𝐓𝐑𝐔𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ Anthony LaRusso

Chapter Thirty One

— ENTONCES... — empezó Anthony, a mi lado, jugando con sus manos nervioso. — ¿saldrás conmigo hoy?.

— Ya te dije que no, LaRusso. — rodé mis ojos, cansada. — deja de preguntar eso.

— ¡Pero es que no entiendo porqué no quieres!. — exclamó, atrayendo consigo varias miradas de las personas que se encontraban en el pasillo. — ¡sigan con lo suyo!. — les gritó a los estudiantes, haciendo que ellos vuelvan a sus actividades. — entrometidos. — susurró. Yo solté una leve risa.

Nos encontrábamos en el corredor, para ser más exactos, en él área donde estaba ubicado mi casillero. Habíamos venido en busca de los libros que necesitaría para la clase de química. Anthony ya tenía los suyos en su mochila, así que sólo faltaba yo por recoger mis cosas.

— Pecas, no es que no quiera salir contigo, es que no puedo salir contigo. — le aclaré, agarrando la tabla periódica. — o al menos no hoy, tengo práctica con el Sensei Lawrence.

— Oh, vamos, peli-peli, por un día que faltes no pasará nada. — suplicó, haciendo un puchero.

Negué.

— Ya he faltado varios días, tengo que ir.

— Por favor, Holly. — insistió. Solté un suspiro cansada. Verdaderamente, cuando los LaRusso quieren algo no paran hasta conseguirlo.

Lo miré mal, él como respuesta frunció el ceño. Seguramente porque no entendió mi cambio de expresión tan rápido.

Mordí mi labio inferior, con pesar, no planeaba hacerle esta propuesta en ese momento.

— ¿Qué te parece reunirnos pasado mañana?. — sugerí. Ví como sus ojos se iluminaban inmediatamente. Hizo un ademán con su mano, indicándome que siguiera hablando. — mi mamá debe ir a una fiesta que le organizaron en su trabajo, por haber ganado un caso importante. No tendré a nadie que me acompañe en ese lapso de tiempo, por eso, pensaba que tú...

— ¡Claro!. — me interrumpió, pegando un grito que resonó en el lugar. Anthony bajó la cabeza avergonzado, puesto que de nuevo, se llevó la atención. No pude evitar reírme. — ¿a qué hora debo llegar?.

— A la hora que sea. — el pelinegro asintió.

— Entendido. — se acomodó su maletín en su hombro. — ¿y... eso sería todo?.

— ¿Eh?. — pregunté extrañada.

— ¿Solo vamos a salir una vez en esta semana?. — repitió. Abrí mis ojos sorprendida, ¿el chico quería salir más?.

— Sí, no puedo salir cada día del mes, Anth, recuerda que tengo cosas que hacer. — dije con obviedad, girándome para cerrar mi taquilla.

— ¿Cómo cuáles?.

— Hoy tengo clase de Karate, mañana debo tomar el té con mi vecina e ir a cenar con Paul, pasado mañana me reuniré contigo, el jueves tengo que llevar a Tommy al veterinario... — iba a proseguir, no obstante, LaRusso me interrumpió.

— El viernes no tienes nada que hacer.

— Ni siquiera me dejaste llegar a ese día.

— No interesa, el viernes estás libre. — aseguró. — una persona no puede tener tantas actividades, así que te espero en la tarde en la feria del parque Westwood.

— Anthony. — lo señalé con mi dedo índice. — no hagas planes por mi. Sabes que no me gusta.

— Eso lo tengo claro, Holly. — dijo, divertido. — y lo respeto. Es solo que... nunca me vas a dejar conquistarte. — en la última palabra cambió el tono de su voz, a uno más coqueto. Apreté mis labios, risueña, verlo comportarse de esa manera me causaba gracia. — si siempre me vas a negar una salida.