

Negué.

— LaRusso fue muy amable, quien arruinó todo fue Paul. — Caroline abrió su boca sorprendida. Suspiré, un poco sonrojada antes de contar lo siguiente. — íbamos a besarnos, y él nos interrumpió.

Mi mejor amiga se quedó sin palabras. Estaba en shock. Sus ojos estaban abiertos como si de platos se tratase, y su boca por poco tocaba el suelo. Le tiré una almohada para que reaccionara.

— Voy por Poppy. — fue todo lo que dijo. Salió de mi cuarto, corriendo.

Yo la seguí, gritándole que se detuviera. Nada terminaba bien cuando CJ tenía su bate de béisbol a la mano.

— ¿A donde vas?. — hablando del Rey de Roma.

Paul salió de la cocina, viendo extrañado a la castaña. Ella le sonrió, entre sarcástica y malvadamente.

— Traeré a una amiga. — contestó, con inocencia. — quiero presentarte a Poppy, estoy segura de que se llevarán muy bien.

No pude detenerla, ya se había ido. Solo tocaba rezar, para que los golpes que recibiera Paul no sean tan fuertes.



•••




— SIGO PENSANDO QUE EXAGERARON. — mamá le envío una mala mirada, callándolo.

Íbamos al aeropuerto, Paul conducía, mamá estaba sentada en el asiento de copiloto, y CJ y yo nos reíamos en la parte trasera del auto.

Antes de salir de la casa, Caroline intentó golpear padrastro como si fuera una piñata. Poco después se sumó mi madre, quien al enterarse de lo qué pasó, agarró un palo de escoba y lo persiguió por todo el jardín trasero. ¡Incluso Tommy se sumó a la marcha!.

El pobre hombre tenía el cabello despeinado (por correr de CJ), y dos pequeños rasguños.

— Interrumpir ese beso es como si le hubieras pegado a Holly, y nadie sale ileso luego de molestar o lastimar a mi bebé. — reí levemente. Mi progenitora era muy dramática.

— ¡Yo no hice nada!. — exclamó indignado.

— ¡Antholland casi se hace real!. — intervino Caroline algo histérica. — pero el señor Paul Butterfield tuvo que llegar a interrumpir todo.

— Por millonésima vez, no sabía que se besarían.

— La posición que adoptaron decía mucho, ¿no lo crees?. — preguntó mamá con sarcasmo. Me sonrojé inmediatamente.

Ellos siguieron discutiendo, con CJ metida en la conversación. Yo solo miraba mi celular, platicaba con Kenny.

Él me comentaba que se unió a un nuevo Dojo de Karate, llamado Cobra Kai. A mi no me daba buena espina ese lugar, oía que sus métodos de práctica eran demasiado... bruscos. Aún así, el moreno se encontraba feliz y como su amiga, me tocaba apoyarlo.

Hablamos una rato más, hasta que Paul se estacionó frente al aeropuerto. Nos bajamos todos, sacamos las maletas, e ingresamos al lugar.

Los adultos se encargaron de todo el papeleo, mientras que Caroline y yo nos tomábamos fotos. Nos detuvimos al sentir un pequeño golpe en la espalda.

— ¿Me extrañaron?. — miré sorprendida a la chica. ¿Qué hacía Devon aquí?.

— Devon, me alegro que hayas llegado. — la voz de mamá llegó a nuestros oídos.

— Gracias por invitarme, señora Salvatore. — habló un poco apenada.

— Dime Maritza, el que me digan "señora Salvatore". — hizo comillas en el aire. — me hace sentir vieja.

— Está bien, Maritza.

Ni CJ ni yo dijimos nada, seguíamos impactadas.

— Chicas. — Paul nos trajo de vuelta a la realidad. — Devon las acompañará en el viaje.

En mi cara apareció una sonrisa, eso me alegraba.

— ¿Cómo es que sus padres la dejaron venir?, nos conocimos hace dos días. — CJ seguía aturdida por la noticia.

— Mi abuela tuvo que intervenir. Les dijo que estaría en buenas manos a su lado. — me aguanté las ganas de reír. Devon tenía más probabilidades de ser bien cuidada al lado de Bellatrix Lestrange, que al lado de nosotras.

— Su vuelo saldrá en media hora, deben ir a la sala de embarque. — asentí ante lo dicho por mamá, me acerqué a despedirme. — cuídate mucho, Holl's, avísame cuando lleguen. Te amo.

— También te amo, mami. — normalmente, no me gustaba mostrar afecto a alguien en público. Sin embargo, no viajar al lado de mi madre me ponía sensible. — nos vemos en dos días, copia barata de Brad Pitt. — fui a abrazar a Paul. — usen condón. — le susurré.

— ¡Holland!. — gritó sonrojado. Mamá lo miró raro, mientras abrazaba a CJ y a Devon.

— De nuestra parte no recibirás un abrazo. — Caroline se señaló a Devon y a ella. La asiática frunció su ceño.

— ¿Qué pasó?. — me susurró, llegando a mi lado.

— Te cuento después.

— Cuídense chicas. Blake las estará esperando en el aeropuerto de Los Ángeles. — nos explicó la pelirroja, refiriéndose a mi padre . — tengan cuidado cuando vayan a cargar al bebé, sobre todo tú, Caroline.

Johansson se rió un poco nerviosa. Yo la abracé, para que no se sintiera tan incomoda.

A ella no le gustaba que hablaran de su torpeza.

Agarramos nuestras cosas, y fuimos a la respectiva sala de espera.

Los Ángeles, aquí vamos.

𝐓𝐑𝐔𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ Anthony LaRusso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora