Chapter Three

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FALTABA POCO PARA QUE MI MADRE ARRIBARA NUESTRA CASA junto con Paul. Ya la tarde estaba que llegaba a su fin, y eso significaba que en cualquier momento el auto de mi futuro padrastro se estacionaría, y ellos entrarían por esa puerta. En pocas palabras, tendría que decirles acerca de la cena del señor LaRusso.

No quería hacerlo, porque sabía que mi madre iría, y que me arrastraría a esa reunión.

Suspiré, dejando mis cuadernos a un lado, mientras apagaba el computador; ya terminé mis deberes. Organicé unas cosas de mi escritorio, y salí de mi habitación.

— ¡Holly, cariño, ya llegué!. — gritó mamá desde la cocina.

— Lo sé, ví el auto de Paul afuera. — respondí bajando las escaleras. Me dirigí a la cocina, quería saludarla. — Copia barata de Brad Pitt. — dije cuando ví a Paul sentado en una silla que estaba al lado de la encimera.

— Copia barata de Abigail Cowen. — asintió como forma de saludo. Mamá rió levemente, yo me senté al lado del rubio.

— ¿Qué tal la escuela?. — preguntó mamá, dejando su anillo de compromiso en una pequeña tacita, para disponerse a cocinar.

La semana pasada, Paul le había pedido matrimonio a mi madre. Se casarían el próximo mes. Ella cuidaba ese anillo, más que a mi.

— Igual de aburrida cómo siempre. Lo único interesante, es que llegó un chico nuevo. Se llama Kenny. —contesté, agarrando la manzana que Paul se iba a comer.

Él me miró mal, y yo sonreí victoriosa. Me gustaba molestarlo.

— ¿Qué tal el trabajo?. — pregunté yo, esta vez.

— Hoy fue un poco divertido a diferencia de otros días. Jannis cumplió años, lo celebramos en la oficina.

Abrí mi boca indignada. Mamá comió pastel, mientras que yo pasé toda mi tarde haciendo tareas. Además, la odiosa Jannis pudo celebrar su cumpleaños, y tuvo regalos.

Jannis era la secretaria de mi progenitora. La conocía desde que era un bebé, ella me cuidaba en algunas ocasiones, pero era obvio que solo lo hacía porque mi madre le pagaba el doble. La horrible señora era muy grosera conmigo, además, era muy torpe. Todo lo que rompía por no fijarse en donde caminaba, me responsabilizaba a mi.

Es por eso que no me caía bien.

— ¿Hamburguesas o pizza?. — preguntó cambiando de tema.

— ¡Pizza!. — grité antes que Paul. Sabía que él escogería hamburguesas, cosa que no me gustaba.

Adoraba la comida chatarra (no era saludable, no obstante, era deliciosa), menos las hamburguesas. Nunca me gustaron, prefería la pizza.

Mi mamá no me dejaba comer ese tipo de comidas, así que cuando ofrecía cenar eso, aprovechaba al máximo.

— Bien. Paul, ven acá, me ayudarás a prepararla. Holly, tú irás a pasear a Tommy.

Asentí, sin abstenerme. Lo que menos quería era contradecir a esa pelirroja, no quería que cambiara la pizza por las hamburguesas.

Supuse que me había mandando a pasear a nuestro perrito, porque en el momento en que ellos se distrajeran, yo empezaría a comer lo que tuvieran hecho.

— ¡Tommy!. — lo llamé.

Tommy era nuestra mascota. Un pequeño beagle, para ser exactos. No era muy grande, apenas era un bebé.

En la mañana se lo dejábamos a la vecina, ella lo cuidaba. En la tarde, cuando volvía del colegio, lo recogía.

Tommy era como mi mejor mejor, estaba conmigo todo el tiempo. Mientras hacía tareas, el perrito se acostaba en la alfombra de mi cuarto. Mientras comía, Tom me acompañaba. ¡Incluso me esperaba cuando iba al baño!.

Era como un siamés mío.

Una vez que llegó, le cambié el collar (Tommy tenía dos collares. Uno, que decía su nombre, y lo usaba aquí adentro. Otro, para cuando salíamos. El segundo tenía la dirección de la casa, por si se perdía y alguien lo encontraba). Le amarré el lazo, y me abrigué, para así posteriormente, salir rumbo al parque, el lugar donde jugaba con Tommy.





•••






Narrador Omnisciente



MIENTRAS QUE NUESTRA PROTAGONISTA paseaba a su mascota, un grupo de chicos, no muy lejos de donde ella caminaba, planeaban una broma para el chico nuevo por haberle "coqueteado" a la "novia" de Anthony.

Los cuatro, se encontraban en la habitación de LaRusso, frente a la pantalla del computador de este último. Todos se reían de Kenny, el blanco de su broma.

— Pregúntale cuál es su personaje favorito. — habló Zack Thompson, riendo y tomando un poco de los refrescos que Amanda LaRusso les ofreció.

Al acabarse la jornada escolar, el grupo se fue a la casa de Anthony. El chico LaRusso se enojó, y necesitaba desquitar su enojo con el nuevo, pues él fue quien cambió su buen humor.

Había hablado con Holly, SU Holly, además, lo había golpeado. Era obvio que no saldría ileso.

Le darían una lección.

Por ende, averiguaron cuál era su videojuego favorito, descubriendo que era Dungeon Lord Legacies. Así que Anthony ideó un plan. Se haría pasar por Holly, sacarían información vergonzosa acerca de él, se la contarían a sus compañeros, y al día siguiente lo molestarían.

Eso era todo lo que Anthony deseaba hacer, solo eso, nunca se imaginó que las cosas se saldrían de control.

— Doctor Scribblebottoms. — leyeron la respuesta que le dió Kenny, al usuario HollyStilinski.

El moreno pensaba que verdaderamente charlaba con Holland, debido a esto, soltó aquello con bastante confianza.

— ¿Doctor Scribblebottoms?. — repitió Thompson con algo de burla.

— Oh, ese es el personaje más tonto del juego. Es una estúpida ardilla con orejas grandes y bata de laboratorio que mezcla pociones de salud y... — no terminó de explicar, ya que Zack lo paró.

— Espera, ¿cómo sabes eso?. — todos los chicos restantes se miraron extrañados. Anthony se puso nervioso

— Ah, es solo... que escuché a unos frikis hablando de esto. — contestó cómo pudo.

Aparentemente, le creyeron su excusa.

— Tengo una idea. Dile que tú, es decir, Holly, y otros perdedores, se reunirán en el parque Balboa mañana en la noche. Dile que se disfrace del Doctor Scrabalas o como sea.

— ¿Por qué?, ¿cuál es el nuevo plan?. — preguntó Anthony confundido.

No le gustaba por donde empezaba a ir la situación.

— Tú solo hazlo. — insistió Zack.

Al ver que Anthony empezó a dudar, Marcus, intervino.

— Vamos, hazlo. — a LaRusso no le quedó de otra más que aceptar, por la presión que Zack, Liam, y Marcus ponían sobre sus hombros.

— Pobre, no sabe lo que le espera. Eso le pasa por haberte golpeado, y por coquetear con una de mis mejores amigas. — dijo el de rulos con burla.

Anthony asintió, no tan convencido. Su preocupación no era por Kenny, era por Holly. Si ella se llegaba a enterar, su odió hacia él aumentaría.

Y eso era algo que el LaRusso menor no quería.

𝐓𝐑𝐔𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ Anthony LaRusso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora