Chapter Tweny Five

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SUSPIRABA ENTRECORTADAMENTE, a medida que me iba acercando a la puerta de mi casa. Anthony, quien se encontraba a mi lado, apretaba levemente mi mano como señal de apoyo, repitiendo que todo estaría bien.

No pasó mucho tiempo desde que llegamos al vecindario. Ya estábamos frente a mi residencia. Solo que la cosa se alargó más, debido a mi preocupación.

Hace poco, mamá empezó a trabajar en casa. Había pedido que le habilitaran el teletrabajo, aparentemente, su petición se cumplió. El objetivo de que no trabajara en su oficina, era para poder estar conmigo. Según ella, casi no me había prestado atención, y quería compensar aquello.

Yo no presenté ninguna molestia cuando me lo contó, al contrario, estaba muy feliz. Sin embargo, ahora mismo, desearía que ella estuviera en la empresa. Eso me daría tiempo de practicar lo que le diría.

Anthony había hablado conmigo varias veces, diciéndome que no exagerara, que mi madre comprendería. Yo lo ignoraba porque conocía a mi progenitora. Para ella, la escuela es lo más importante; cada vez que sacaba una mala calificación, se formaba una guerra.

— No te hará nada, Holl's, puede que solo te regañe. Cosa que es normal viniendo de un padre. — LaRusso se acercó a mi, y plantó un beso en mi cien. — en todo caso de que el llamado de atención sea intenso, dile que tu nota fue la más alta del salón. — el pelinegro me guiñó un ojo, con complicidad.

— No será tan malo, ¿cierto?. — pregunté, buscando apoyo.

Anthony asintió.

Respiré hondo, antes de hablar.

— Voy a entrar. — dije, jugando con mis manos.

— ¡Así se habla!. — reí levemente. — no te burles. — hizo un pequeño puchero. A mi me fue inevitable no sonreír por la ternura.

— Lo siento, es que te pareces a la señora Lee. Ella siempre dice eso. — señalé la casa de enfrente, como una forma de que entendiera a quien me refería.

— Me estás llamando viejo, en pocas palabras. — LaRusso entrecerró sus ojos, dramatizando. Yo le pegué suavemente en el hombro, en forma de juego.

— Tonto. — murmuré, antes de abrazarlo. — gracias de nuevo. — le dije, en voz baja.

— Te esforzaste, Holly, merecías esa calificación. — contestó con simpleza, atranyendome más a él.

— No, lo de la nota de francés no me interesa. Te estoy agradeciendo por cuidarme y acompañarme.

— Holl's, no es nada. Sabes que lo hago con gusto. — se separó de mi, sonriéndome.

— Aun así, yo lo valoro mucho. — lo miré, con gratitud.

El pecoso se sonrojó. Bajó su cabeza un poco para que así no lo notara, no obstante, alcancé a ver cómo sus mejillas tomaron un torno carmesí.
Tragó saliva, para después, sorpresivamente, acercarse a mi. Por inercia, retrocedí, sacándole un risita.

— ¿Te pongo nerviosa?. — su tono burlesco, era notorio.

— No alardees, que yo también causo el mismo efecto en ti. — crucé mis brazos, victoriosa.

Anthony rodó sus ojos, divertido. Imitó mi acción: cruzó sus brazos.

— ¿Sabes?, deberías ir con tu mamá. Estás perdiendo tiempo.

— Pasar un rato agradable contigo, no es perder el tiempo. — le aclaré.

LaRusso me observó, sorprendido.

— ¿Te encuentras bien?. — ubicó su mano en mi cara. La pasó por toda esta, incluso puso sus dedos en mi nariz.

— ¿Qué carajos haces?. — de un manotazo, la aparté.

— Es el primer comentario donde me demuestres cariño. Esto no es normal.

— Anth, si vamos a intentar algo, pues lo más obvio es que te de muestras de afecto. — le expliqué. — aunque no te acostumbres, lo empalagoso no me gusta. — pasé un mechón de cabello, tras mi oreja.

— Entiendo. — asintió. — bueno, Holland, es hora de irme. ¿Quieres que pase por ti mañana?.

— ¿Y el autobús?.

— Papá me lleva. Dice que siente que me ha descuidado, ahora quiere recompensar las cosas de las cuales se perdió.

Lo miré sorprendida.

Para muchos no era un secreto que el señor LaRusso tenía una gran preferencia hacia Sam. Amanda también la tenía, solo que ella no era tan obvia. Daniel, por otra parte, siempre era muy amoroso con Samantha, mientras que a Anthony lo dejaba de lado.

El saber ese dato, me alegraba. Estaba feliz por Anthony.

— Muy bien, entonces, nos vemos mañana. — a decir verdad, quise negarme, pues no quería causar molestias. Pero ver a Anthony tan contento al decirme aquello, me convenció. — adiós, Lindusso.

Le dí un beso en el cachete, e ingresé mi casa. Me recosté en la puerta, haciendo un pequeño baile de la victoria.
Al otro lado, escuché cómo Anthony se iba, cantando una canción.

Mordí mi labio inferior. Creo que decidí correctamente, cuando le brindé esa oportunidad.

𝐓𝐑𝐔𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ Anthony LaRusso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora