Chapter Tweny One

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EL OLOR A COMIDA SE PODÍA PERCIBIR DESDE MI HABITACIÓN, la música sonaba en todo el lugar, y personas entraban a la casa a cada minuto.

Mamá cargaba a Roland, mientras platicaba con Harper. Papá, hablaba con Paul en la entrada, al mismo tiempo que recibían a la gente que se iba apareciendo.

Ayer, por la noche, llegamos a All Valley. Mamá nos esperaba con una deliciosa cena, una gran sonrisa porque tenía de vuelta su auto favorito, y la noticia de que organizó una parrillada. Ni papá ni Harper se negaron, ya que era una forma más sencilla de que los demás conocieran a Roland. Solo vendrían mi familia paterna, la familia de Harper, la familia de CJ, y, obviamente, mis dos mejores amigas.

Ese, era el plan. Sin embargo, gracias a Caroline, la noticia se expandió.

Por la explicación que nos dió, ella, le avisó a sus familiares por un grupo de WhatsApp que se reunirían en mi casa, pero tal parece que se equivocó de chat, porque envío ese mensaje a gran parte de la escuela.

Así que lo que era una parrillada familiar, se convirtió en una especie de fiesta.

— ¡Holly!, ¿¡has visto mi suéter azul!?. — varias personas se giraron a mirarme. Yo me sonrojé al instante.

Caroline siempre tenía la tendencia de dejar varias de sus cosas aquí en mi casa. La mayor parte de ellas se perdían, y formaba un gran escándalo buscándolas.

— ¡No, ya no es necesario que respondas!, ¡lo encontré!. — reí, negando.

Me alejé del sofá (lugar donde estaba sentada), para adentrarme en la cocina a por un refresco. Era un día demasiado caluroso, afortunadamente, cuando llegaran mis compañeros, podría meterme a la piscina.

Mamá me dijo que para que los chicos no se aburrieran tanto, podían traer sus trajes de baño. Así, mientras los adultos charlaban, los más pequeños podríamos compartir un rato juntos.

— Tú amiga es demasiado presumida, Holland. Le gusta que los demás se enteren de temas que no son de su incumbencia. — la señora Munich, ingresó a la cocina, con un mal semblante.

Saqué un envase que contenía jugo de naranja y posteriormente me volteé a verla.

— No hable así de ella, señora Munich. No es nuestra culpa que en su juventud no haya tenido amigos a quienes contarles las cosas buenas que le ocurrían. — tomé un sorbo, para después salir de ahí.

Mi relación con Gladys no ha demostrado mejoría. Ni ella pone de su parte, ni yo pongo de la mía.

Es un odio mutuo... lo cual es gracioso, ya que siempre he presentado un amor por los ancianos. Una de mis amigas más cercanas (aparte de la abuela y la señora Lee), era un viejita que venía a tomar el té con mi madre. Su nombre era Betty, Betty Scott.
Hablaba demasiado, no obstante, era buena persona. Hacía mucho tiempo que no la veía, debido a que se encontraba en casa de su hijo, en Atlanta.

Un día de estos, la llamaré.

Aunque no ahora, por el momento, debía concentrarme en mantener todo en orden. Tanto la casa, como a CJ.

Ella se descontrolaba un poco en las celebraciones.

Una vez, en la fiesta de cumpleaños de Lia, se subió a una mesa, y empezó a gritar que Andrew Garfield era su esposo. Fue divertido, excepto por la parte en donde casi se cae. Gracias a Dios, los amigos de LaRusso alcanzaron a atraparla antes de que su espalda tocara el piso.

— Este es el bebé más lindo y calmado que he cargado. — escuché el alago de mamá. Harper soltó una pequeña risa nasal.

Me acerqué a ellas, indignada.

𝐓𝐑𝐔𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ Anthony LaRusso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora